COLONIA M. ANTONIA, Mbuyapey (Aldo Lezcano, corresponsal). La última lluvia de importancia que se produjo en esta productiva zona fue en la víspera de la Navidad, y luego llegó apenas un aguacero sin importancia, comentó Villanueva.
Añade que para la presente época de cosecha, solamente en María Antonia y compañías vecinas se cultivó cerca de 100 hectáreas de algodón y otra cantidad similar en la zona Norte de Mbuyapey.
Asegura que, según un sondeo realizado por la secretaría a su cargo, la producción ya está perdida en un 90 por ciento. Agrega que también están muy afectados centenares de hectáreas de cultivos de mandioca y de otros rubros de consumo, por lo que ya se percibe que habrá carencia de alimentos, lo que genera una preocupación generalizada.
“No nos resta otra alternativa, estaremos solicitando con los grupos organizados ayudas de emergencias al gobierno departamental y nacional”, dijo Villanueva .
Unas 3.300 hectáreas
En el departamento de Paraguarí, el buen precio pagado por el algodón en la cosecha del año pasado motivó a que los productores se entusiasmaran y lo cultivaran una buena cantidad.
Según fuentes de la Dirección de Extensión Agraria, solo en Ybycuí la cantidad cultivada de algodón supera las 1.500 hectáreas y que en todo el departamento hay 3.300 hectáreas. Presumen que el rendimiento sería menos del 50 por ciento debido a la sequía.
Gobernación levanta datos
Por otro lado, el gobernador de Paraguarí, abogado Tomás Rivas, aseguró que a raíz de las quejas masivas de los habitantes de Mbuyapey y otras localidades del departamento, mediante la Secretaría de Agricultura, está levantando datos concretos, para buscar las alternativas de ayuda. “Las cosechas serán prácticamente nulas; también el sector ganadero está resentido, primero por el tema de la aftosa y ahora por la sequía que está dejando sin pasto y agua a los productores en algunos sectores”, dijo Rivas.
En otro momento instó a la ciudadanía a actuar con cordura, que dejen de lanzar colillas de cigarrillos o que eviten quemar en forma intencional, teniendo en cuenta que las quemas de pastizales y de las reservas pueden volverse incontrolable.
Cabe recordar que el Gobierno gastará US$ 3 millones para entregar un kit de alimentos a cada una de las 210.000 familias afectadas por las sequía que poseen hasta diez hectáreas, según fuentes oficiales. Entre las familias beneficiadas se encuentran 28.000 familias indígenas. El kit consiste en la distribución de 15 kilos de semillas de maíz y tres kilos de poroto por familia en febrero; hortalizas y arvejas en marzo y abril. La distribución de los kits está a cargo de la Secretaría de Emergencia Nacional que es una unidad de apoyo de la emergencia alimentaria decretada por el Poder Ejecutivo. Si la falta de lluvia continúa, la distribución de semillas no será suficiente para paliar la situación en el campo.
Efectos en crédito
Para sembrar, el labriego gasta varios millones de la moneda nacional, que los obtuvo generalmente en préstamo de entidades financieras, pero que no podrá recuperar a causa de la aridez del suelo por falta de lluvia, según vaticinan analistas.
La falta de infraestructura, como el sistema de riego, es una de las causales de que esta situación resulte común en el campo y los sectores afectados, junto con las autoridades, deben aprender la lección y delinear las estrategias que ayuden a mitigar los efectos de la sequía, observan. Si bien los efectos de la sequía y otros factores con la fiebre aftosa tendrán consecuencias negativas sobre nuestra economía, estiman que solo marcarán una desaceleración sin llegar a traducirse en una crisis como en el 2009.
TOMADO DE ABC DE Paraguay
Añade que para la presente época de cosecha, solamente en María Antonia y compañías vecinas se cultivó cerca de 100 hectáreas de algodón y otra cantidad similar en la zona Norte de Mbuyapey.
Asegura que, según un sondeo realizado por la secretaría a su cargo, la producción ya está perdida en un 90 por ciento. Agrega que también están muy afectados centenares de hectáreas de cultivos de mandioca y de otros rubros de consumo, por lo que ya se percibe que habrá carencia de alimentos, lo que genera una preocupación generalizada.
“No nos resta otra alternativa, estaremos solicitando con los grupos organizados ayudas de emergencias al gobierno departamental y nacional”, dijo Villanueva .
Unas 3.300 hectáreas
En el departamento de Paraguarí, el buen precio pagado por el algodón en la cosecha del año pasado motivó a que los productores se entusiasmaran y lo cultivaran una buena cantidad.
Según fuentes de la Dirección de Extensión Agraria, solo en Ybycuí la cantidad cultivada de algodón supera las 1.500 hectáreas y que en todo el departamento hay 3.300 hectáreas. Presumen que el rendimiento sería menos del 50 por ciento debido a la sequía.
Gobernación levanta datos
Por otro lado, el gobernador de Paraguarí, abogado Tomás Rivas, aseguró que a raíz de las quejas masivas de los habitantes de Mbuyapey y otras localidades del departamento, mediante la Secretaría de Agricultura, está levantando datos concretos, para buscar las alternativas de ayuda. “Las cosechas serán prácticamente nulas; también el sector ganadero está resentido, primero por el tema de la aftosa y ahora por la sequía que está dejando sin pasto y agua a los productores en algunos sectores”, dijo Rivas.
En otro momento instó a la ciudadanía a actuar con cordura, que dejen de lanzar colillas de cigarrillos o que eviten quemar en forma intencional, teniendo en cuenta que las quemas de pastizales y de las reservas pueden volverse incontrolable.
Cabe recordar que el Gobierno gastará US$ 3 millones para entregar un kit de alimentos a cada una de las 210.000 familias afectadas por las sequía que poseen hasta diez hectáreas, según fuentes oficiales. Entre las familias beneficiadas se encuentran 28.000 familias indígenas. El kit consiste en la distribución de 15 kilos de semillas de maíz y tres kilos de poroto por familia en febrero; hortalizas y arvejas en marzo y abril. La distribución de los kits está a cargo de la Secretaría de Emergencia Nacional que es una unidad de apoyo de la emergencia alimentaria decretada por el Poder Ejecutivo. Si la falta de lluvia continúa, la distribución de semillas no será suficiente para paliar la situación en el campo.
Para sembrar, el labriego gasta varios millones de la moneda nacional, que los obtuvo generalmente en préstamo de entidades financieras, pero que no podrá recuperar a causa de la aridez del suelo por falta de lluvia, según vaticinan analistas.
La falta de infraestructura, como el sistema de riego, es una de las causales de que esta situación resulte común en el campo y los sectores afectados, junto con las autoridades, deben aprender la lección y delinear las estrategias que ayuden a mitigar los efectos de la sequía, observan. Si bien los efectos de la sequía y otros factores con la fiebre aftosa tendrán consecuencias negativas sobre nuestra economía, estiman que solo marcarán una desaceleración sin llegar a traducirse en una crisis como en el 2009.
TOMADO DE ABC DE Paraguay
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