sábado, 18 de julio de 2020

BIO GAS Y BIO FERTILIZANTES CON RESTOS DE FRUTAS

Una Solución para dos problemas.
Generar biogás y biofertilizantes a partir de residuos de frutas
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Una vez más los científicos y técnicos de los organismos oficiales buscan y encuentran soluciones a problemas de la sociedad. En este caso con el asesoramiento del INTA, la empresa Patagonia Beverage busca transformar 400 toneladas anuales de orujo, derivados de la elaboración de jugos, en energía y fertilizantes. Un logro de economía circular con amplios beneficios ambientales y
económicos.
Debo recordar que en el caso de Patagonia Beverage, sus residuos son industriales y no Residuos Sólidos Urbanos (RSU) esos que diariamente sacamos en una bolsa a la calle para que los recolectores dependientes de la municipalidades los retiren.
Los residuos industriales deben ser destruidos por quien los genera o pagarle a empresas especializadas que se encargan de su aprovechamiento o destrucción controlada, es decir es un costo agregado a su producción.
Con una producción anual de 600 mil litros de jugo Pura Frutta y una estimación de crecimiento del 30 % para el 2020, la empresa Patagonia Beverage dio un paso más. De la mano del INTA, busca transformar el orujo que genera en energía y fertilizantes.
Para Lucas Zanovello, diseñador industrial del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) del INTA Región Patagonia, “los residuos orgánicos que generan algunas producciones pueden representar un problema, si no son gestionados y tratados
adecuadamente”.
En este sentido, destacó el trabajo que realiza la empresa Patagonia Beverage: “Su tratamiento y reutilización es un desafío que decidieron encarar junto con los técnicos del INTA”.
En sus inicios, la empresa reutilizaba el orujo de la fruta procesada deshidratado como subproducto para ensilarlo y producir alimentos balanceados para consumo animal, un producto con muy bajo rendimiento económico. Sin embargo, la posibilidad de producir energía y biofertilizantes resultó una alternativa más seductora frente a la posibilidad de reducir los costos energéticos.
Actualmente, están en un proceso de traslado a la localidad de Villa Regina en donde contarán con instalaciones de mayores dimensiones y podrán aumentar la producción.
“Si bien nos trasladamos a un predio más cómodo, tiene la desventaja de no contar con una red de gas natural y nos encontramos con que el costo del gas licuado es muchísimo más caro”, detalló Carro. Esta es una buena razón para emprender el desafío de instalar un biodigestor piloto y generar bioenergía para toda la planta, con el acompañamiento técnico del INTA. De esta manera un elemento que generaba un pasivo se convertirá en un importante activo que reducirá sus costos operativos.

Un biodigestor para sacarle el jugo a la producción
En el caso puntual de la juguera Pura Frutta, instalarán un biodigestor de 260 metros cúbicos en la nueva planta para procesar todo el efluente sólido y líquido. “A priori, los volúmenes de biogás que se generan son más que suficientes para los consumos que tenemos”, aseguró Carro.
Al mismo tiempo están estudiando la composición del fertilizante que utilizan sus  proveedores de fruta y así poder cerrar el ciclo productivo de reutilización de sus residuos y transformarlo en un emprendimiento sostenible en el tiempo”.
Un biodigestor es resumidamente un contenedor cerrado, hermético e impermeable que almacena material orgánico, excrementos de animales, desechos y restos de alimentos, que genera una fermentación anaeróbica (Una actividad que se desarrolla sin oxígeno.) que deriva en la producción de biogás y biofertilizantes.
Producido el biogás queda un residuo orgánico que se descarga del biodigestor es un lodo-líquido con propiedades fertilizantes que contiene nitrógeno, potasio, fósforo y otros micronutrientes esenciales para las plantas.
Por su parte, Zanovello reconoció que “la adopción de esta tecnología tiene beneficios desde el punto de vista ambiental y de la sustentabilidad” y, en este sentido explicó que “la inversión inicial se recupera bastante rápido porque reemplaza un gasto en energía que es cada vez mayor”.
Sin duda un ejemplo a tener en cuenta en todas aquellas actividades que generan residuos orgánicos susceptibles de ser reutilizados. Por ejemplo en Mendoza una empresa recibe gratuitamente el orujo resultante de la elaboración de vinos y produce alcohol y el remanente también lo convierte en fertilizantes,
“Además, agregó el técnico del INTA, es posible fabricarlos, en la medida que uno tiene los materiales disponibles, y resolver, así, el pasivo económico y ambiental que supone el hecho de generar residuos y tener que gestionarlos”.
Fuente: INTA
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web


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