AMBIENTE, POLÍTICA Y ELECCIONES
Si
recorre el universo informativo local o internacional, observará, que gran
parte de las noticias que se difunden, tienen su origen en cuestiones
ambientales, aunque por lo general, no aparecen en lugares destacados y casi
nunca se explicita el porqué de esos hechos.
Inundaciones, huracanes, desertificación y sequías, migraciones, merma
en los rindes agrícolas, destrucción de infraestructuras, pérdida de
biodiversidad, muertes por doquier y otras tantas calamidades, tienen su raíz
en la crisis ambiental planetaria, como consecuencia de nuestras propias y
destructivas acciones.
El
“enloquecimiento” del clima y sus cambios en marcha, condicionan el futuro,
abriendo un signo de interrogación sobre el devenir común de una gran parte de
las especies, entre ellas la nuestra.
Nada
de ello, deriva de una maldición bíblica o de otra especie y sus soluciones
están mucho más allá, de los conocimientos científicos o tecnológicos, en los
que muchos gestores públicos depositan toda su confianza.
La
crisis ambiental es producto de la crisis civilizatoria, que creyó que puede
amoldar la naturaleza a su antojo y por tanto, en su esencia es ética y
política, sustentada en paradigmas de producción y acumulación, irracionales e
inviables en un planeta finito.
La
falta de equidad, la avidez de los poderosos y la ausencia de políticas que
armonicen los distintos intereses sociales en el plano nacional y global,
llevan a que el ambiente sea la variable de ajuste y botín de guerra de las
disputas y que la desigualdad y la violencia se potencien sin solución de
continuidad.
Mientras un escaso 2% de la población mundial es dueña del 50% de las
riquezas del Planeta y un 20% enriquecido se come el 80% de los alimentos y de
la energía que se produce, el restante 80 % de la humanidad se debe contentar
con muy poco, haciendo que cualquier solución sea poco factible.
En una
mesa con 10 comensales y 10 platos servidos, cualquiera pensaría que todos se
alimentarán, pero no, dos de ellos devoran ocho platos y los restantes ocho
deben conformarse con dos.
Ello
queda patente, en que en las cada vez más recurrentes crisis económicas y
financieras mundiales, los ricos se
vuelven cada vez más ricos y los pobres miserables.
Por
ello, cada día estoy más convencido, que la política en serio y con mayúscula,
es el medio (el único medio) para ir equilibrando las cargas y minimizar las
desigualdades, restableciendo la justicia social.
Pero
tampoco podemos ignorar, que la política está en falta y que su déficit es
notorio y preocupante en el tema.
Para
colmo, quienes hoy se presentan a la consideración electoral, salvo excepciones,
están más interesados en vender una imagen, que ponerse a pensar, estudiar y
proponer en concreto cuáles son las soluciones que ofrecen a la ciudadanía
sobre los graves males que la aquejan.
Aunque
le parezca raro, la inseguridad, que tanto preocupa, también tiene sus raíces
en lo ambiental, ya que la falta de planificación urbana, la exclusión, el
hacinamiento, la falta de servicios, la reducción de espacios comunes y verdes,
agrava el problema e incrementa la violencia.
El fenómeno de las megalópolis y sus populosos conurbanos,
en muchos casos alentados desde el
Estado con sus políticas clientelares y habitacionales sin planificación
estratégica, o por desarrolladores privados, que está en franca expansión en
los países empobrecidos de la Tierra, generan conflictos irresolubles en plazos
más o menos largos.
Desmiéntame si me equivoco, estamos en un período
preelectoral, observó a alguno de los candidatos abordar todos o algunos de
estos problemas?
Casi todos se limitan a vender una imagen, cual si fueran un
jabón, una licuadora o una Tablet, y usan las mismas reglas de publicidad
engañosa, apoyada por una millonada obscena de pesos y asesores de marketing
que elaboran consignas vacías de contenido, sin compromiso alguno.
Lo política electoral se circunscribe a hacer arquitectura o
ingeniería y a la compra de lealtades, a través de promesas varias o lugares en
la integración de listas.
Mientras los candidatos se “auto eligen” en base a encuestas
interesadas, previo bombardeo mediático, los partidos de masa, la formación de
cuadros o la generación de posiciones políticas filosóficas languidecen
peligrosamente y la democracia se vacía de contenido.
Lo dejo para que lo piense y me despido hasta la próxima
AGUAFUERTES.
Ricardo Luis Mascheroni
- Docente
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