Adultos con afecciones crónicas: Vacúnense
Los CDC recomiendan que los adultos se pongan ciertas
vacunas para ayudar a evitar enfermarse y propagar enfermedades. Las vacunas
que se recomiendan son particularmente importantes para aquellos con afecciones
crónicas, quienes son más propensos a presentar complicaciones por ciertas
enfermedades prevenibles con vacunas. Averigüe cuáles son las vacunas que los
CDC recomiendan que usted reciba.
Las vacunas son una medida importante en la protección de
los adultos contra enfermedades graves y a veces mortales. Aunque usted se haya
vacunado a una edad más temprana, la protección de algunas vacunas puede
desaparecer con el tiempo o los virus o bacterias contra los que las vacunas lo
protegen cambian, por lo cual su resistencia no es tan fuerte. A medida que
usted envejece, puede que también esté en riesgo de contraer enfermedades
prevenibles con vacunas debido a su edad, trabajo, pasatiempos, viajes o
afecciones.
Los CDC recomiendan que todos los adultos reciban las
siguientes vacunas:
- La vacuna contra la
influenza (gripe)* todos los años para protegerse
contra la influenza estacional.
- La vacuna Td* cada
10 años para protegerse contra el tétanos.
- La vacuna Tdap* una
vez en lugar de la vacuna Td para protegerse contra el tétanos y la
difteria además de la tosferina, y para las mujeres durante cada embarazo
- Las
otras vacunas que usted necesita como adulto dependen de factores tales
como edad, estilo de vida, trabajo, afecciones y vacunas que haya recibido
en el pasado. Puede que necesite vacunas para protegerse contra lo
siguiente: La culebrilla
(herpes zóster),* el virus del
papiloma humano*(que puede causar algunos tipos de cáncer),
la enfermedad
neumocócica,* la enfermedad
meningocócica,* la hepatitis A* y B,* la varicela,* el sarampión,
las paperas y la rubéola .*
Los adultos con ciertas afecciones crónicas son más
propensos a presentar complicaciones, incluidas enfermedades de larga duración,
hospitalización e incluso la muerte a causa de algunas enfermedades prevenibles
con vacunas. Hable con su profesional de atención médica para asegurarse de
estar al día con las vacunas que los CDC recomiendan para usted.
Pregúntele a su
médico qué vacunas son adecuadas para usted.
Enfermedades
cardiacas
Las personas que tienen una enfermedad cardiaca* o
aquellas que han tenido un accidente cerebrovascular tienen más riesgo de
sufrir complicaciones médicas graves a causa de la influenza, incluido el
empeoramiento de su enfermedad cardiaca. Entre los adultos hospitalizados a
causa de la influenza durante la temporada 2015-2016, las enfermedades
cardiacas estaban entre las afecciones crónicas que ocurrían más comúnmente.
Los CDC recomiendan que las personas con enfermedad cardiaca
reciban la vacuna
anual contra la influenza. También deberían recibir las vacunas
antineumocócicas* una vez como adultos, antes de los
65 años, y luego dos dosis más a los 65 o mayores. Para obtener más
información, visite la página web de los CDC sobre enfermedades
cardiacas y vacunas.
Enfermedades pulmonares
Las personas con asma,* enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (epoc)
u otras afecciones de los pulmones, tienen un mayor riesgo de presentar
complicaciones a causa de la influenza aun
cuando la afección sea leve y los síntomas estén controlados. Debido a que
las personas con asma y con epoc tienen vías respiratorias sensibles, la
inflamación debido a la influenza puede causar ataques de asma o empeorar el
asma y los síntomas de la epoc. Aquellos con asma, epoc u otra afección de los
pulmones son más propensos a contraer neumonía u otra enfermedad respiratoria
después de haber tenido la influenza en comparación con aquellos que no tienen
estas afecciones.
Los CDC recomiendan que las personas con asma, epoc u otras
afecciones de los pulmones reciban la vacuna
anual contra la influenza. Si usted tiene una afección pulmonar, también
debería recibir las vacunas
antineumocócicas,* una vez como adulto antes de los 65 años
y luego dos dosis más a los 65 o mayor. Puede que su médico le recomiende otras
vacunas según su estilo de vida, hábitos de viaje y otros factores. Para
obtener más información, visite la página web de los CDC sobre enfermedades
pulmonares y vacunas para adultos.
Diabetes
Las personas con diabetes tipo 1
o tipo 2 tienen un mayor riesgo de contraer la infección por el virus de la
hepatitis B. La hepatitis B puede propagarse a través del uso compartido de los
medidores de glucosa en la sangre, los dispositivos de punción de dedos u otros
instrumentos para el cuidado de la diabetes, como las plumas para administrar
insulina. Las personas con diabetes, aunque esté bien controlada,
son más propensas que aquellas que no la tienen a sufrir complicaciones a causa
de la influenza, tales como la neumonía, que puede requerir hospitalización.
Además, tener una infección puede hace más difícil controlar bien el azúcar en
la sangre.
Los CDC recomiendan que las personas con diabetes reciban
las vacunas
antineumocócicas* una vez como adultos antes de los 65 años
de edad y luego dos dosis más a los 65 o mayores, una vacuna
anual contra la influenza* y una serie de vacunas
contra la hepatitis B* si tienen entre 19 y 59 años de
edad. Si usted tiene 60 años de edad o más, pregúntele a su médico si debería
recibir la vacuna contra la hepatitis B. Para obtener más información,
visite la página web de los CDC sobre diabetes
y vacunas para adultos.
TOMADO DE ENVIO DEL CDC DE EEUU
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