Morir haciendo ropa
(en Camboya y en Argentina)
por Micaela Urdinez En
más de un post hemos reflexionado sobre la responsabilidad que tenemos todos
como consumidores. Y cómo, a la hora de elegir determinados productos, estamos
incentivando malas prácticas laborales como talleres clandestinos o trabajo
infantil.
El reality show llamado Sweatshop, ropa barata de la muerte,
que se emitió en el canal noruego Aftenposten (en este LINK, pueden verse todos
los capítulos subtitulados en español) busca generar conciencia sobre este
tema. Para hacerlo, decidió llevar a tres jóvenes blogueros de temas de moda, a
conocer los talleres de Camboya en dónde se fabrican las prendas que ellos
visten y publicitan. El programa causó tal conmoción, y conciencia repentina, que
el tema llegó al parlamento.
Con el correr de los capítulos, Anniken, Frida y Ludwig –
jóvenes noruegos de familias de buen pasar que convirtieron su pasión por la
moda en su profesión gracias a internet – pasan de la sorpresa, a la culpa, la
indignación y el replanteo de toda su vida de comodidad y consumo.
Hablan con los trabajadores, participan de jornadas
maratónicas en los talleres, empiezan a vivir como lo hacen los camboyanos, con
las mismas condiciones laborales y salariales, conocen sus casas y sus
historias de vida desgarradoras. En uno de sus testimonios, una chica les
cuenta que durante 14 años ha cosido la misma costura de un hombro de un
jersey. Por eso, cobran sueldos de 3 euros por día. Estos son algunos
de los
testimonios de los camboyanos:
“Pido a los que compran ropa de Camboya que nos ayuden
porque estamos muy mal”
“Si me enfermo no puedo darme el lujo de ir al médico.
Estamos obligados a pedir préstamos entonces nuestros sueldo desaparece según
entra. Casi no tenemos dinero para echarle sal a la comida”
“No es que quieran trabajar ahí. Sino que como son pobres no
tienen elección. Y trabajar en una fábrica es lo único que pueden hacer”
“De chica tenía un sueño que era poder estudiar. Pero no me
lo pude permitir. Mi familia es pobre. Nunca nos hemos podido permitir ir al
colegio”
Una Anniken llorosa y compasiva dice a la cámara: “Cuando
empezás a entrevistar a una persona ves que ella vale exactamente lo mismo que
valgo yo.¿Qué clase de vida es esta? Su madre no murió por una enfermedad o por
un accidente. Se murió de hambre porque no tenía nada para comer”, dice, mientras
se ahoga en sollozos.
Anniken junto a una trabajadora textil camboyana
Ludwig agrega: “no es justo que una persona esté sentada 12
horas trabajando, cosiendo, cosiendo y se caiga desmayado de hambre y
deshidratación. Es tan injusto. Y es verdad que nosotros somos ricos porque
ellos son pobres. Somos ricos porque nos sale 12 euros una remera de H&M,
mientras que otros mueren de hambre para que la tengas”.
Parece que esta experiencia tuvo tan impacto en los jóvenes
que cuando regresaron a Noruega, Anniken y Frida se convirtieron en activistas
e incluso iniciaron una guerra contra Afterposten por no mostrar la situación
de los trabajadores de la marca H&M. Su petición para que la empresa sueca
mejorara las condiciones laborales llegó al parlamento de su país.
En nuestro país, organizaciones sociales como La Alameda han
denunciado talleres clandestinos y trabajo esclavo en la industria de la
indumentaria.
¿Qué te pareció programa?¿Comprás ropa hecha en
Camboya?¿Sentís que sos responsable de lo que pasa allá por tu manera de
comprar? Tomado d e la nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario