Bélgica planea construir una isla artificial en el mar del
Norte a 3 km de la costa del país para almacenar energía eólica.
Por: Jessica Bigio
Oosterman
Tiene agua, arena y brisa y no es un paraíso turístico. Se
trata de la isla en forma de dona, o rosca, que quiere construir Bélgica para
producir y almacenar energía eólica.
El país europeo persigue desde hace un tiempo el objetivo de
eliminar gradualmente su producción de energía nuclear.
Esta finalidad cobró importancia a nivel mundial a partir de
la crisis de la central de Fukushima, en Japón, luego de que una central se
saliera de control tras el terremoto y tsunami que afectaron la isla.
Entre las posibles alternativas para lograrlo, producir
energía eólica parece ser una de las más convenientes.
Las ventajas que ofrece extraer energía del viento son
evidentes.
Es un recurso abundante, renovable, limpio y ayuda a
disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero al remplazar las
centrales termoeléctricas que funcionan con combustibles fósiles.
Pero tiene un gran inconveniente: no se puede obtener bajo
demanda. Su producción depende enteramente de las condiciones climáticas.
"La energía producida por molinos de viento que no se
utilice se empleará para alimentar una turbina de agua ubicada en el centro de
la isla"
"Gran parte de la energía que producen nuestros molinos
de viento se pierde cuando la demanda de electricidad no es consecuente con la
producción", explicó Johan Vande Lanotte, ministro del Mar del Norte en
Bélgica durante la exposición del proyecto en el puerto belga de Zeebrugge.
En el mismo evento, Lanotte explicó la naturaleza de la
solución: una isla artificial en el mar del Norte a 3 km de la costa belga,
destinada únicamente a producir y almacenar energía eólica.
La idea de este proyecto es que la energía producida por
molinos de viento que no se utilice se emplee para alimentar una turbina de
agua ubicada en el centro de la isla (por eso la forma de rosquilla).
Según los impulsores del proyecto, se estima que el proceso
de construcción tarde aproximadamente unos cinco años.
Mediante la construcción de la isla, Bélgica espera producir
2.300 megawatts en su isla artificial, remplazando significativamente los 3.000
megawatts que producen hoy en día cada uno de los dos reactores nucleares que
funcionan en el país.
¿Sueño o realidad?
"Gran parte de la energía eólica que produce Bélgica se
pierde"
El proyecto en cuestión aún no se ha concretado, pero se
espera que se formalice a finales de este año para proceder con la construcción
de la infraestructura requerida.
¿Pero logrará el objetivo que se propone?
Para Garreth Harrison, experto en ingeniería energética y
catedrático de la escuela de ingeniería de la Universidad de Edimburgo en el
Reino Unido, el mayor reto al que se podría enfrentar el proyecto belga es de
índole económico.
Construir una infraestructura semejante podría suponer una
inversión descomunal, le explicó a BBC Mundo.
En respuesta, Lanotte, en nombre de los impulsores del
proyecto, señaló que el presupuesto estimado para la construcción de la isla
artificial no se ha determinado todavía, pero que la intención es que los
fondos provengan de firmas privadas.
Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la
Asociación Empresarial Eólica (AEE), en España, concuerda con que para que el
proyecto sea eficiente, tiene que ser rentable económicamente, por lo que una
correcta estimación de sus costes y tener claro cómo se va a recuperar la
inversión son temas clave antes de empezar a construir.
Otro aspecto a tener en cuenta es la evaluación de los
impactos ambientales de la construcción de una isla de estas características,
que, según le explicó Willstedt a BBC Mundo, podría ser un reto importante.
Otras posibles soluciones
Un sistema de interconexión a nivel europeo con el fin de
compartir la energía eólica es otra posible solución al problema.
Aunque ambos expertos calificaron el proyecto de
"interesante", Harrison aclaró que incluso si el plan cumple con las
expectativas, tiene que combinarse con otras alternativas para que el país
logre incrementar su dependencia en la producción de energía eólica.
Una de las posibles soluciones que plantea el académico es
pensar en distribuir la infraestructura destinada a producir energía (en este
caso, los molinos de viento) en distintos puntos, de manera en qué cuando el
viento no sople lo suficiente para producir energía en un lugar, produzca en
otro.
Harrison aclaró que esta alternativa podría ser poco
práctica para Bélgica debido al pequeño tamaño del país – ya que posiblemente
las condiciones climáticas sean muy similares a lo largo de su territorio –
pero indicó que en otros países puede resultar eficiente. Otra posible
solución, mencionada por ambos expertos, es la implementación de un sistema de
interconexión a nivel europeo.
"En vez de construir infraestructuras para almacenar
energía eólica, podemos compartirla”, apuntó Harrison.
Willstedt concuerda: "en el caso europeo la mejor forma
de solucionar este problema es empezar por mejorar las interconexiones
eléctricas entre países", dijo.
"Un buen ejemplo es el caso de Dinamarca, que al estar
bien conectada con Escandinavia y Alemania, su generación eólica excedentaria
puede ser fácilmente absorbida por su vecino del sur, mientras que en momentos
de menos viento puede recibir electricidad de origen hidráulico de sus vecinos
del norte, Suecia o Noruega", añadió.
La energía eólica en el mundo
Aunque es difícil determinar con exactitud la importancia de
la energía eólica en el mundo de hoy, es evidente que su producción tiende a
crecer.
"A mitad de 2012 se registraron 254.000 MW instalados
en el mundo, con una capacidad de generación de 500 TWh al año, lo cual sería
equivalente a casi el 3% de la demanda eléctrica mundial." Heikki
Willstedt, director de políticas energéticas de la Asociación Empresarial
Eólica (AEE)
A mitad de 2012 se registraron 254.000 MW instalados en el
mundo, con una capacidad de generación de 500 TWh al año, lo cual sería
equivalente a casi el 3% de la demanda eléctrica mundial, explica Willstedt.
"Hay países que han superado el 10% de su demanda
cubierta con la energía del viento: Dinamarca, Portugal, España (18,8% en
2012), Irlanda y Alemania. Antes de 2020 habrá nuevos países y regiones que
podrían haber superado esta barrera, como son Reino Unido o la UE", dice.
Para la misma fecha, China y Estados Unidos podrían haber
superado el 5% de su electricidad producida con eólica, sostiene Willstedt.
Para entonces se podrán sacar conclusiones sobre la
viabilidad y reproducibilidad de la "isla dona" en otros lugares.
Fuente: BBC Mundo (Reino Unido)
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