Hacienda en Lloa se
convierte en ejemplo de democratización
El Magap entregó un antiguo latifundio a 103 campesinos de
la parroquia quiteña. Varios años la propiedad fue manejada por empresas
privadas.
Las 107 hectáreas están cultivadas con cereales como cebada
y trigo. La deuda será cancelada en 10 años.
Los moradores de la parroquia Lloa conquistaron un sueño que
esperaron por más de 100 años: tener la propiedad de la hacienda ‘Concepción de
Monjas’.
La semana pasada, el Ministerio de Agricultura, Ganadería,
Acuacultura y Pesca (Magap) les adjudicó las 319 hectáreas pertenecientes al
antiguo latifundio, ubicado en el suroccidente de Quito. Un hecho histórico
para la población.
La mayoría de los campesinos, ahora propietarios, nació y creció en las tierras.
La mayoría de los campesinos, ahora propietarios, nació y creció en las tierras.
Angelita Viracucha (80) recordó que con apenas 8 años
laboraba en la cocina de la hacienda. Su rutina empezaba a las 05:00, pues en
la época de la cosecha los jornaleros iban al campo desde la madrugada.
La mujer comentó que alrededor de 70 trabajadoras se
concentraban en la cocina para preparar el desayuno para más de 40 jornaleros
que se servía a las 06:00.
El trabajo se extendía hasta pasado el mediodía, tiempo en
el que los campesinos cultivaban los campos de maíz, trigo y papas.
El padre de Angelita era ayudante de ganadería, su labor
consistía en cuidar el ganado, velar por la producción de leche y faenado. En
varias ocasiones lo acompañó a recorrer las llanuras de Lloa arreando cientos
de cabezas de ganado.
Entre tanto, José Pillajo (68), contó que sus padres y
abuelos trabajaron en la propiedad, y que parte del pago que recibían por el
trabajo era una fracción de los productos cultivados. Según el campesino, siempre
hubo comida en su casa.
Pillajo comentó que después de las cosechas, los
trabajadores de la hacienda ‘chugchían’ (tomaban el sobrante de la cosecha),
del cual vendían una parte y la otra la destinaban a su sustento.
La hacienda habría pertenecido inicialmente a las religiosas
franciscanas y posteriormente a la familia Landázuri, sin embargo, en el
siglo XX el Estado recuperó esas tierras con el proceso de reforma agraria.
La administración entonces fue entregada a varias empresas
privadas mediante comodatos.
La última compañía que manejó la hacienda fue Anco, por 25 años. Esta industria se dedicaba a la agricultura y crianza de ovejas.
La última compañía que manejó la hacienda fue Anco, por 25 años. Esta industria se dedicaba a la agricultura y crianza de ovejas.
Los trabajadores nunca consideraron justas tales condiciones
de vida, y por eso decidieron buscar la posesión de la propiedad.
El primer paso lo dieron en 2006, cuando los 103
trabajadores conformaron la Asociación Virgen del Volcán para tener el sustento
legal que les permitiera ser dueños de ‘Concepción de Monjas’.
El ministro del Magap, Javier Ponce, aseguró que esta
hacienda representaba uno de los grandes latifundios de la Sierra norte del
país, y que el objetivo del Ministerio al pasarla a manos de los
campesinos es democratizar los medios de producción en Ecuador.
“Esta entrega es parte del Plan Tierras. Como Ministerio nos
planteamos entregar a los campesinos mil hectáreas en el país”, comentó Ponce.
El ministro recalcó que la hacienda fue parte de la historia
de la lucha campesina en la década del 20. “Y en nuestro Gobierno
concretamos el paso de estas tierras a sus verdaderos dueños. Hace 30 años,
este tipo de políticas no se hubiera implementado. Este es un hecho
histórico, pues de esa manera se rompe con esa cadena del latifundio”,
aseveró.
Hortensia Guzmán (52), una de las integrantes de la
asociación, comentó, con lágrimas en los ojos, que todavía no puede creer que
su sueño y el de sus compañeros al fin se hiciera realidad.
“Esta lucha no es únicamente nuestra, pues fueron nuestros
padres y abuelos que también pelearon por esta tierra. Ahora es nuestra y como
nuestra debemos cuidarla y darle vida”, exclamó con entusiasmo la mujer.
Pagarán la deuda con su trabajo
Actualmente la asociación tiene 107 hectáreas de terreno
cultivadas con cereales, como cebada y trigo, y leguminosas, como chocho. Otra
parte del terreno está dedicada al pastoreo de ovejas y ganado vacuno.
El pago de la hacienda fue establecido a un plazo de 10
años, con 48 meses de gracia. A partir de 2017, la asociación deberá
cancelar $ 61.000 anuales.
Su administrador, Germán Carrera, comentó que el reto
empieza ahora, porque el 50% de la lucha por la tenencia de la tierra está completo,
pero falta lo que para él es lo más importante: mantener con vida el lugar, es
decir, que se avance y se proyecte a largo plazo la producción agrícola.
“Es necesaria la constancia de los productores, el trabajo y
la dedicación a la hacienda la mantendrán en pie. Esa es la tarea más difícil
de realizar”, dijo.
El objetivo de los productores es pagar la deuda con el
fruto de su trabajo. El año anterior, con la venta de la cebada y el trigo
lograron comprar un tractor, lo que significa que es posible hacerlo.
Hasta julio, la asociación tendrá listo el estudio de
factibilidad para implementar proyectos turísticos en la hacienda para generar
otro tipo de ingresos y así pagar la deuda.
Carrión mencionó que el Gobierno dio un paso importante con
la adjudicación de tierras, pero ahora necesitan que el Municipio los ayude.
Llevan más de 3 meses intentando legalizar el predio a nombre de la asociación,
pues el terreno no puede ser dividido o lotizado, aunque cedieron varias
hectáreas de la hacienda para la ejecución del proyecto de construcción de una
escuela del Milenio. De esta manera, según los socios, esto mejorará su calidad
de vida.
“Queremos seguir luchando y trabajando por la Asociación
Virgen del Volcán. Para obtener estos resultados tuvimos que buscar a las
autoridades a diario, nunca descansamos”, comentó Carmen Villacrés, presidenta
de la agrupación.
Otra provincia beneficiada con el Plan Tierras es Los Ríos.
Hace 2 años, el Gobierno Nacional entregó a 1.960 trabajadores la hacienda La
Clementina.
Los campesinos, a través de un préstamo lograron la
propiedad de la bananera, que años atrás le perteneció a Álvaro Noboa, quien
mantenía una deuda tributaria con el Estado de $ 95 millones. Otro caso
parecido ocurrió en Guayaquil con la entrega de las acciones del Hotel Ramada a
72 trabajadores. El inmueble está valorado en $ 75 millones y pertenecía a una
de las 300 empresas del grupo Isaías, expropietario de Filanbanco, entidad
financiera que fue parte del feriado bancario en 1999. (I) TOMADO DE EL
TELGRAFO DE ECUADOR
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