Aprieta el sitio
del estado contra
San Dionisio del Mar
San Dionisio del Mar
La primera semana de febrero fue para los ikoot
(huave) de tensión y resistencia. Los cuerpos policiacos de Oaxaca y del
gobierno federal han intentado entrar “a sangre y fuego a nuestro territorio,
como lo han hecho en otras comunidades”, para poner en marcha las obras del
parque eólico de Barra de Santa Teresa, pues la empresa española Mareña
Renovables les ha dado un ultimátum y les exigen tomar medidas contra las
comunidades en resistencia. Incluso, denuncia la Asamblea de los Pueblos del
Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, “preparan tentativa de asesinato
contra el compañero Rodrigo Flores”.
Desde hace 30 años se descubrió el potencial del viento del
Istmo de Tehuantepec. Desde entonces la clase política oaxaqueña y los medios
de comunicación repiten que los territorios istmeños están constituidos por
tierras vírgenes e inhabitadas y, por lo mismo, son ideales para sus
propósitos. Nada más lejos de la realidad.
Desde la apertura del primer parque hace diez años, han sido
instalados y están en funcionamiento 685 aerogeneradores en el Istmo, en los
territorios de La Venta, La Ventosa, Ingenio Santo Domingo, Unión Hidalgo y
Juchitán, en una superficie total de 8 mil hectáreas y con una producción total
de 938 mega watts a través de 11 centrales explotadas por siete empresas. La
inversión ha sido de mil 900 millones de dólares, y las cifras de las ganancias
no se han hecho públicas.
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En el Istmo hay ya regiones enteras dedicadas a la
monoindustria eólica, kilómetros de tubos de acero que han sido levantados
cierran la vista. El horizonte istmeño se reconocía por sus palmeras, ahora se
reconoce por sus molinos de acero. Otras cuatro centrales están en construcción
en la misma zona. Comenzarán a operar en el 2013 para recoger la energía de 339
aerogeneradores suplementarios que ocuparán 3 mil hectáreas más, con una
capacidad de 462 mega watts, lo cual requerirá una inversión de 864 millones de
pesos.
El campo magnético liberado por las centenas de
aerogeneradores, reporta el periodista marsellés Allessi Dell’umbria,
“disminuyó a la mitad la reproducción del ganado y los habitantes de La Venta
deben dormir con los oídos tapados por el incesante ruido de las eólicas. A
esto se suma la muerte de miles de aves migratorias y murciélagos, miles de
árboles arrancados, miles de toneladas de cemento inyectadas en el suelo y la
desaparición de gran parte de la fauna salvaje”.
Para el proyecto de San Dionisio, “se prevé la instalación
de 132 aerogeneradores que formarán una línea a lo largo de la barra Santa
Teresa. Cada aerogenerador medirá 80 metros de altura y producirá tres mega
watts. Este parque producirá en total 396 mega watts que serán transportados
primero a través de un cable de transmisión instalado en el fondo de la laguna
superior (la fauna acuática podrá sentir las vibraciones) y luego por una línea
de 52 kilómetros hasta la subestación de Ixtepec, de la cual será redirigida a
la red nacional de la Compañía Federal de Electricidad. Esta electricidad será
destinada a la cadena de tiendas Oxxo, Coca-Cola, Heineken y Moctezuma”, señala
Dell’umbria.
San Dionisio está en el centro del conflicto. Hasta ahora,
los parques eólicos no habían llegado a las lagunas. La barra Santa Teresa, que
pertenece a San Dionisio y separa las dos lagunas, define los territorios de
pesca comunes a todos los indígenas que viven alrededor, ikoots y zapotecos.
San Dionisio no debe ser abandonado al aislamiento. Con la solidaridad activa
de todos, San Dionisio puede vencer. El ejemplo del proyecto eólico cancelado
en Cozumel, Quintana Roo, teniendo en cuenta la preservación de los manglares,
es esperanzador. Ya la comunidad ikoot de San Mateo, que siempre se ha
declarado en contra de cualquier proyecto eólico y que ha mandado varios
delegados al encuentro del 14 y 15 de septiembre, se ha solidarizado con la de
San Dionisio, al igual que lo hicieron habitantes de San Francisco del Mar, de
Huamuxil, de Unión Hidalgo y de Juchitán.
La renovada y violenta embestida contra el territorio ikoot
se dio a partir de la amenaza de la empresa Mareña Renovables, que advirtió a
gobiernos y empresarios que el proyecto eólico de San Dionisio del Mar “se irá
a otro estado si no se le ofrecen las garantías para la inversión”.
La represión ya empezó. Y la resistencia continúa.
Gloria Muñoz Ramírez,
con información de Allessi Dell´umbria
con información de Allessi Dell´umbria
Ramón Ojeda-Mestre
Guadalquivir 94
Col. Cuauhtémoc
México, D.F. 06500
00 52 1 55 5435 3405 Cel.
00 52 55 52077984
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Enviado en red foroba
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