El Niño
llegó con todo: preocupa el exceso de lluvias
Los suelos
ya están muy cargados de humedad y no resisten más precipitaciones; se complica
la siembra del maíz y de la soja
Por Roberto
Seifert
Un clima sin
cambios para el corto plazo
La progresiva intensidad de las lluvias caídas
este mes, que llegó a ser extraordinaria en algunas localidades, comenzó a
inquietar a los productores agropecuarios porque se encharcaron lotes y
dificultaron las tareas de siembra de granos gruesos y el avance de la campaña
fina, ya en desarrollo.
La Guía
Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, cuya área de
influencia es el sur de Santa Fe, de Entre Ríos y de Córdoba y norte
bonaerense, informó por ejemplo que se vieron montos superiores a los 300
milímeros en algunas localidades, cuando sus promedios son de 80, 90 o 100
milímetros, como se informa por separado.
A todo esto,
los pronósticos siguen anunciando lluvias. Stella Carballo, del Instituto de
Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dijo a
La Nacion que si bien se espera que las ventanas entre lluvia y lluvia, en
noviembre y diciembre, sean más amplias que las vistas en octubre -que no dan
tiempo al drenaje- en enero habría lluvias superiores a las normales. Luego, en
febrero el clima será inestable y el otoño será llovedor, sobre todo en abril y
mayo ( justamente en la época de cosecha de soja).
Por el
momento los analistas no tienen definidas las potenciales pérdidas productivas.
Gustavo López, director de la consultora Agritrend, mantiene su estimación de
11 millones de toneladas para trigo, 16 millones para maíz y casi 56 millones de
soja, que sumados al resto de cereales y oleaginosos sostiene la hipótesis de
producción en algo más de 112.488.000 de toneladas de granos.
"Todavía
resulta difícil saber si no se va a cubrir el área total por exceso de
precipitaciones. A lo sumo hoy se espera que se retrasen las siembras pero se
mantienen las hipótesis de superficie y producción", sostuvo López.
En el sur de Santa Fe las intensas lluvias provocan encharcamientos que dificultan el desarrollo de los cultivos. Foto: Marcelo Manera Según el
analista, obviamente las condiciones con buena humedad permite inferir muy
buenas cosechas. Veremos cómo evolucionan las próximas semanas. De todas formas
los retrasos llevaran a que la salida de la cosecha gruesa pueda presentar
problemas logísticos. Pensar en al menos 90/95 millones de toneladas sólo de
cosecha gruesa que se van a concentrar entre abril y junio implicará un cuello de
botella en materia de movilización".
Para Esteban
Barelli, de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación
Agrícola (Aacrea), "el inicio de la campaña de granos gruesos encuentra al
productor reprogramando las labores y reasignando recursos y stocks. La
condición ambiental imperante no permite el normal desenvolvimiento de la
siembra y la implantación de los cultivos".
Agregó
Barelli que "la falta de piso en el lote y la imposibilidad de tránsito
por los caminos vecinales son una constante en la provincia de Entre Ríos,
centro-norte bonaerense, sur de Santa Fe y centro-sur de Córdoba, retrasando
las fechas de siembra y ocasionando pérdida en los sembradíos recién
implantados, principalmente en los cultivos de maíz de fechas tradicionales,
obligando a una resiembra con el consecuente incremento de costo y retraso en
el ciclo de desarrollo".
Por su
parte, Tomás Parenti, del GEA, dijo que el maíz tiene problemas de
encharcamientos que empiezan a generar muertes de plantas. "Empieza a haber
nacimientos irregulares en los lotes que quedaron bajo el agua. Esto
directamente le va a pegar al potencial de rinde del cultivo. Y también
preocupa la superficie remanente que se tenga que sembrar porque se empieza a
pasar la fecha", señaló.
También
intranquiliza que siga lloviendo, "porque lo suelos ya no tienen capacidad
de absorción de agua, los perfiles están cargados y todo lo que caiga extra
provoca anegamientos".
En el caso
de la soja, explicó que no se pueden hacer las labores en tiempo y forma, y se
va a tener que ir dilatándo la fecha de siembra. "No hay problemas por el
momento porque todavía estamos en octubre. Pero la duda es si continúa
lloviendo, en qué momento se podrá salir a sembrar. Si son pocos los días de
atraso quizá no sea necesario cambiar los ciclos del cultivo".
Pero Parenti
advirtió que "un problema de exceso de agua en la cosecha parece mucho más
preocupante".
Por último,
en la región del GEA el trigo, que ya está en etapa de floración, estas lluvias
empiezan a complicar por encharcamientos. "Ya hay superficie perdida,
muerte de plantas y mucho riesgo de enfermedades por exceso de humedad como
fusarium. El problema es que por el exceso de barro no se pudo entrar para
hacer las aplicaciones preventivas".
En tanto, según
la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las intensas lluvias frenaron las
siembras de maíz. Hasta el jueves último se llevaban implantadas el 36,8 % de
las 3,4 millones de hectáreas proyectadas.
En soja, la
siembra comenzó con contínuas interrupciones. Se lleva cubierta sólo el 2 % de
las 17,9 millones de hectáreas previstas.
En tanto, el
trigo ya se levantó el 4 % de la superficie sembrada, estimada en 3,6 millones
de hectáreas. Las lluvias acumuladas durante el fin de semana pasado provocaron
desbordes de ríos, arroyos y canales y en consecuencia, pérdidas de lotes por
inundaciones, incluso también por granizo como en la localidad bonaerense de
San Pedro.
Debido a las
lluvias se agravaron las inundaciones en el oeste, centro y este bonaerense y
nordeste de La Pampa. En cambio, los núcleos trigueros del sudeste y sudoeste
de Buenos Aires mantienen buen estado".
Tomado de La
nación de ar
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