martes, 23 de octubre de 2012

TEXTILES INTELIGENTES


La nanotecnología permite la creación de textiles inteligentes:
Nuevas telas no se manchan, cargan el celular y repelen bacterias
Laboratorio en la Universidad de Cornell, liderado por el colombiano Juan Hinestroza, ha desarrollado una generación de vestuario completamente nuevo y sorprendente. 
Richard García 
Una camisa fabricada con una tela que cambia de color según la ocasión o la temperatura ambiente, ya es posible a nivel experimental gracias al desarrollo de telas inteligentes con ayuda de la nanotecnología.
Es el trabajo que desarrolla Juan Hinestroza, director del Laboratorio de Nanotecnología Textil de la Universidad de Cornell (EE.UU.), quien se encuentra en Chile invitado por la U. Andrés Bello para participar en un congreso y un taller de espectroscopia molecular.
"Podemos controlar el color sin usar colorantes, ensamblando nanopartículas en las fibras del tejido, de tal manera que cuando la luz interactúe con las partículas, se refleje un color diferente", explica este ingeniero químico colombiano especializado en nanomateriales.
"Usamos partículas que son más pequeñas que la longitud de onda de la luz. Como son más pequeñas, la luz se refracta en colores diferentes", destaca.
La primera vez que Olivia Ong, una estudiante de diseño en Cornell, le propuso confeccionar un vestido con estos materiales que protegiera contra las bacterias, Hinestroza pensó que estaba loca porque no entendía lo difícil que era colocar una partícula casi pegada a la otra y controlar lo que sucede en un espacio no mayor a 5 nanómetros entre ellas (un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro). "Hay que entender que el diámetro de nuestro pelo es de alrededor de 50 mil nanómetros. Nosotros trabajamos con dimensiones que van entre los 10 y 50 nanómetros, es decir mil veces más pequeñas", detalla Hinestroza.
"Los químicos no vieron valor el trabajar con una diseñadora, pero yo la entrené en los procesos químicos para que ella misma hiciera los ensamblajes. El resultado de su trabajo se presentó en una muestra de moda en la misma U. de Cornell.
Las nanotelas también pueden repeler las manchas, transportar energía y hasta cargar un celular. Lo demostró un diseño desarrollado por otra de sus alumnas, Abbey Liebman, quien ahora fue contratada por el MIT. La tela integra celdas solares que capturan la energía del sol y la fibra de algodón revestida con nanopartículas funciona como conductor de la electricidad.
Esta misma fibra en una camisa permitiría monitorear a distancia el ritmo cardíaco o la frecuencia respiratoria.
Otro de los éxitos del laboratorio de Hinestroza son unas moléculas que capturan gases, desarrollo que fue encargado por el ejército de EE.UU. "Cuando una estudiante vio las muestras del proyecto me dijo: 'Cada vez que corro en Manhattan el esmog de los vehículos se pega en mi pelo y no me gusta. ¿Qué pasaría si diseñamos moléculas para captar ese compuesto y las colocamos en una capucha?' ".
El diseño de Jennifer Keane resultó y ahora ella trabaja en el laboratorio creativo de Adidas en Nuremberg. Allí también están aplicando la tecnología en las zapatillas para que no tengan mal olor.
Pero tal vez el proyecto que lo tiene más orgulloso es un mosquitero contra la malaria que incluye nanopartículas que han capturado el insectida repelente, el que puede permanecer allí hasta por dos años.
 Camino al futuro
Los materiales interactivos como los que se vieron en la película Volver al Futuro ya existen, afirma Hinestroza. "Son materiales que responden al ambiente y cambian de forma y de color, dependiendo de su entorno. Puedes estar a 40 grados bajo cero con una camiseta, pero te protegen 5 nanómetros de metal que no puedes ver. No necesitas un abrigo muy grande". Además, ya existen materiales que se ajustan al cuerpo basados en el calor del individuo. Las zapatillas que se modelan al pie y que aparecían en la película de Spielberg funcionan bajo el mismo principio.
Tomado de El mercurio de Chile 

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