Adiós al 90% de las
variedades de frutas y verduras
En paralelo a la extinción de la fauna salvaje se está
produciendo otra, de forma anónima y ante la que estamos ciegos y sordos: el de
las especies vegetales y animales que nos sirven de alimento. La
industrialización de la producción de verduras, cereales, frutas, carnes… ha
exigido el abandono masivo de miles de variedades en pro de las virtudes
exclusivamente comerciales como el aspecto y la durabilidad. La reducción de la
diversidad de lo que comemos es asombrosa, en torno al 90% en el último siglo.
Y la tendencia continúa hacia la simplificación y uniformación. La riqueza
alimentaria del mundo está en peligro.
Según datos del
extraordinario artículo de Charles Siebert publicado por la revista National
Geographic, el 90% de las variedades de frutas y verduras en EEUU han
desaparecido (por ejemplo, de 7.000 clases de manzanas existentes en el s.XIX
quedan actualmente menos de un centenar). En China, el 90% de especies de trigo
ha desaparecido. Y en Filipinas, de miles de clases de arroz solo persisten cien.
Y estas extinciones masivas se repiten en todo el mundo. En el siguiente
gráfico que incluye el artículo de NG se aprecia el dramático cambio que hemos
generado en la biodiversidad alimentaria:
En un siglo hemos
acabado con la diversidad genética que nuestros antepasados lograron a lo largo
de 10.000 años de domesticación y selección. Consiguieron adaptar las mejores
variedades para los climas y peculiaridades locales de cada zona, creando un
patrimonio alimentario de incalculable valor por su calidad, eficiencia y
diversidad. Y ahora estamos renunciando conscientemente a todo ello,
seleccionando para monocultivos las variedades no por su sabor o virtudes
nutritivas sino por su rentabilidad económica.
La revolución verde
tuvo indudables efectos positivos en nuestra capacidad para generar alimentos,
pero el modo en que hemos obviado la importancia de la diversidad para
centrarnos en la producción puede volverse en nuestra contra. Como explica
Siebert, al barajar solo un puñado de variedades, aumenta el riesgo de que una
enfermedad u hongo logre arrasar con facilidad todas las cosechas, lo que
encadena al sistema al uso creciente de pesticidas y plaguicidas: “En África,
agricultores y ganaderos se han endeudado para pagar fertilizantes, plaguicidas,
medicinas y piensos de elevado contenido proteico necesarios para que esas
plantas y animales prosperen en condiciones climáticas difrentes de las
originales. Son como adictos, enganchados a un hábito que no pueden permitirse
ni en términos económicos ni ecológicos”.
ENVIADO POR VELEZ EN LISTA RENACE Y LISTA FOROBA
Nota dicho de otra manera: las semilleros ofrecen menos cantidad de variedades y hacen su negocio, los estado pequeños en vez de incentivar el cultivo de las variables viven de la soja
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