El martes, Donald Trump anunció un acuerdo con la compañía
para que pueda fabricar medicamentos en virtud de la Ley de Producción de
Defensa
El destino para Kodak parecía
sellado. Después del error que cometió a fines de los `90 privilegiando el
negocio del revelado de fotos frente a las cámaras digitales, a principios de
este mes, la acción de la empresa valía US$2,2. Pero,
el martes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció
un acuerdo con la compañía por el que comenzará a
fabricar medicamentos y el papel saltó a US$34,89, según
la cotización de hoy.
El acuerdo fue alcanzado en virtud de la Ley de
Producción de Defensa, que le confiere al Ejecutivo estadounidense la facultad
de modificar el objeto productivo de empresas industriales en tiempos de guerra y
a la que Trump apeló para gestionar la pandemia de coronavirus.
"Mi administración está haciendo uso de la Ley de
Producción de Defensa para proporcionar un préstamo de US$765
millones para apoyar el lanzamiento de productos farmacéuticos de
Kodak", dijo el mandatario en conferencia de prensa en la Casa Blanca y
calificó al acuerdo como "uno de los más
importantes en la historia de la industria farmacéutica de los Estados
Unidos".
"Usando técnicas de producción avanzadas, Kodak también
hará los materiales de partida clave, que son los componentes básicos
de muchos medicamentos, de manera que sea a la vez competitiva en
cuanto a costos e inocua para el medio ambiente", informó la empresa.
Eastman Kodak Company (popularmente conocida como Kodak) fue
fundada en 1892 en los Estados Unidos y durante más de
100 años se dedicó al diseño, producción y comercialización de equipamiento y
películas fotográficas.
Kodak eligió salvar a los rollos y no apostar a las cámaras
digitales
Pero entre fines de los `90 y comienzos de 2000, fue
herida casi de muerte por una mala decisión empresarial. A pesar de
que había desarrollado la tecnología para hacer cámaras digitales no
apostó por ese formato, temiendo que la ausencia de carrete en estas
nuevas cámaras perjudicara su negocio de películas fotográficas que,
en ese momento, representaba el 90% de la facturación.
Y Nikon, Canon y Leica aprovecharon esta
demora para salir con sus respectivos productos, al tiempo que el revelado
físico de fotos casi que se extinguió. TOMADO DE LA NACION DE AR
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