Fernando
Amato El instituto en el que se realizan la mayoría de los testeos por
coronavirus en nuestro país debe su nombre al pionero en la investigación
bacteriológica y figura de la salud pública argentina. Su ardua tarea ya era
destacada en nuestra revista en el año 1900.
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En los primeros días de la pandemia, comenzamos a escuchar
incesamente el trabajo de testeo de coronavirus realizado “en el Malbrán”. En
el Instituto de Salud (Anlis)-Dr. Carlos G. Malbrán el trabajo es incesante: a
dos turnos de lunes a lunes once técnicos analizan las muestras de casos
sospechosos de coronavirus que llegan de todo el país. Con el paso de los días
y el aumento de los casos, los testeos se descentralizaron, pero sin dudas hoy
todos sabemos qué es el Malbrán. Y de a poco nos vamos metiendo en la historia
de la infectología en la Argentina. Nos interiorizamos sobre los síntomas del
coronavirus, su origen, los testeos. Pero fue precisamente Carlos Malbrán uno
de los primeros especialista en nuestro país entre fines del siglo XIX y
principios del XX.
Carlos Gregorio del Carmen Malbrán nació en 1862 en
Andalgalá, provincia de Catamarca, hijo de Manuel Francisco Malbrán Recalde y
de su segunda esposa, Carlota Figueroa. Estudió en la Facultad de Medicina de
la Universidad de Buenos Aires y, en 1882, comenzó a trabajar en medicina
interna en la misma ciudad. Fue practicante del Hospital San Roque, entre 1883
y 1886, y aún sin doctorarse, en diciembre de ese año fue enviado por el
gobierno nacional para ayudar a combatir un brote de cólera en la provincia de
Mendoza y estudiar la enfermedad. En 1887, se doctoró con una tesis sobre la
Patogenia del cólera, que sería publicada y le garantizaría temprana fama.
Para esa época la teoría microbiana de Louis Pasteur había
sido aceptada y avanzaban los conocimientos sobre las infecciones bacterianas,
los mecanismos para combatirla y el reconocimiento de su importancia para la
actividad sanitaria. En la Argentina sería Malbrán el encargado de difundir la
nueva teoría y práctica desde su cátedra y la actividad pública.
En la ciudad de Buenos Aires trabajó en diversos hospitales.
En enero de 1888 fue enviado por el gobierno argentino para estudiar el uso de
los sueros contra la tuberculosis y la difteria en el Instituto de Higiene de
Múnich, bajo la dirección de Max Joseph von Pettenkofer y en el Instituto de
Higiene de Berlín, con Robert Koch. Representó también a su país en varios
congresos internacionales sobre las principales enfermedades contagiosas y
parasitarias, incluyendo la peste bubónica y la malaria.
Tras su regreso en 1889 fue nombrado miembro de la Comisión
de Buenos Aires para la Gestión de Residuos y, en 1892, se convertía en el
primer Inspector Técnico de Higiene de la Municipalidad. Fue nombrado también
jefe de trabajos prácticos de Anatomía Patológica y luego profesor suplente de
la misma materia.
En abril de 1890 se hizo cargo de la dirección del Instituto
de Anatomía Patológica y en 1894 fue nombrado jefe de la sección
bacteriológica del Departamento Nacional de Higiene, integró diversas
comisiones de carácter profiláctico, integró el jurado para designar profesor
de Medicina Legal y representó al gobierno de Catamarca ante el Primer Congreso
Nacional de Higiene en septiembre del mismo año.
Por decreto del 3 de octubre siguiente, fue comisionado por
el Ministerio del Interior para estudiar, con los profesores Emil Adolf von
Behring y Pierre Paul Émile Roux, la antitoxina diftérica, desempeñando al
mismo tiempo el cargo de corresponsal del diario La Nación.
Fue el fundador de la cátedra de Bacteriología en la
Facultad de Ciencias Médicas, inaugurando el curso en el año 1897. Desempeñó
dicha cátedra hasta 1920. Fue posteriormente consejero y vicedecano de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En 1899 presidió la
delegación argentina para colaborar ante el brote de peste bubónica en
Paraguay.
En enero de 1900 fue designado presidente del Consejo de
Higiene. Caras y Caretas lo calificó entonces de “uno de los
médicos jóvenes del país que más se han distinguido en estos últimos tiempos
por su preparación y su actividad”. En la nota publicada en la edición N°67,
publicada el 27 de enero de ese año: “El doctor Malbrán viene lleno de ideas y
de propósitos de reformas que elevarán la repartición á una altura digna del
progreso de la nación, siempre que las autoridades nacional le presten su
atención”. La nota está acompañada por una foto del médico en su despacho
apenas asumido en su nuevo cargo y termina diciendo: “El doctor Malbrán es en
el mundo científico argentino una reputación verdadera y no tiene necesidad
para adquirir notoriedad de recurrir á las medidas de efecto que hasta hoy han
estado en uso por lo general y destinadas en realidad más á tranquilizar el
espíritu crítico que á la defensa del país”. Desde esa función, impulsó
la lucha contra la lepra y organizó y presidió una conferencia nacional con ese
objetivo. Asimismo, su consejo movió a la sanción de la Ley Nº 4687 de
Farmacia. Ese mismo año representó al país en la Convención Sanitaria Internacional
entre la Argentina, Uruguay y Paraguay. También concurrió a congresos médicos
sanitarios en Santiago de Chile, Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro.
En 1902 presidió la Conferencia Nacional de Lucha Contra la
Malaria. Ese mismo año fue autorizado a gestionar ante el Directorio del Banco
Nacional en liquidación la transferencia de unos terrenos en Barracas, próximos
a la Casa de Aislamiento y otros centros asistenciales como el Hospital
Guillermo Rawson y los de «Alienados» y «Alienadas», para la construcción del
Instituto Nacional de Microbiología y Conservatorio de Vacunas. En 1903,
representó a la Argentina en el Congreso Internacional de Medicina de Madrid.
En 1904 se puso la piedra fundamental del Instituto Nacional de Microbiología.
En 1906 presidió la Conferencia Nacional Sobre la Lepra y al año siguiente fue
designado Presidente del Consejo de Salud Pública de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1907 representó al país en el Tercer Congreso Argentino Americano en
Montevideo. En 1909, fue designado Miembro de Número de la Academia Nacional de
Medicina (Argentina) en la sección Biología.
En abril de 1910 resultó electo Senador Nacional por la
provincia de Catamarca. Desde su banca impulsó la aprobación de leyes
relacionadas con la salud pública, entre ellas la de vacunación obligatoria, la
que establecía el protocolo a seguir frente a la malaria, impuestos sanitarios
y normas para la actividad farmacéutica.
El 10 de julio de 1916 fue finalmente inaugurado el
Instituto de Bacteriología o de Microbiología, que incluía un depósito de
vacunas, lo que fue considerado uno de los principales logros de la salud
pública argentina de la época. El establecimiento, en cuya creación Malbrán
tuvo un papel fundamental y que se convertiría en un importante centro de
investigación en microbiología, llevaría en su honor el nombre de Instituto
Nacional de Microbiología Carlos G. Malbrán.
Publicó numerosos ensayos, trabajos en revistas
especializadas y diez libros entre los que destacan Apuntes sobre salud pública
(1931) y Patogenia del cólera.3 Escribió acerca de sífilis, dermatología,
lepra, paludismo, higiene alimentaria, difteria, vacunas, tuberculosis,
legislación sanitaria y medicina legal, sanidad marítima y ejercicio de la
medicina. Falleció el 1 de agosto de 1940 en la ciudad de Buenos Aires.
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