“Las Fuerzas Armadas siempre estarán del lado de la legalidad”, dijo el vicepresidente Mourao.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aceptó el martes
las renuncias de los actuales jefes de las tres fuerzas armadas: el general
Edson Pujol (Ejército), el almirante Ilqes Barbosa (Marina) y el brigadier
Antonio Carlos Bermudes (Fuerza Aérea) apenas un día después de destituir al
ministro de Defensa, Fernando Azevedo y nombrar a Walter Braga Netto como su
sucesor.
El palacio de Planalto hizo el anuncio luego de una reunión
que Bolsonaro sostuvo con los oficiales militares salientes junto con los
ministros de Defensa salientes y entrantes. Los nombres de los nuevos jefes no
se anunciaron en ese momento.
“Por primera vez en la historia, los comandantes de las tres
ramas de las fuerzas armadas presentaron su renuncia conjunta en desacuerdo con
el presidente”, dijo el diario Folha de Sao Paulo. La razón más probable de tal
evento pareció ser el apoyo de los tres a Azevedo, quien se opuso al supuesto
impulso de Bolsonaro de politizar las Fuerzas Armadas.
El diario O Globo escribió que Azevedo “estaba incómodo con
la necesidad de apoyar formalmente las actitudes del presidente Bolsonaro
cuando utilizó al Ejército para sus actividades políticas”, mientras que el
propio Azevedo dijo al salir que durante su mandato había logrado preservar “a
las Fuerzas Armadas como Instituciones del Estado.”
Bolsonaro, un ex capitán del ejército y admirador de la
dictadura militar (1964-85), ha colocado personal militar en puestos clave de
su administración desde que llegó al poder en enero de 2019.
En las manifestaciones de sus simpatizantes, suelen aparecer
pancartas exigiendo un golpe militar bajo su liderazgo, lo que resolvería sus
conflictos con el Congreso y la Corte Suprema. A pesar de ello, Bolsonaro ha
buscado refugio político en los partidos conservadores tradicionales en medio
de la actual crisis económica y de salud, como parte de su estrategia para
aspirar a la reelección en 2022.
Los cambios repentinos y múltiples se atribuyen a la
necesidad de Bolsonaro de hacer lugar para los políticos centristas y también
para asegurarse de estar rodeado de colaboradores extremadamente leales.
El vicepresidente Hamilton Mourao, general del Ejército,
descartó que exista riesgo de quiebre institucional en Brasil. “Cero, puedes
poner a quien quieras, no hay ruptura institucional. Las Fuerzas Armadas
siempre estarán del lado de la legalidad”.
Bolsonaro enfrenta una presión cada vez mayor de sus aliados
en el Congreso, que piden cambios de rumbo en medio de su controvertida gestión
de una pandemia que ya ha matado a más de 313.000 personas en el país, con un
promedio semanal de más de 2.600 muertos, casi el cuádruple que en el comienzo
del año.
El lunes, Bolsonaro le dio a su asediada administración una
profunda reorganización, reemplazando a los ministros de Relaciones Exteriores,
Justicia y Defensa, así como a su jefe de gabinete, fiscal general y secretario
de gobierno. Y la semana pasada también reemplazó al exministro de Salud
Eduardo Pazuello, un general del ejército sin experiencia médica, por el
cardiólogo Marcelo Queiroga.
Tags: Fernando Azevedo, Gabinete Brasil, Hamilton Mourao, Jair Bolsonaro, Walter Braga Netto.
Tomado de
envio de mercopress
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