Los municipios del cono sur
viven una sequía “nunca antes vista” y claman por ayuda para salvar su
producción
| Daniel James Laura
Manzaneda Los pueblos del cono sur que sufren la falta de agua recurrentemente
se enfrentan a una sequía “nunca antes vista”. El 2016 ha comenzado, el periodo
de lluvias acabó y ya casi no hay líquido para la gente, el ganado y los
cultivos. El nivel de los atajados ha disminuido y son una señal clara de que
será un “año seco”.
Otro signo de la escasez es el bajo nivel de las represas
que abastecen a la ciudad: Wara Wara y Escalerani. Sí, Semapa ya tenía
dificultades para cubrir un tercio de la demanda de agua potable de 1.832
litros por segundo, esta gestión se prevé una disminución drástica. Antes de la
sequía la oferta era de 952 pero por las fugas en la red bajaba a 572. Con la
crisis la disponibilidad será menor.
La represa de Escalerani, la más importante, sólo se llenó
hasta el 63 por ciento, que equivale a 4.150 millones de metros cúbicos de los
6.570 de su capacidad. Es el nivel más bajo en los últimos cinco años.
Entre 2012 y 2014, la presa se llenó al 100 por ciento. En
2013 y 2015, la situación fue similar. Sin embargo, en 2016 el déficit es de 37
por ciento. En la época de estiaje, entre septiembre y octubre, las reservas
serán mínimas.
La sequía es uno de los cuatro fenómenos naturales que
azotaron a la región entre 2015 y 2016: granizadas, heladas, inundaciones y
sequía, según el informe trimestral de Defensa Civil. Los desastres afectaron a
30 de los 47 municipios de Cochabamba. Sólo en el cono sur fueron perjudicadas
19.575 comunidades, 21.136 familias y 12.870 hectáreas de cultivos.
Los municipios de Omereque, Pasorapa y Mizque se declararon
en emergencia por la sequía y piden ayuda a la Gobernación. Hasta la fecha
Pasorapa perdió 1.200 hectáreas de maíz y Omereque 202. El alcalde de Pasorapa,
Jaime Mendieta, informó que el maíz sólo creció 50 centímetros y se secó por
falta de agua.
“El año pasado llovió más que este año y murieron 450
cabezas de ganado y perdieron 1.400 hectáreas de maíz. En las siguientes
semanas vamos a declarar zona de
desastre porque el agua de los atajados está comenzando a terminarse, estimo
que nos va a durar máximo un mes”, lamentó. Los ganaderos comenzaron a vender
sus animales y a irse a Santa Cruz.
Las pérdidas en Omereque podrían subir a 7.000 hectáreas de
tomate, maíz, arveja, sandía y pimentón por falta de agua para riego. El
municipio sólo cuenta con una cisterna de 10.000 litros para regar 202
hectáreas de 15 comunidades afectadas. A eso se suma que las aguas del río
Mizque han bajado.
El responsable de la Gestión de Riesgos Agropecuarios de la
Gobernación, Guery Fernández, indicó que 154 comunidades están afectadas por la
sequía en los municipios de Mizque, Totora y Aiquile. Sólo en Mizque y Totora.
“No sé qué voy hacer, me toca esperar un milagro o una
lluvia por lo menos para poder salvar algo de mi producción. Además, debo mucho
dinero, si hubiera sido un buen año para la producción hubiera logrado pagar
más de 50 por ciento de mi deuda”, dijo uno de los agricultores de tomate y
pimentón de Omereque afectado por segundo año por la sequía, Pascual Sejas de
51 años.
Al igual que él hay 25 productores impactados por la falta
de agua en esa población. Sólo en Omereque, en el cono sur del departamento a
260 kilómetros de la ciudad, 15 de 20 comunidades sufren por la sequía.
El 60 por ciento de la producción está en peligro: 7.000 de
13.000 hectáreas. El tomate y pimentón producido abastecen los mercados de
Santa Cruz y Cochabamba. También se usan para el consumo familiar.
El atajado del agricultor se secó hace un mes y los cultivos
de tomate se quedaron sin riego. Las plantas pasaron la floración y comenzaban
a dar frutos, pero por la falta de agua
están muriendo.
Como la mayoría de los agricultores, Sejas sacó un préstamo
de 4.000 dólares justamente para construir cuatro pozas para reunir agua, comprar
semillas en 5.000 bolivianos y fertilizantes. Pero, ahora, piensa en migrar
para trabajar como jornalero y pagar su deuda.
“Voy a tener que irme para poder mantener a mi familia y
pagar la deuda. En la época de siembra voy volver con la esperanza de que me
vaya mejor en la próxima cosecha”, decidió.
El agricultor recurrió incluso al municipio. La Unidad de
Gestión de Riegos de Omereque le entregó hace un mes 10.000 litros de agua,
pero ya se agotaron y la única cisterna que tiene la Alcaldía debe asistir
también a otros productores en problemas, dijo el responsable de esa instancia,
Rildo Llanos.
Sejas tiene siete hijos, los tres mayores migraron a Santa
Cruz y aún sostiene a cuatro con lo que produce en el campo. La familia también
está a punto de quedarse sin agua. Hasta ahora sobreviven con el agua de lluvia
que acumularon en un tanque, la cuidan y sólo la usan para cocinar y beber.
Lavan su ropa y se bañan en los charcos de los atajados del pueblo.
“El agua para cocinar me va a durar un mes más, después voy
a tener que pedir a la Alcaldía que traiga agua potable. Jamás habíamos pasado
por algo así, vamos a perder todo”, lamentó.
“Tomamos agua de los atajados, el agua de lluvia que
almacenamos se acaba, a veces nos enfermamos pero qué vamos hacer no hay agua”,
contó Isabel Vázquez de 63 años. Cada día dedica su tiempo a bombear agua de su
atajado para regar sus cultivos de tomate, maíz y papaya. En sus pocas horas
libres teje para mejorar su economía.
Como la mayoría bombea el agua con ayuda de una bomba y
mangueras para que el líquido llegue a sus cultivos.
El agua que tiene en su atajado alcanzará sólo para regar
dos o tres veces sus cultivos de tomate, luego sabe que sus plantas se
empezarán a secar. “El tomate necesita mucha agua, por lo menos dos veces a la
semana, tengo la esperanza de que llueva
o la Alcaldía pueda traer agua en
cisterna para regar”, anheló.
Como muchos está segura que tendrá que migrar si no hay
agua. “Tenemos que buscar trabajo, porque aquí incluso no habrá qué comer”,
dijo.
Ella, su esposo y su hijo menor se han resistido por años a
dejar su tierra, Sunchu Laguna en Omereque. Sus hijos mayores se fueron hace
años, cansados de la sequía y de que el campo no les dé nada. Ahora cree que no
tiene alternativa y tendrá que marcharse.
Catalina Grájeda cultiva pimentón, tomate, sandía y también
se ha quedado sin agua para riego en la Subcentral Omereque. Afirmó: “Para una
hectárea de sandía invertimos más de 2.000 dólares, trabajamos con préstamos,
pagamos la maquinaria, peones, debemos comprar fertilizantes. Un sobre de 1.500
semillas de sandía nos cuesta casi 400 bolivianos”.
Hay emergencia por “año seco”
El terreno para pastoreo del ganado está resquebrajado por
la falta de agua en las comunidades de Omereque.
Daniel James
LAS COMUNIDADES
Al menos 15 de 20 comunidades de Omereque soportan por
segundo año una intensa sequía. Las zonas más impactadas son: Salado K’asa,
Tranca Laguna, Sunchu Laguna, Huanacuni Grande, Carreras, Huanacuni Chico,
Robles, Huertas, Quebrachas, Mesada, San Carlos, Chafra Corral, Pampas y Huspa
Huspa.
El municipio tiene una cisterna de 10.000 litros para llevar
agua para riego y consumo a las comunidades perjudicadas. Se requieren al menos
dos para abastecer la demanda del líquido, informó el responsable de UGR, Rildo
Llanos.
OPINIONES SOBRE EFECTOS DEL FENÓMENO
HÉCTOR ARCE, ALCALDE OMERQUE
Estamos muy preocupados porque este año ha llovido muy poco,
la necesidad de agua de la población es urgente. Sólo sabíamos sentir falta de
agua desde agosto, pero ahora estamos en abril y seguro que en agosto de este
año la situación será más crítica. Tenemos una cisterna de Defensa Civil que no
abastece y de forma particular hay otras dos que han contratado los productores
para no perder sus cultivos. Tenemos proyectos para construir seis represas
pequeñas en las comunidades alejadas y una presa grande, esperamos recibir el
apoyo de las autoridades, si no lo hacen hay que ser sinceros con los
productores y decirles que migren porque la sequía es peor cada año.
RILDO LLANOS, UGR OMEREQUE
Cada año la migración de la población es mayor,
especialmente en las zonas altas de Omereque, debido a que la sequía es
recurrente. En Sunchu Laguna tenemos sólo 13 niños en la escuela y una maestra,
hace tres años había dos maestras, pero como los niños cada vez son menos
tenemos que reducir el número de profesores.
De manera urgente necesitamos más carros cisternas para
poder llevar agua para riego y consumo humano. La gente se enferma porque se
han acabado las pastillas para clorar el agua. El año pasado hemos perforado
seis pozos de entre 8 a 12 metros para que la población pueda regar sus
cultivos, este año vamos a realizar el mismo trabajo.
SOLEDAD DELGADILO, GOBERNACIÓN
No hay sequía todavía, pero hay preocupación porque hay
zonas donde ha llovido poco como Pasorapa, Omereque, Mizque y Aiquile. La
situación de sequía se prevé que va a ser en los siguientes meses.
Estamos trabajando en un plan de emergencia para hacer
frente a la sequía para ayudar a mejorar los sistemas de captación de agua lo
más pronto posible en las zonas más afectadas. También los comunarios de Tolata
y Arbieto están preocupados por los volúmenes bajos en la represa de La
Angostura y nos vamos a reunir para evitar que la represa se seque.
(Panamericana 13 abril 2016). TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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