¿Cómo usar la mascarilla para protegerse de la
contaminación?
FOTOS EMANUEL ZERBOS
Una mascarilla adecuada puede brindar un nivel de protección
al sistema respiratorio para evitar que una contaminación de nivel alto como la
actual genere enfermedades y afecciones graves para el organismo.
Es necesario empezar por aclarar que no son tapabocas. Se
les pueden denominar mascarillas o respiradores.
El tapabocas es para proteger al ambiente de nosotros, como
los que usan los médicos o quienes manipulan alimentos. Pero la mascarilla es
para protegernos nosotros del ambiente, explica Juan Diego Tobón, especialista
de la firma distribuidora Impleseg.
En este sentido el médico Javier Flándes, jefe asociado del
Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en
Madrid, y quien se encuentra de visita en Colombia, explica que los tapabocas
usados por el personal médico, si bien tienen un nivel de filtración, este es
bajo y no es el más recomendable para enfrentar una situación como la generada
por la polución actual en la ciudad.
El problema es que los reportes de las autoridades
ambientales hablan de material particulado de 2,5 micras. Y el material que
puede entrar a las vías respiratorias es menor a 10 micras.
Por eso la recomendación, señala Juan Diego Tobón, es el uso
de mascarillas para material particulado, preferentemente con recomendación
N95, una norma del National Institute of Occupational Safety and Health (Niosh)
de Estados Unidos, y que regula la funcionalidad de estos elementos.
“Su ventaja es que pueden retener partículas no aceitosas
hasta 0,05 micras”, gracias a sus 95 capas superpuestas de fibra no tejida que
sirven como barrera en la que se atrapan esas partículas que se encuentran
suspendidas en aire.
En el mercado se encuentran mascarillas con esta recomendación
de dos tipos: la sencilla, que está conformada por las fibras superpuestas y
con una forma ergonómica para ajustarse al área nasobucal; y una que tiene
adicionalmente una válvula que hace más eficiente y fácil el ciclo de
inhalación y exhalación de quien la lleva puesta.
Este tipo de mascarillas no tiene un período fijo de
duración, depende mucho de su usuario.
Dice Rodrigo Escobar, gerente de Impleseg, que factores como
la frecuencia respiratoria o el entorno ambiental en el que se utilice el
elemento de protección pueden hacer que su vida útil sea corta o un poco más
larga.
“Cuando el usuario note que la respiración con la mascarilla
se torna más difícil de lo habitual, es el momento de cambiarla”. Es un
elemento que no se puede limpiar y seguir usando.
GUÍA PARA SU CORRECTA COLOCACIÓN Y USO EFICIENTE
Tirillas firmes
La firma 3M recomienda varios pasos para usar bien la
mascarilla.
Verifique el estado de las tirantas que sujetarán la
mascarilla del contorno de la cara. Que su elasticidad y resistencia sean las
adecuadas para brindar un buen apoyo.
Cómo ubicarla
Posicione la mascarilla bajo el mentón y sobre la nariz.
Sosténgalo de manera firme, y lleve las tiras que sujetarán este elemento hacia
la parte de atrás de la cabeza para acomodarla sin que obstaculice la visión,
por ejemplo.
Ajuste y sujeción
Ajuste estas tiras sujetadoras de tal manera que la de
arriba quede sobre la coronilla del cráneo y la de abajo se sitúe sobre el
cuello un poco debajo de las orejas, facilitando el apoyo necesario para que no
se caiga.
Que se adapte a la cara
Utilizando ambas manos al tiempo, puede moldear la banda
metálica que está en la parte superior del respirador, para ajustarlo a la
forma de su nariz y brindar un completo sellamiento y evitar molestias en el
rostro.
Pruebe el sellamiento
Cubra el frente con ambas manos, inhale profundamente. Si
penetra aire por las orillas, ajuste de nuevo la banda metálica y las tirillas
sujetadoras, y haga de nuevo la prueba para comprobar que esté bien puesta.
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