Buenos Aires. Cerca del 80 por ciento de los chicos con cáncer se curan. Así lo afirmaron especialistas de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (Aaoc)
El miércoles se conmemora el Día Internacional del Cáncer Pediátrico. La Aaoc destacó que el rol de la familia durante el tratamiento es fundamental para que el niño cumpla las indicaciones médicas en busca de superar la enfermedad.
Guadalupe Pallotta, médica integrante de la Aaoc, sostuvo que “el cáncer es una enfermedad que en la clínica pediátrica tiene baja incidencia, es decir, los chicos que lo tienen son una población muy pequeña”.
Pallotta añadió que “es la más mortal de las enfermedades en la edad pediátrica y, especialmente, entre los 10 y 20 años”.
Explicó que “la quimioterapia aplicada para los tumores con alta tasa de proliferación es la que logra mayores respuestas completas y de curación del cáncer en niños”.
Por eso destacó que hay un índice de 70 a 80 por ciento de chicos con cáncer que se curan.
El pediatra, ante la detección del cáncer en un niño, emprende el tratamiento pero, fundamentalmente, debe ser claro al hablar con la familia porque son los padres los que deben aceptarlo.
En ese sentido, Pallotta explicó que los chicos aceptan lo que los padres deciden, porque ante estos casos no tienen capacidad de discernir y son los padres los que deben hacerlo.
“Es cierto que cuando irrumpe la enfermedad en los hijos, suelen salir a la luz problemas internos de las familias. Es un movimiento familiar que tiene algunos costos como por ejemplo la separación de los padres ante el diagnóstico o después del tratamiento”, añadió.
Pero destacó que los chicos son verdaderamente pacientes con los médicos porque toleran más que los adultos y, además, hay mucha amistad entre los grupos de pacientes: juegan en la sala de espera y comparten festivales de chicos curados y en tratamiento.
Datos clave. La Aaoc señaló que algunas de las claves que se deben tener en cuenta ante el cáncer infantil son el alto índice de curación, que son tumores con mucha tasa de proliferación o crecimiento, tienen baja incidencia y alta mortalidad y que son patologías diferentes a las del adulto.
En los bebés de menos de un año de vida son tumores de origen embriológico como en el aparato genital de las nenas. En cambio en los adolescentes son más frecuentes los tumores óseos y leucemias.
Guadalupe Rey, jefa de la Unidad de Oncología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, destacó que “cuando el tumor se inicia y se diagnostica tempranamente es probable que la enfermedad pueda curarse fácilmente”.
Síntomas. Rey indicó que, por eso, es fundamental que los padres consulten al pediatra ante el cambio de conducta de sus hijos, decaimiento, fiebre prolongada, pérdida de peso y dolores en los huesos.
También hay que estar ante la aparición de bultos en cualquier punto del cuerpo que puedan descubrir cuando bañan al niño y que muchas veces, se confunden con golpes, tan frecuentes en esta edad.
“En pediatría, la prevención se logra con el examen del pequeño en forma periódica ya que no existen exámenes de detección precoz como el papanicolau, la mamografía y la colonoscopia, como en los adultos”, señaló.
Rey sostuvo que si bien para el tratamiento en el niño las decisiones dependen de sus padres, siempre se respetará su individualidad, se le explicará con palabras que pueda entender cuál es su dolencia y qué tratamiento recibirá.
“Porque la sinceridad en la comunicación y la aceptación de la enfermedad son fundamentales para el largo camino del tratamiento”, puntualizó.
Algunos números
Según cifras de 2010 del Ministerio de Salud de la Nación, ese año fallecieron 917 personas menores de 24 años a causa de tumores. Uno de cada cuatro corresponde a casos de leucemia. La siguen los tumores en el cerebro y en el sistema nervioso.
Tomado de La Voz del Interior de Córdoba
El miércoles se conmemora el Día Internacional del Cáncer Pediátrico. La Aaoc destacó que el rol de la familia durante el tratamiento es fundamental para que el niño cumpla las indicaciones médicas en busca de superar la enfermedad.
Guadalupe Pallotta, médica integrante de la Aaoc, sostuvo que “el cáncer es una enfermedad que en la clínica pediátrica tiene baja incidencia, es decir, los chicos que lo tienen son una población muy pequeña”.
Pallotta añadió que “es la más mortal de las enfermedades en la edad pediátrica y, especialmente, entre los 10 y 20 años”.
Explicó que “la quimioterapia aplicada para los tumores con alta tasa de proliferación es la que logra mayores respuestas completas y de curación del cáncer en niños”.
Por eso destacó que hay un índice de 70 a 80 por ciento de chicos con cáncer que se curan.
El pediatra, ante la detección del cáncer en un niño, emprende el tratamiento pero, fundamentalmente, debe ser claro al hablar con la familia porque son los padres los que deben aceptarlo.
En ese sentido, Pallotta explicó que los chicos aceptan lo que los padres deciden, porque ante estos casos no tienen capacidad de discernir y son los padres los que deben hacerlo.
“Es cierto que cuando irrumpe la enfermedad en los hijos, suelen salir a la luz problemas internos de las familias. Es un movimiento familiar que tiene algunos costos como por ejemplo la separación de los padres ante el diagnóstico o después del tratamiento”, añadió.
Pero destacó que los chicos son verdaderamente pacientes con los médicos porque toleran más que los adultos y, además, hay mucha amistad entre los grupos de pacientes: juegan en la sala de espera y comparten festivales de chicos curados y en tratamiento.
Datos clave. La Aaoc señaló que algunas de las claves que se deben tener en cuenta ante el cáncer infantil son el alto índice de curación, que son tumores con mucha tasa de proliferación o crecimiento, tienen baja incidencia y alta mortalidad y que son patologías diferentes a las del adulto.
En los bebés de menos de un año de vida son tumores de origen embriológico como en el aparato genital de las nenas. En cambio en los adolescentes son más frecuentes los tumores óseos y leucemias.
Guadalupe Rey, jefa de la Unidad de Oncología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, destacó que “cuando el tumor se inicia y se diagnostica tempranamente es probable que la enfermedad pueda curarse fácilmente”.
Síntomas. Rey indicó que, por eso, es fundamental que los padres consulten al pediatra ante el cambio de conducta de sus hijos, decaimiento, fiebre prolongada, pérdida de peso y dolores en los huesos.
También hay que estar ante la aparición de bultos en cualquier punto del cuerpo que puedan descubrir cuando bañan al niño y que muchas veces, se confunden con golpes, tan frecuentes en esta edad.
“En pediatría, la prevención se logra con el examen del pequeño en forma periódica ya que no existen exámenes de detección precoz como el papanicolau, la mamografía y la colonoscopia, como en los adultos”, señaló.
Rey sostuvo que si bien para el tratamiento en el niño las decisiones dependen de sus padres, siempre se respetará su individualidad, se le explicará con palabras que pueda entender cuál es su dolencia y qué tratamiento recibirá.
Algunos números
Según cifras de 2010 del Ministerio de Salud de la Nación, ese año fallecieron 917 personas menores de 24 años a causa de tumores. Uno de cada cuatro corresponde a casos de leucemia. La siguen los tumores en el cerebro y en el sistema nervioso.
Tomado de La Voz del Interior de Córdoba
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