Primeras observaciones al Atlas del Agua de la DGA
Santiago, Chile, lunes 4 de abril de 2016, por Luis Alberto
Gallegos, editorial del Boletín GAL.- “No hay peor enfoque que enfrentar una
situación estructural sólo con medidas de corto plazo. Por supuesto que
necesitamos medidas para lo inmediato, y se están tomando y se continuarán
tomando, pero, por sobre todo, necesitamos un enfoque de largo plazo, una
mirada país. Necesitamos una Política Nacional de Recursos Hídricos, necesitamos
fortalecer nuestra institucionalidad pública, de cara a estos desafíos.”
Presidenta Michelle Bachelet Jeria. Política Nacional para los Recursos
Hídricos 2015 Delegación Presidencial para los Recursos Hídricos, Ministerio
del Interior y Seguridad Pública, Enero 2015.
No cabe duda alguna que el Atlas del Agua publicado
recientemente por la Dirección General de Aguas, DGA, es un extraordinario
trabajo de recopilación informativo acerca de uno de nuestros recursos
naturales más preciados: el Agua.
Este Atlas es una excelente fotografía del estado del arte
de los recursos hídricos de Chile y, en tal sentido, se constituye en un
indispensable componente que debiera no solo incluirse en la educación formal
de nuestros jóvenes de la básica, media y superior, sino también en una
necesaria información elemental de nuestra ciudadanía acerca de uno de los
soportes vitales del que Chile ha sido bendecido por su abundancia, pero
también del que padece por su escasez en estos aciagos tiempos del cambio
climático.
El Atlas del Agua publicado, también, se convierte en una
potente herramienta para los diagnósticos hídricos locales de nuestras
municipalidades y comunidades; es una plataforma técnica crucial para el diseño
de nuestras estrategias hídricas y, en particular, un indispensable instrumento
para la gestión ambiental, hídrica y climática de los municipios y
organizaciones sociales.
Quiénes son los dueños
del Agua de Chile
No obstante, como
todo instrumento técnico, el Atlas carece –por lo menos, percibidos en una
primera lectura-, de algunos ingredientes clave.
Respecto al tema de los derechos del agua en nuestro país
(Parte IV, página 106 y siguientes), echamos de menos un desglose de
información e identificación sobre los actuales usuarios de los derechos
otorgados por la autoridad para el uso consuntivo y no consuntivo de los
recursos hídricos de Chile.
Y esta información no es necesariamente una lectura política
sobre estos derechos, ni menos supone juicios de valor. Tan solo es una
indagación y revelación jurídica sobre quiénes son los dueños del agua de
Chile. Para ello, bastaría un entrecruzamiento de información que permitiera
poner de relieve quién es quién en el usufructo y disfrute de nuestro preciado
recurso natural.
Y este tema es relevante debido a que el Agua, considerada
como una mercancía en nuestro actual sistema, se ha constituido en un negocio
apetecible por las grandes empresas. Según la Política Nacional para los
Recursos Hídricos 2015 las “transacciones de Derechos de Aprovechamiento de
Aguas han tenido un aumento sostenido desde al año 2005 en adelante, en
coincidencia con la reforma del Código de Aguas del mismo año. De acuerdo a la
información proporcionada por los Conservadores de Bienes Raíces a la Dirección
General de Aguas, y según el tipo de transacción (compraventas, transferencias,
arrendamientos, entre otros), más del 80% se concentran entre las Regiones de
Coquimbo y Maule” (Página 30 y siguientes).
Cambio climático,
causa y desafío sobre escasez hídrica
Otro ingrediente del
que también notamos su ausencia es respecto al señalamiento claro y explícito
de las causas actuales de la escasez hídrica. Al revisar el capítulo sobre este
asunto (Parte IV, página 118 y siguientes), comprobamos que no existe una sola
línea, frase o palabra que haga referencia al cambio climático como el causal
global y local de la actual escasez hídrica que aqueja a 194 comunas del país.
Tan solo se menciona dos veces este grave problema en la propuesta de desafíos
(Parte V, página 136 y siguientes). Y punto.
Protección de
Glaciares: Nuestras reservas hídricas estratégicas
Una ausencia
importante en este Atlas es el análisis del proceso de derretimiento de
nuestros glaciares debido al calentamiento global. Si bien el Atlas presenta un
acucioso resumen de datos científicos acerca de estos recursos naturales
estratégicos que Chile posee y que están catastrados por la DGA en su
inventario sobre esta materia, no logra presentar un enfoque científico acerca
de la vulnerabilidad de los glaciares chilenos debido al cambio climático.
(Parte II, página 57 y siguientes)
Tal como la Política
Nacional para los Recursos Hídricos 2015 lo señala, coincidimos que, en efecto,
“los Glaciares en Chile han experimentado una fuerte tendencia al retroceso,
mayoritariamente, debido a la variabilidad climática natural, así como también
a causa del proceso de cambio climático” (Página 23 y siguientes).
Aportes innovadores
ante la sequía
Un ingrediente que,
desde la perspectiva municipal y ciudadana, también echamos de menos, tiene que
ver con la ausencia del reconocimiento de las buenas prácticas que las
municipalidades y la comunidad vienen desarrollando para enfrentar la escasez
hídrica mediante tecnologías innovadoras como las plantas desalinizadoras.
En este sentido, en
el capítulo referente a esta forma de hacerle frente a la sequía (Parte IV,
página 130 y siguientes), podría hacerse mención a las experiencias que los
municipios y sus comunidades han ejecutado en la V Región y específicamente en
la comuna de La Ligua, donde el 22 de marzo pasado, Día Mundial del Agua, se
inauguró la planta hídrica desalinizadora en La Ballena, que favorecerá a 300
familias que padecen de una de las mayores crisis hídrica que se registra en la
Región. Valorar las iniciativas locales ante la sequía es muy importante en las
actuales circunstancias de desafíos nacionales ante el cambio climático. Hay
que fortalecer sinergias con todos los actores del país.
Los desafíos del Atlas
Este Atlas propone
los siguientes desafíos:
1.- Crear
herramientas adecuadas para la heterogeneidad hídrica de Chile y enfrentar los
impactos del cambio climático.
2.- Contar con un marco legal e institucional que considere
tanto la diversidad y la escasez hídrica como fenómenos reales. Se precisa,
además, modificar el marco normativo priorizando la subsistencia humana a
través del acceso de la población al agua potable.
3.- Una nueva institucionalidad del agua que permita
establecer coordinaciones interinstitucionales para avanzar hacia una gestión
integrada del recurso hídrico; definir una política nacional de agua y una
gobernanza adecuada para el conocimiento, investigación y gestión de ésta. Ello
significa:
3.1.- Disponer de una Política Nacional del Agua vinculante.
3.2.- Plan Nacional de Recursos Hídricos a cinco años.
3.3.- Adecuada gobernanza para la gestión del agua por
cuencas, entendida como el conjunto de sistemas políticos, sociales, económicos
y administrativos.
3.4.- Lograr la implementación de una Gestión Integrada de
Recursos Hídricos (GIRH) en todas las cuencas del país.
4.- Mejorar el conocimiento de los sistemas hídricos del
país.
5.- Además de la generación de datos, se requiere avanzar en
la Investigación en Recursos Hídricos.
6.- Los desafíos para los próximos años dicen relación con
buscar los mecanismos más apropiados y eficientes para hacer ahorro del agua y
abordar con eficiencia las situaciones de escasez.
7.- Establecer una cultura del agua en la población desde
una aproximación ética. Resulta relevante trabajar con la ciudadanía en
instaurar una cultura del agua.
Desafíos insuficientes
Las actuales
circunstancias de crisis hídrica y de desastres climáticos exigen desafíos
mucho más ambiciosos que los propuestos por el Atlas.
Los que se señalan
allí son necesarios y básicamente aluden a tres ejes: optimizar la gestión del
conocimiento científico y técnico sobre el agua en Chile; generar una nueva
institucionalidad hídrica con renovadas y eficientes políticas públicas sobre
la materia; y promover una cultura ética y sustentable sobre el agua en la
ciudadanía.
Todo ello, siendo
indispensables tales compromisos, no bastan para asumir nuestras
responsabilidades ante la severa crisis hídrica que nuestro país atraviesa y
que, según todos los pronósticos científicos, se acentuará en los próximos
años.
Nuestras sugerencias
En concordancia con
los diagnósticos, reflexiones, propuestas y declaraciones que las
municipalidades de Chile han producido sobre el tema hídrico en sus eventos
nacionales de Copiapó el 19 de julio del 2013 y en Antofagasta, el 30 de enero
de 2015, estimamos que el Atlas del Agua pudiera incluir las siguientes
sugerencias aprobadas y suscritas por nuestras autoridades municipales:
1. Nos hacemos
partícipes de las crecientes demandas ciudadanas por la Nacionalización del
Agua y nuestra voluntad política de contribuir al desarrollo y ejecución de una
Política para los Recursos Hídricos reafirmamos nuestra voluntad para que se
asigne un nuevo rol al Estado, rediseñe la institucionalidad y normativa legal
e incremente la descentralización en las decisiones públicas en esta materia.
2. Reiteramos nuestro compromiso e insistencia por
considerar el agua como bien nacional de uso público, elevar como garantía
constitucional este derecho, facultando al Estado su distribución, los derechos
de aprovechamiento a los diferentes sectores de nuestra sociedad, con criterios
de equidad y sustentabilidad. Por ello, rechazamos la apropiación privada y
sobre todo especulativa que permite el actual Código de Aguas.
3. Señalamos que el criterio de distribución de derechos de
aprovisionamiento por parte del Estado, debe asegurar su uso para consumo
humano, luego la producción de alimentos y posteriormente para otras
actividades productivas considerando la sustentabilidad del recurso y la
protección del medioambiente.
4. Fortalecer la institucionalidad municipal respecto a la
gestión hídrica, ambiental y climática, generando condiciones para la creación
de Ordenanzas Municipales sobre el Derecho al Uso del Agua en nuestras comunas,
en coherencia a la protección jurídica que debería implementarse por el Estado.
5. Promover la Asociatividad Municipal sobre el Agua en base
a la gestión integral de cuencas hidrográficas; la colaboración solidaria entre
comunas aledañas; el diseño y ejecución de líneas de acción y planes de trabajo
conjuntos; buenas prácticas a replicar; estímulo a la resiliencia; entre otras
opciones, respecto a la gestión del agua a nivel comunal, intercomunal,
regional y nacional.
6. Fomentar la Educación Hídrica, Climática y Ambiental en
la escolaridad y ciudadanía, que permita avanzar en cambios de hábitos, y una
corresponsabilidad en su uso, para generar una nueva cultura sustentable del
Agua.
7. Explorar fuentes de recursos financieros y tecnológicos,
públicos y privados, nacionales e internacionales, que posibiliten la
viabilidad y concreción de las iniciativas y propuestas hídricas en este
evento, en forma autónoma de cada municipio o en asociatividad.
8. La ACHM promoverá para que sus municipios asociados
tengan potestad y puedan ser garantes de los derechos sobre una necesidad básica,
como lo es el Agua. Por eso, cada municipio deberá tomar un acuerdo de Concejo
Municipal respecto a su eventual apoyo a este largo y necesario proceso de
participación en la gestión hídrica.
9. La ACHM hace suyo los convenios internacionales, que estiman
inviolables los glaciares, considerando a este recurso como la principal fuente
natural de preservación del agua del futuro. (Ver Ley Marco de Protección de
Glaciares del Parlamento Latinoamericano)
10. La ACHM considera pertinente que las empresas mineras,
mediante normativas técnicas explícitas, deban adoptar las últimas tecnologías
de punta existentes en el tratamiento de las aguas de relave, que eviten la
contaminación del agua en tales sectores.
11. Proponemos estudiar la necesidad y posibilidad de crear
un Ministerio de Recursos Hídricos, ante la envergadura y gravedad de la crisis
de emergencia y estructural que Chile hoy atraviesa.
Finalmente, saludamos
el enorme aporte científico del Atlas del Agua, reconocemos y valoramos su
contribución al conocimiento sobre el agua en nuestro país. Y, tal como lo
señalamos, debiera constituirse en un texto básico para nuestra educación
formal y convertirlo en modalidades de información indispensable para nuestras
comunidades.
Asimismo,
consideramos que también pudiera constituirse en una propuesta hídrica que sea
sometida a consulta ciudadana y de las municipalidades, a fin de enriquecer sus
contenidos, de promover su socialización y para optimizar las políticas
públicas nacionales y locales sobre este urgente tema. (FIN) TOMADO DE ENVIO DE
BOLETIN GAL DE CHILE
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