Si bien es una isla paradisíaca, también tiene su peligroso lado B.Gentileza Trip Advisor
Los turistas en busca de la naturaleza suelen tenerla en sus
planes y, por supuesto, algunos encuentran también el lado B de la isla
PARA LA NACION
La Isla Fraser, ubicada frente a la costa
este de Queensland en Australia, tiene más de 120 km de largo y 22 km de ancho
por lo que se trata de la isla de arena más grande del mundo. Para llegar hasta
allí es necesario tomar un ferry desde Hervey Bay o Rainbow Beach y una vez en
la isla sí o sí hay que utilizar camionetas 4×4 porque su ruta principal es una
playa de arena.
El primer nombre de la isla fue K’gari que significa Paraíso
en la lengua de los aborígenes, quienes se encontraban viviendo en la zona
cuando el explorador británico James Cook descubrió la isla en mayo de 1770.
Ideal para los amantes de la naturaleza
Año tras año es uno de los lugares preferidos de los
turistas que eligen esa parte del mundo para pasar sus vacaciones. Los amantes
de la naturaleza la definen como un lugar de ensueño por sus plantas y diversas
especies autóctonas.
Considerada Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1992, la
Isla Fraser seduce por el color azul turquesa de sus aguas, como así también
por la presencia de delfines y tortugas.
Quienes han estado en este lugar pudieron disfrutar de las
cristalinas aguas de los lagos Mackenzie y Wabby y del río más
importante, Eli Creek, en la costa oriental de la isla,
uno de los sitios predilectos a la hora de darse un chapuzón.
Foto Cada vez son más frecuentes en sus playas la presencia de medusas y de tiburones. Además, hay serpientes y arañas mortales que cuando no se esconden en las profundidades de las selvas utilizan la arena para camuflarse y atacar a sus víctimas.Gentileza Filonews
El lado B de la isla
Sin embargo, no todo parece tan lindo como lo pintan. Si
bien es cierto que se trata de un paraíso que invita y tienta para formar para
de él, lo cierto es que también se trata de un lugar peligroso y no muchos
turistas conocen las razones.
Cada vez son más frecuentes en sus playas la presencia
de medusas y de tiburones. Además, hay serpientes y arañas
mortales que cuando no se esconden en las profundidades de las selvas
utilizan la arena para camuflarse y atacar a sus víctimas.
“Lo que más llama la atención es la cantidad de animales
peligrosos que parece haber. Cuando uno abre la sección de Peligros y
advertencias de la Lonely Planet de Australia, ¡tiene 20 páginas! Tras llegar a
Sydney desde Auckland, tomamos el ferry para ir a Manly. Tomando una cerveza en
la playa unos amigos brasileños nos explicaban la utilidad de las redes junto a
la playa. No, no eran para las medusas, que también las hay y muy peligrosas,
sino para evitar los ataques de los tiburones, que de vez en cuando le pegan un
bocado a algún surfista intrépido”, describe un turista en la web
ledamoslavueltaalmundo.
Dingos, los perros salvajes de la isla
Como si esto fuera poco, fuera del agua el peligro más
importante son los dingos, unos perros salvajes que se
encuentran en peligro de extinción y a quienes parece que no le agradan mucho
las visitas. De hecho, una de las playas lleva el nombre de estos animales ya
que es el lugar donde viven. Por esa razón recomiendan a los turistas no
acercarse, ni mucho menos que intenten alimentarlos porque la reacción
puede ser impredecible. Todos los años, indefectiblemente, se registran ataques
de estos animales por lo que las autoridades aconsejan a los viajeros
observarlos sin descender del auto.
Dingos: en el año 2001 uno de estos perros salvajes asesinó
a un nene de nueve años.
Un dato triste en relación a estos perros salvajes es que en
abril de 2001 un nene de nueve años fue atacado y asesinado por uno de
estos animales. A raíz de ese trágico episodio, 31 dingos que
frecuentaban esas zonas turísticas fueron sacrificados.
Si bien ese episodio marcó un antes y un después (durante un
largo tiempo se debatió si sacrificar o no a todos los dingos de la zona)
la Isla Fraser sigue siendo uno de los lugares más concurridos
por los turista en Oceanía. Sin embargo, en los últimos años comenzaron a tomar
mayores recaudos ya que, entre otras cosas, en las playas más peligrosas se
colocaron unos carteles donde las autoridades alertan acerca de las
consecuencias no deseadas que pueden ocurrir en este paraíso que tiene su lado
B.
Alejandro
Gorenstein // tomado de la nacion de ar
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