Apostar por
la agricultura a pequeña escala
Aunque
América Latina y el Caribe producen suficientes alimentos para cubrir las
necesidades de sus 600 millones de habitantes, todavía 49 millones de personas
sufren hambre, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
Si bien en
los últimos 20 años América Latina y el Caribe es la región del mundo que
mayores avances ha registrado en la reducción del hambre, los gobiernos de la
región siguen apostando por impulsar la agroexportación, dejando de lado la
agricultura a pequeña escala, que es la base de la alimentación de millones de
personas y genera elevados niveles de empleo en el campo.
En el marco
del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, la FAO
pidió a las autoridades nacionales apoyar a los pequeños agricultores, que son
los principales productores de alimentos del mundo y a precios accesibles.
“En los
últimos tres decenios, se han reducido las inversiones nacionales en
agricultura así como la ayuda para el desarrollo, y millones de pequeños
productores han tenido que luchar para adaptarse a muchos cambios: clima,
mercado y precios”, dijo el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
La
organización internacional humanitaria Oxfam también hizo un llamado a apoyar
la pequeña agricultura que garantiza la seguridad alimentaria, y exhortó a los
gobiernos latinoamericanos a cambiar su enfoque sobre las políticas agrarias,
centradas en impulsar la exportación de alimentos por su rentabilidad.
Antonio
Hill, representante para América Latina de la campaña CRECE de Oxfam, dirigida
a impulsar la agricultura de pequeña escala, instó a los gobiernos de la región
a que aprovechen “el actual momento de crecimiento económico que experimentan
muchos países, plasmando en los presupuestos del 2013 un incremento en la
inversión de la agricultura familiar y campesina especialmente en las mujeres,
que tanto potencial tienen para aumentar su productividad de manera sostenible.
Este es el camino más viable para eliminar el hambre en la región”.
“Hay que
mirar la pequeña agricultura como rentable, primero porque es la despensa
alimentaria del pueblo en la región, y segundo, porque sigue siendo una fuente
muy importante de empleo. Fortalecerla a través de mayor inversión en
tecnificación agraria o políticas de adaptación al cambio climático es un
cambio no sólo para reducir el hambre sino también para blindar a la región
contra la crisis económica en Europa y otras partes del mundo”, dijo Hill en
declaraciones recogidas por la agencia Servicios en Comunicación Intercultural
(SERVINDI).
La FAO
alertó sobre la continua volatilidad de los precios de los alimentos y no
descartó que esa tendencia continúe en los próximos años. De acuerdo con el
Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, desde mediados de año se ha
producido un incremento de 10% en los precios de los alimentos, lo cual afecta
directamente a los sectores más pobres que destinan alrededor de 70% de sus
ingresos a la compra de alimentos.
Para
contrarrestar esa tendencia y proteger a las personas más vulnerables, Oxfam
invocó a los gobiernos de la región a “no ceder a los intereses particulares
del sector de los agronegocios, que muchas veces van en contra de la generación
y producción de alimentos básicos”, e “invertir en la productividad sostenible
de pequeños productores, en el marco de políticas de seguridad alimentaria que
permitan garantizar la provisión de alimentos para todos y todas”.
“La estrecha
relación entre las demandas de gremios poderosos y la asignación de
presupuestos a favor de sus intereses no es secreta”, dijo Hill. “La historia
no contada es que los gobiernos acceden a esas presiones a costa de los
derechos de casi 50 millones de campesinos y consumidores más pobres y
vulnerables en América Latina año tras año. O cambiamos esas tendencias, o
tiramos un sistema alimentario más justo por la borda”. —enviado y tomado de Noticias
Aliadas.
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