Ayotzinapa, la nueva revolución
Millones de personas, mexicanos y extranjeros, salieron a las calles el
jueves
pasado para exigir el esclarecimiento Millones de personas, mexicanos y
extranjeros, salieron a las calles el jueves pasado para exigir el
esclarecimiento del paradero de los 43 normalistas desaparecidos; durante la
protesta, piden renuncia del presidente Enrique Peña Nieto
TABASCO HOY Decenas
de miles de personas, una multitud variopinta, marchó el jueves pasado --fecha
en la que se conmemoró el 104 aniversario de la Revolución Mexicana--, por las
principales avenidas de la Ciudad de México y se encontraron en las calles del
Centro Histórico en reclamo de la presentación de los 43 normalistas
desaparecidos.
Caminaron juntos tanto estudiantes de la UNAM como de la
Ibero; de La Salle y del Politécnico; miembros de Iglesias por la paz y la
justicia y diferentes grupos artísticos y musicales; monjas y también
feministas; krishnas y concheros; budistas y agnósticos; personal del CIDE y
del Frente Francisco Villa; indígenas triquis y estudiantes del Tec de
Monterrey.
Pero sobre todo, marcharon ciudadanos con familias e hijos,
muchos vestidos de negro, que confluyeron en el Zócalo luego de caminar en tres
marchas diferentes. Una partió del Ángel, otra del Monumento a la Revolución y
la tercera de Tlatelolco.
Las dos primeras salieron a las 17:00 horas y la última a
las 18:00 horas. Cuando el primero de los tres contingentes arribó al Zócalo,
la plancha ya estaba ocupada en una cuarta parte.
En el mitin, los oradores fueron cuatro padres de
normalistas y dos estudiantes de Ayotzinapa. Exigieron justicia y presentación
con vida de los muchachos desaparecidos.
Sobre un templete que fue colocado frente a Palacio
Nacional, una de las madres dijo: “Al menos para mí, mi hijo no está
desaparecido. El Gobierno sabe dónde están. Si no pueden con esto, y esto está
claro, que se vaya con todo su gabinete”, sentenció.
Su intervención enardeció a la multitud y miles de voces se
alzaron con una consigna que retumbó en el Zócalo: “¡Fuera Peña! ¡Fuera Peña!”.
Y es que la marcha adquirió un cariz esencialmente político
donde la exigencia principal fue la renuncia del presidente de la República.
En una veintena de estados hubo manifestaciones y en
diversos países también hubo protestas. La más significativa ocurrió frente a
la Casa Blanca, en Washington, donde centenas de personas exigieron
"verdad y justicia".
Contienen a
anarquistas
Fuerzas federales y capitalinas contuvieron los actos
vandálicos registrados en la Ciudad de México, como parte de las movilizaciones
por Ayotzinapa. Al final de la concentración en el Zócalo, grupos de
anarquistas lanzaron piedras, petardos y bombas molotov que buscaban alcanzar
Palacio Nacional, y otros intentaron cruzar las vallas instaladas para
resguardarlo. “El alivio al dolor es la paz”
Pertrechado en el campo militar Marte, en la Ciudad de
México, horas antes de que se manifestaran los primeros brotes de la violenta
jornada del jueves pasado, el presidente Enrique Peña Nieto fustigó a los que
atentan contra las instituciones y advirtió que en un estado democrático no
cabe la violencia.
Sin hacer mención de la desaparición de los 43 normalistas
de Ayotzinapa, Peña Nieto reconoció que México "está dolido", pero,
con ese diagnóstico de por medio, dijo que para aliviar ese dolor, lo que queda
es transitar por senderos de paz y justicia.
“Atentar contras las instituciones es atentar contra los
mexicanos. México, es cierto, está dolido, pero el único camino para aliviar
este dolor es el de la paz y la justicia. Lo que los mexicanos demandan es que
la Ley se cumpla, que prevalezca el orden y que avancemos juntos hacia mayores
condiciones de prosperidad”, dijo.
NUMERALIA
26 estados de México participaron
300 personas se manifestaron frente a la Casa Blanca
60 ciudades de 33 países alrededor del mundo se sumaron a la
protesta TOMADO DE LA VOZ DE QUINTANA ROO MEXICO
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