El medio ambiente: otra víctima silenciosa del conflicto La
minería ilegal y la contaminación de los ríos por el
derrame de crudo son dos
de las acciones que más contaminan el medio ambiente. FOTO JAIME PÉREZ Y
COLPRENSA POR: JAVIER ALEXANDER MACÍAS | 11.702 hectáreas de cultivos de uso ilícito fueron
erradicadas informó la Policía Nacional.
1.757 personas fueron capturadas por realizar minería ilegal
según Ministerio de Defensa.
6 millones de barriles de crudo se dejaron de producir por
ataques a octubre de 2014.
EN DEFINITIVA Las acciones de los grupos
armados ilegales relacionadas con el narcotráfico, los
cultivos de uso ilícito y las minas antipersonal, han causado daños ambientales
irreparables en Colombia.
El 10 de mayo de 2014, el campesino Manuel Torres salió de
su parcela a buscar agua para llevar a sus vacas y bestias y se encontró con
una imagen que nunca borra de su mente. La fuente de agua cercana a su finca
era un lago negro, espeso, y sobre este, vestidos con una costra negra, nadaban
los peces del estanque.
No se asustó. No era la primera vez que las Farc detenían
los camiones cisterna que pasan por la vía cercana a su casa; los detienen,
abren sus válvulas y derraman el crudo sobre la carretera, lagos, charcas y
ríos, causando un daño ambiental que según expertos, tardaría más de 20 o 30 años
en solucionarse.
“Eso pasa mucho. Cuando los del monte quieren hacer daño,
simplemente hacen parar los carros y le dicen a la gente que derramen el
petróleo. Ellos piensan que le hacen daño al país, pero realmente nos hacen
daño a nosotros”, enfatiza el campesino.
En aquella ocasión, el frente 48 de las Farc, apoyado por el
frente 15, derramaron 5.019 barriles de crudo y causaron una emergencia
ambiental en Putumayo que hoy, ocho meses después, sigue con los rezagos de los
daños causados.
La contaminación hecha por la guerrilla en Putumayo es una
de las acciones derivadas de las confrontaciones entre los grupos armados
ilegales y las Fuerzas del Estado, que terminan con afectaciones al medio
ambiente, y en algunas ocasiones, se convierten en percances irreparables y de
alto costo para el país.
Son métodos de guerra
El Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh), registró en
su informe sobre el conflicto armado, Basta Ya, los métodos de guerra en los
que los actores ilegales han incurrido, y van desde la voladura de oleoductos
hasta la contaminación de acueductos, tala indiscriminada, la extracción de
minerales, la alteración del cauce de los ríos, entre otras.
“Estas acciones, sumadas a los cambios abruptos que
impusieron en los usos de las tierras y los ríos, al igual que en las
actividades agrícolas, han generado daños ambientales gravísimos y aún no
calculados. Tierras erosionadas por el abandono o uso inadecuado, fuentes de
agua contaminadas por efecto del derrame de hidrocarburos, especies de fauna y
flora extinguidas o en riesgo de extinción y reservas naturales invadidas, son
algunos de los impactos que la guerra ha causado en el medio ambiente”, dice el
informe.
En el contexto en el que se desarrollan las confrontaciones
en Colombia, explica el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega, los
ataques no van específicamente contra los recursos naturales, sin embargo,
estos los padecen de manera indirecta.
“Por ejemplo, cuando las guerrillas vuelan los oleoductos,
el ataque no va contra la naturaleza sino contra las petroleras, pero resultan
afectados los pastos y pantanos por el derrame de crudo. No obstante, los daños
producidos alteran los ecosistemas de las regiones donde se producen los
atentados y derrames”.
Pero el daño causado por el derrame de hidrocarburos en los
territorios es una acción que contamina los suelos y, como explica el Ingeniero
Forestal, Biólogo, y director del grupo de investigación de cambio climático
del Jardín Botánico de Medellín, Esteban Álvarez, se pierde toda la biota del
suelo “que es lo que determinan los procesos de materia orgánica y de
generación de nutrientes para las plantas. Quitarle el petróleo a un suelo es
prácticamente imposible, son zonas que se tienen que abandonar, queda
inservible para la producción de alimentos o la generación del bosque nativo o
de las zonas”.
Si el crudo regado en la tierra causa un daño irreversible,
en el agua el deterioro no es menor. Explica el experto que los combustibles
aíslan la superficie de los ríos o lagos de la atmósfera y no hay intercambio
de oxígeno, “ y crean un ambiente que no es apto para la vida. Una de las
grandes consecuencias cuando hay derrames sobre el agua es la mortalidad. Lo
más visible son los peces pero los microorganismos que sostienen la vida en los
ecosistemas como el plancton, zooplancton y fitoplancton desaparecen”.
Los cultivos de uso ilícito
Uno de los factores que más daño ha causado en el medio
ambiente, y se ha convertido en la principal fuente de financiación para el
conflicto armado, es el narcotráfico y los cultivos de uso ilícito.
El director del grupo de investigación de cambio climático
del Jardín Botánico de Medellín, Esteban Álvarez, asevera que en la
deforestación causada por los grupos ilegales para la construcción de
laboratorios y la siembra de la hoja de coca, es causa determinante en el daño
ambiental en Colombia.
A este factor añade las fumigaciones. Para el experto, la
utilización de esas sustancias químicas, afectan no solo los cultivos de uso
ilícito, “sino también los cultivos de los humanos, y para la diversidad que
hay en los bosques y en las zonas donde fumigan, esos venenos pueden producir
las muertes de aves, de pequeños mamíferos, la muerte de muchos insectos que
son benéficos para los cultivos”.
Esos compuestos —agrega Álvarez— hacen que la planta se
seque y muera y eso también puede afectar los bosques y la biodiversidad
aledaños a esos cultivos.
Pero las fumigaciones no solo alteran los ecosistemas,
también la vida de los labriegos como denuncia Wálter Edison Cabezas, presidente
de los Consejos Comunitarios de Tumaco. Para el campesino, las fumigaciones les
han traído enfermedades, desplazamientos, contaminación de fuentes de agua y
escasez de alimentos. “En nuestro territorio siempre ha habido agua ahora
escasea porque el bosque está seco, porque la fumigación ha acabado con los
bosques. Acá siempre hemos vivido de la caza, y ahora es muy difícil porque han
muerto animales y los pocos que quedan se mueren o se van”.
El problema de los cultivos de uso ilícito que benefician a
los grupos ilegales se ha extendido a regiones declaradas áreas protegidas como
los Parques Naturales.
Julia Miranda, directora de Parques Nacionales Naturales de
Colombia cuenta que las carreteras hechas en medio de zonas protegidas para el
negocio del narcotráfico —así como los cultivos de uso ilícito, la minería
ilegal de la que también se benefician los grupos ilegales y las minas
antipersonal— han causado un impacto enorme al ecosistema, a los bosques, la
flora y la fauna.
“Los cultivos ilícitos comienzan con la tala del bosque, los
instalan con los laboratorios que contaminan las fuentes hídricas y causan una
devastación del área protegida”, dice Miranda.
En el informe de Parques Naturales está consignado que en 37
de estos hay presencia de las Farc, el Eln y las bandas criminales, hay 25
afectados por minas antipersonal, y hay 19 que tienen en sus territorios
cultivos de uso ilícito que al 2013, sumaban 3.791 hectáreas de hoja de coca
sembradas. Para contrastar este informe, EL COLOMBIANO buscó la versión del
ministro de Ambiente y Desarrollo, Gabriel Vallejo López, y solicitó
información, pero no respondió.
El problema de las minas
Si bien el uso de las minas antipersonal no causa gran
contaminación ambiental, sus consecuencias son el abandono del territorio y la
baja posibilidad de producir la tierra.
Álvaro Jiménez, director de la Campaña Colombiana contra las
Minas, ve en este tema el deterioro de las calidades productivas de la tierra,
de las posibilidades de generación de oxígeno por los árboles, el deterioro de
la calidad o de la posibilidad de presencia y permanencia de las aguas. Además,
el problema que causa en especies protegidas como el puma o el jaguar.
En Colombia, según el Programa de Acción Integral contra las
Minas, Paicma, se han registrado 11.006 víctimas de estos artefactos
explosivos, lo que según Jiménez, ese el verdadero daño en las personas pues
causa “el deterioro de la calidad de vida, la posibilidad de producir y la
imposibilidad de acceder a fuentes de agua”.
Para evitar precisamente el daño ambiental, y en esa misma
vía a las comunidades, los artículos 35 y 55 del I Protocolo Adicional a los
Convenios de Ginebra (junio de 1977), prohiben “el empleo de métodos o medios
de hacer la guerra que hayan sido concebidos para causar, o de los que quepa
prever que causen, daños extensos, duraderos y graves al medio ambiente
natural”.
A pesar de la norma, en Colombia este compromiso es poco
acatado por los grupos armados ilegales que con sus acciones han causado daños
irreparables al medio ambiente durante años .
ANTECEDENTES FRENTES FARC DEDICADOS A LA COCA
Fuentes de la Policía Antinarcóticos dicen que hay veinte
frentes dedicados al negocio del narcotráfico y en los que se soporta la
economía de los bloques Comando Conjunto de Occidente, Sur, Oriental e Iván
Ríos, en los que reposa la estrategia militar de las Farc. Estos frentes están
en Antioquia, Norte de Santander, Chocó, Nariño, Cauca, Valle del Cauca,
Putumayo, Meta y Caquetá. El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos
Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito registró
que en 2012 había 48 mil hectáreas sembradas de coca en 23 de los 32
departamentos del país. Lo que encontraron las autoridades fue que esas zonas
coinciden con los lugares en que las Farc están asentadas. En Cuba, la
discusión del punto relacionado con narcotráfico ya fue abordado. JAVIER
ALEXÁNDER MACÍAS Amo
el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los
perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad
de Antioquia. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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