Un equipo de
científicos locales da otro gran paso contra las superbacterias
Una investigación del IBR publicada en una revista de
prestigio internacional abre las puertas al diseño de nuevos fármacos para
vencer infecciones letales
por Silvina Dezorzi / La Capital
destacados. El plantel liderado por los especialistas
Alejandro Vila y Leticia Llarull.
Otra vez, una investigación realizada por un equipo del
Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, Conicet, UNR) logró
un gran avance en la lucha contra las llamadas "superbacterias",
responsables del fallecimiento anual de unas 700 mil personas en el mundo y que
se cree podrían llegar a ser primera causa de muerte en el 2050. El
descubrimiento, publicado hace unos días por la prestigiosa revista científica
internacional Nature Communications, abre las puertas para el "diseño
racional de fármacos" capaces de frenar el avance de esas infecciones
letales, explicó ayer a LaCapital el titular del IBR y uno de los codirectores
del grupo, Alejandro Vila.
Dar pelea a las superbacterias es actualmente uno de los
desafíos más acuciantes para la ciencia. De hecho, en febrero pasado fue la
propia Organización Mundial de la Salud (OMS) la que reavivó la preocupación
internacional al difundir el listado de las doce familias de bacterias
causantes de infecciones severas que los actuales tratamientos no logran vencer
y que dejan a cada vez más población sin terapias efectivas.
Ocurre que las superbacterias son microorganismos que
desarrollan una multirresistencia a los antibióticos, aun a los de mayor
potencia y eficacia, y que vienen generando un alarmante crecimiento en la tasa
de infectados sobre todo a nivel intrahospitalario en todo el mundo. De allí
que el nuevo avance de los científicos del IBR sobre la materia cobre tanta
trascendencia.
El trabajo, codirigido por Vila y Leticia Llarull, fue
producto de las "contribuciones centrales" que realizaron las jóvenes
investigadoras María Natalia Lisa y Antonela Palacios.
Al estudio también hicieron aportes, en colaboración con
científicos de Estados Unidos y el Reino Unido, Mariano González (IBR) y Diego
Moreno (Instituto de Química Rosario, Iquir).
Un hito
revolucionario
La penicilina, descubierta en 1928 por Alexander Fleming,
cambió el rumbo de la historia. El posterior desarrollo de numerosos
antibióticos similares a la penicilina, llamados betalactámicos, obtenidos
tanto a partir de fuentes naturales como de síntesis químicas, no sólo permitió
salvar millones de vidas en la Segunda Guerra Mundial, sino que resultó
determinante para la prolongación de la expectativa de vida en el siglo XX.
Sin embargo, esos avances ahora muestran su contracara: el
uso excesivo e indebido de esos medicamentos dio lugar a la selección de
bacterias cada vez más resistentes, hoy conocidas como superbacterias.
A ellas apuntó la investigación que acaba de publicar Nature
Communication y que, producto de un trabajo de ocho años, básicamente logró
poner al descubierto los mecanismos químicos que utilizan esas bacterias para
"inactivar antibióticos de última generación".
De hecho, pudo demostrar que varias especies de esos
microorganismos poseen similares mecanismos de resistencia, por lo que se abre
la posibilidad de producir tratamientos efectivos para un amplio espectro
bacteriano. "Es decir, no uno para cada bacteria, sino un fármaco
general", explicó Vila. Se trata de un nuevo "paso clave" para
combatir las superbacterias resistentes incluso a la acción simultánea de
varios antibióticos y que han alcanzado una "diseminación global",
enfrentando a la humanidad a una "situación sin precedentes": no
poder vencer infecciones que hasta ahora venían siendo tratables.
Pero para poder diseñar nuevos fármacos hay que conocer
"las estrategias químicas de defensa" de las bacterias o la
estructura de las moléculas involucradas.
Para sobrevivir a la acción de los antibióticos
betalactámicos, uno de los principales mecanismos que usan las bacterias es la
producción de unas enzimas capaces de degradarlos, llamadas betalactamasas.
Existe una clase de antibióticos, los carbapenemes, capaces
de resistir a esas enzimas, por lo que representan "la última línea de
defensa disponible frente a infecciones causadas por bacterias
multirresistentes". Sin embargo, esas bacterias evolucionaron y muchas ya
logran sobrevivir a esas drogas.
Por eso el trabajo del equipo del IBR abre ahora puertas
hacia nuevas líneas de investigación en el diseño racional de fármacos (ver
aparte).
La multiplicación de bacterias resistentes a los
antibióticos amenaza con volverse primera causa de muerte en 2050 TOMADO DE LA
CAPITAL DE ROSARIO ARGENTINA
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