miércoles, 20 de febrero de 2013

CÁNCER Y ANTENAS DE CELULARES los números son los números


 ACORRALANDO AL ENEMIGO INVISIBLE
 de Sacha Barrio Healey,
¿Evidencias sobre un causal ignoto que  acecha e intensifica la epidemia del cáncer? 
 Un fenómeno silencioso e inexplicable está demoliendo la salud de la humanidad. Oscuramente intuimos que algo está sucediendo, todos lo comentan y se preguntan y nadie sabe qué pasa. Nos despedimos de seres queridos, o nos golpea la noticia en carne propia, se sospecha que algo no estamos haciendo bien. Por otro lado, visiblemente hay consenso que las diferentes formas de neoplasia se han  multiplicado de una forma sin precedentes en la historia de la humanidad. Solo en los últimos diez años la incidencia del cáncer nos recuerda las plagas medievales. ¿La pregunta es qué origina esto, que lo impulsa  y nos enferma de manera tan intensificada?
 Nuestra alimentación ha degradado, hay innumerables contaminantes en la cadena de alimentación, pero difícilmente podemos decir que sea el único o principal culpable de tal aceleración del cáncer. Las emociones  innegablemente son también responsables del cáncer. Pero mala dieta y conflictos emocionales han existido en toda la historia de la humanidad, y no bastan para explicar, este aceleramiento en el cáncer. Algo más está sucediendo y urgen respuestas. Según la OMS, con 7.6 millones de casos terminales, el cáncer fue en el 2008 la causa líder de muertes en el mundo. (1)  A nivel de estadísticas globales África, el continente más atrasado en tecnología moderna, presenta la más baja incidencia de cáncer. (2)
 El trabajo de un médico es uno con aires fúnebres, todos los días se acude a personas que luchan por vivir y donde acechan las fuerzas de la muerte. Con el trabajo diario de enfrentarse a la enfermedad y aliarse con el paciente en sus ganas de vivir, se empiezan a dibujar correlaciones y el tejido invisible se va manifestando, se visibiliza.
 Un paciente con un tumor en el cerebro, en plena consulta responde su celular, le digo que mejor utilice un cable con su celular para no acercar la radiación al cerebro. Continuó explicando que busque no vivir cerca a estaciones base de telefonía celular. Me interrumpe diciendo que vive en el penúltimo piso de un edificio, en plena plaza de armas, y sobre el techo hay una antena microondas de celular. Otro paciente de 40 años viene a la consulta con Linfoma no Hodkings, vive en Chosica y conversando me pregunta si la casa vecina donde hay una base de antena microondas, puede ser peligrosa. Otro paciente de 80 años, que siempre fue sano, viene a consulta para pedir consejo en la alimentación, acaba de perder un riñón con cáncer. Cuando le digo que no guarde su celular en el bolsillo, ya que su campo de radiación puede afectar la pelvis, me explica que hace un año, vino una empresa telefónica, y realizó un contrato con los inquilinos de su edificio, pagan mil dólares por departamento por la ubicación de la antena. Exactamente al año se enferma de carcinoma renal, sin darme detalles me señala que todos los inquilinos del edificio están afligidos de salud. Otra paciente con linfoma, explica que llevo varias sesiones de quimioterapia y radio terapia, su enfermedad fue a remisión. Tres años más tarde, empezó un dolor en el borde anterior del hueso de la pelvis, la cresta iliaca anterior, la biopsia reveló tejido maligno.  Fue el lado derecho, justo debajo de donde colocaba su estuche del celular. También hay pacientes que tienen hasta tres celulares entre el bolsillo y la correa, y preguntan si habrá alguna hierba buena para la próstata. Si el celular puede anular el poder reproductivo a un huevo de gallina, ¿qué efecto tendrá sobre los testículos y los ovarios? Otra paciente viene de Sullana con cáncer de Pulmón, me anticipo y les digo que busquen no vivir cerca de torres microondas, responde aclarando que hace dos años colocaron una torre en la casa su vecina. Continua explicando que desde que pusieron esa torre, el celular, el teléfono fijo y el televisor, nunca fue igual, siempre con fallas,  invisiblemente otras fallas también empezaron a darse en las células, hasta que el dolor en el pecho  la llevo a la consulta y al diagnóstico temido.
 Desgraciadamente son las mismas corporaciones telefónicas las que financian la mayoría de estudios sobre la seguridad de las torres de celulares. De igual forma, en internet hay abundantes artículos sobre la inocuidad de la contaminación electromagnética. Después de haber escrito cuatro libros y haber leído interminables artículos científicos, se desarrolla olfato para reconocer estudios científicos genuinos. La web está invadida de artículos fantasma, colocados con camufla, para influir en la opinión pública. Ahí podemos encontrar textos y elegantes videos sobre lo ecológicas que son ciertas empresas mineras, inclusive se ven textos de cómo el tratamiento de restitución hormonal protege contra el cáncer, la inocuidad del aspartame y el Glutamato Mono sódico. Sabiendo que la web es una selva incontrolable, uno solo debe de orientarse con textos de publicaciones serias, que son supervisadas por un equipo editorial experto, internacional e independiente y no ligado a corporaciones. El grupo editorial Elsevier es reconocido dentro del mundo de las publicaciones científicas y académicas, por sus reportajes de alta calidad y confiabilidad, y entre sus publicaciones tenemos The Journal of Total Environment, de este último el siguiente articulo.
 Mortality by neoplasia and cellular telephone base stations in the Belo Horizonte municipality, Minas Gerais state, Brazil
 Belo Horizonte con 2.5 millones de habitantes, es la tercera ciudad de Brasil, tiene el mejor sistema de salud a nivel nacional, la mejor educación del país, con un nivel de vida bastante superior al promedio del país. Según el comité de las Naciones Unidas ha sido seleccionada como la metrópolis con la mejor calidad de vida de toda Latinoamérica. De igual forma, tiene la más alta tasa de incidencia de cáncer a nivel nacional, un fenómeno difícil de explicar. Belo Horizonte cuenta con la más alta concentración de estaciones base de celular en el país. La pregunta natural fue saber si existe alguna correspondencia
  Al evaluar las estadísticas de mortalidad por neoplasia, medida en función a la distancia de una torre de microondas de celular a la residencia del fallecido, se obtuvieron los siguientes resultados.
 A 100 metros de una estación base de celular                 3569 muertes por neoplasia
 A 200 metros “    “’     ”                                                         1408 muertes por neoplasia
 A 300 metros “          “                                                              973 muertes por neoplasia
 A 400 metros “          “                                                              482 muertes por neoplasia 
 A 500 metros                                                                            292 muertes por neoplasia
 Más allá de los 1000 metros                                                  147 muertes  por neoplasia
  El estudio en Belo Horizonte en Brasil, uso una inteligente metodología de geo-localización, midiendo la distancia de las antenas con las personas fallecidas por cáncer. Se vio que del total de personas fallecidas con cáncer, el 81.37% se produjo dentro de los 500 m de distancia a la antena, lo que indica una correlación altamente significativa.
 En el año 2003 la ciudad de Belo Horizonte contaba con 474 estaciones base de celular, mientras que el año 2006 llegaron a ser 856.  La incidencia más baja de cáncer en Brasil está en la región Barreiro, donde se da una menor concentración de antenas microondas y estación base de telefonía móvil. La ciudad de Lima para el año 2008 cuenta con 1414 estaciones base de telefonía móvil, mientras que el resto del país cuenta con 1358, con un total de 2772 bases a nivel nacional (4).
 Muchos técnicos declaran que las emisiones de estación base son tan débiles a la distancia que serian despreciables, y nos instan más bien a investigar más los efectos del mismo celular móvil. Pero los estudios como el Belo Horizonte y otros realizados en Alemania e Israel, citados en apéndice uno y dos al final, evidencian un problema particularmente sensible y delicado cuando las personas viven en vecindarios cercanos a una estación base de telefonía móvil, donde el cuerpo va estar expuesto de manera continua. En las inmediaciones a una estación base las emisiones son mucho más bajas que las recomendadas por los organismos reguladores. Pero las normas reguladoras solo tienen en cuenta exposiciones cortas de seis minutos, y principalmente evalúan modificaciones térmicas en los tejidos. No otros indicadores más sutiles como la inmunidad, los canales de iones en las membranas celulares, la conducción eléctrica neuronal, o las estructuras moleculares del plasma, del ADN, y patrones de energía desordenados en los fluidos intersticiales, por citar algunas variables. La ciencia aun no ha medido y evaluado cabalmente los efectos de la contaminación electromagnética, aunque está al tanto que clínicamente nos enferma.
 Aun así, muchos países no respetan la recomendación que se estableció en el congreso internacional de Salzburgo de 0.1 microvatios por cm2, para zonas residenciales. Mientras que la recomendación del consejo de Europa es de 450 microvatios por cm2, el cual es un coeficiente de seguridad 50 veces menor, considerado inocuo para la salud desde el punto de vista térmico.
   Pero como hemos dicho, y evidenciado, nadie se calcina o enciende en las cercanías a una torre, y la observación de variaciones térmicas es burdo en comparación con los fenómenos sutiles que podrían y de hecho suceden, a nivel fisiológico. Muchos científicos señalan que pueden producirse otros tipos de efectos no térmicos, al tener exposiciones prolongadas. Un tema de estudio que no es impulsado por la industria de las telecomunicaciones.
 Por densidades de población y los perímetros de influencia que abarcan estas torres son millones las personas que están expuestas. A esto se suma el Wi-Fi  en casa, el teléfono inalámbrico, el celular, el televisor y el horno microondas. En el año 2009 el número de teléfonos celulares superó al de teléfonos fijos. Quizá nuestro entusiasmo con el celular ha sido desmesurado.
 Como hongos después de la lluvia han aparecido torres de celular por todo el mundo. Lamentablemente en países desarrollados recién se están implementando normas y en otros países las normas y el control son nulos.
 Cáncer de próstata, pulmón, mama, hígado, son reconocidos en la literatura científica como carcinomas relacionados con radiaciones electromagnéticas artificiales.
 Sobre nuestro espacio abundan señales de radio, televisión y celular. Las señales de radio son ondas de energía no concentrada, en nada comparable con las de microondas. La tecnología del celular requiere de microondas, las cuales son diminutas ondas vibrando a gran frecuencia de entre 300 y 3000 Millones de hertz, dada su alta concentración de energía, son capaces de atravesar todo tipo de material orgánico vegetal y animal sin excepción, con la capacidad de sondear y perforar células, dañar el ADN y finalmente enfermarnos. Ojala podamos hacer algo a tiempo. Al caminar por la ciudad, por el vecindario en que vivimos, hace falta abrir los ojos y evitar las antenas emisoras/receptoras, torres de alta tensión, y estaciones base de telefonía celular.
 Otro gigante responsable en la epidemia del cáncer, se desprende del mundo de los hidrocarburos. Hay más de 75 mil químicos sintéticos en nuestro medio, y solo se ha evaluado la seguridad del 3% de ellas (5). El público está ampliamente expuesto a cancerígenos, de la concepción hasta la muerte. Se empieza con el chupón, la mamadera y el pañal de polietileno, luego bebemos de vasos y botellas plásticas de polivinilo, o se mueve el azúcar (o edulcorante sintético) con cucharadita de plástico polipropileno. Compramos pescado y lo envuelven en bolsa plástica, se compra margarina, una grasa hidrogenada cercana molecularmente a un polímero plástico y también viene empaquetado en otro plástico más duro. Para comodidad del comensal el queso viene separado en láminas de plástico, la papaya y la piña cortada se "protege" con PVC (policloruro de vinilo). Salvo algunos vinos en botella de vidrio casi todo en el supermercado viene en plástico. Sin embargo, con seguridad el más peligroso de todos está en los pesticidas y fertilizantes sintéticos de las frutas y verduras. Las mujeres se aceitan protectores solares, cremas humectantes, tintes para el cabellos, acetonas en las uñas y siliconas en senos y nalgas. La vagina tampoco se libra, con la regla llegan los tampones o toallas con gel absorbentes. El acto sexual es también una maniobra plástica, con condones de látex  y lubricantes de vaselina (compuestos aromaticos policiclicos de caracter cancerigeno) espermicidas quimicos y diafragmas cervicales de goma.
 Nos llevamos el almuerzo al trabajo en un envase de plástico. Los artículos de aseo, jabón de glicerina, y champús siempre contienen un famoso cancerígeno, que hace años se debate su prohibición en el mercado, el  parabeno. Pasta dental con detergente frotado con cepillo de plástico. Prendemos el aire acondicionado de un carro recalentado al sol y se inhalan el benceno , abrimos la ventana y respiramos monóxido de carbono. Dormimos entre paredes pintadas con una mezcla de poliuretanos, resinas de melanina, poliésteres y acetatos  que frescas o secas emiten partículas volátiles tóxicas en las habitaciones.  Antes de morir se coloca una sonda naso gástrica de jebe, y un suero a la vena con varios fármacos petroquímicos. Lo irónico es que para morir se prefieren materiales naturales, no existen los ataúdes de plástico, todos son de madera.
 El crecimiento explosivo de productos petroquímicos empezó en 1940, pero aun así no explica, ni justifica por sí solo el incremento del cáncer en los últimos 20 años. Ni como en una sola década la incidencia del cáncer ha incrementado en 20%.
 Finalmente, y para complementar, seis meses antes de manifestarse un cáncer como regla hay un conflicto emocional, con o sin polución de microondas. El Dr. Ryke Geerd Hamer tiene razón también en señalar que la raíz del cáncer es emocional. Si el cáncer fuera únicamente emocional lo hubiéramos visto expandir durante las atrocidades de la primera y segunda guerra mundial, cuando en la realidad, se vio que en muchos lugares de Europa, durante este periodo crítico disminuyo el cáncer. Suceso extraño que según elDr. T Colin Campbell se debió a la reducción grasas y carnes animales, y mayor consumo de verduras y cereales integrales durante las austeridades de la guerra. Mas adelante, se descubrió el ADN y ciertos genes fueron inculpados, hoy se estima que no más del 2 % de los canceres son de origen genético, y no sólo eso sino que los genes no son tan inmutables y rígidos como se pensó inicialmente.
 Sobre una población expuesta bajo un cielo de radiaciones electromagnéticas, serán las personas con estrés, conflictos emocionales, y mala dieta los más vulnerables e inermes.
 La azúcar abunda en la sociedad junto con las grasas toxicas, los antibióticos en las carnes animales, el cloro y arsénico en el agua de beber. Todo esto genera cáncer, pero aun así no explica el salto meteórico del cáncer que se impulsó a niveles inimaginables en los últimos quince años.
 En el año 1900 era una persona de cada 30 que fallecía de cáncer hoy es una de cada 4.
ENVIADO EN ECOS LISTAS POR CAPIBARA 

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