Ráfagas de calor extremo en tres continentes
(Fundación Solón).- El calentamiento del planeta se hace patente en el derretimiento generalizado de la nieve, en el vertiginoso avance de la erosión, en el aumento de la temperatura media del aire y en las cada vez más frecuentes olas de calor. No es un hecho aislado sino una inevitable consecuencia del calentamiento global, afirman especialistas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos y del Servicio Nacional Climatológico de Gran Bretaña.
El 26 de octubre de 2011, el servicio meteorológico de Zimbabwe, África, registró 42 grados centígrados en la mayor parte del país, considerada la temperatura más alta en 50 años, muy por encima del récord de 41 grados reportado en octubre de 1962.
A principios de enero de 2012, California, Estados Unidos, experimentó una inusual ola de calor que batió récords históricos para esa época del año en una docena de lugares, como por ejemplo la Universidad de California, en Los Ángeles, con 30 grados centígrados; y el campo de Lindbergh de San Diego con 28,3 grados, superando un registro tope de 1969, destacó el diario San José Mercury News.
En la primera semana de marzo, Chile soportó una ola de calor con temperaturas cercanas a 40 grados centígrados a la sombra en la localidad de Olmué, Valparaíso, y 37 grados en la región Metropolitana donde se ubica Santiago. La Dirección Meteorológica atribuyó la inusual canícula a varios factores como el fenómeno La Niña, un marcado fortalecimiento de la presión subtropical, vientos de cordillera-valle y una gran sequedad atmosférica.
El 30 de marzo otra ola de calor afectó a regiones del sur y norte de Honduras, con temperaturas que oscilaban entre los 38 y 40 grados. El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el verano sería el más caluroso de los últimos años. En Guatemala, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología previno el 1 de abril que el verano llegaría con temperaturas de hasta 35 grados centígrados, cuando lo habitual es de 22 a 23 grados.
Del 3 de mayo al 1 de junio de 2012, la India experimentó una inusual ola de calor con temperaturas superiores a 44 grados centígrados. El calor sofocante, la escasa humedad ambiental del 20% y los cortes eléctricos ocasionados por el sobre consumo de energía convirtieron a Nueva Delhi en un inmenso horno donde era difícil respirar.
De manera simultánea, Sucorea registró desde finales de mayo una ola de calor histórica con temperaturas superiores a 35 grados Celsius, y en la capital Seúl se contabilizaron hasta 13 noches tropicales consecutivas con más de 25 grados. Los ciudadanos de Seúl soportaron el 19 de junio 33,5 grados centígrados, la temperatura más elevada en 12 años, y al mismo tiempo la peor sequía en un siglo. Desde el 1 de mayo hasta esa fecha el acumulado de precipitaciones sumó 10,6 milímetros, 6% del promedio de 2011 y el nivel más bajo de los últimos 104 años.
El 20 de junio de 2012 el gobierno de Surcorea emitió la primera alerta por la ola de calor del año, que se convirtió en una emergencia médica. Hasta el 9 de agosto fallecieron al menos 14 personas sofocadas por el calor extremo, y perecieron más de un millón de animales en 465 granjas del país. Unas 800 personas requirieron asistencia médica, casi el doble que el año pasado.
China padeció a mediados de junio la primera ola de calor del año, con temperaturas de hasta 37 grados centígrados en Beijing. El 2 de julio el buró meteorológico de la capital alertó a los ciudadanos del peligro de insolación luego de que el termómetro marcara 33 grados y una caída de la humedad hasta el 22% en el centro de la ciudad.
El mes de julio fue el más caluroso desde que se iniciaron los registros de temperaturas en Estados Unidos. No se trata de un hecho aislado sino de una inevitable consecuencia del calentamiento global, reconfirma un reciente estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos y del Servicio Nacional Climatológico de Gran Bretaña.
Hace dos décadas la probabilidad de registrar temperaturas tan elevadas eran de una sobre 300, pero en la actualidad la probabilidad es de una sobre 10, alertó el autor principal del estudio James Hansen; aseguró que esta situación es responsabilidad del hombre por la quema de combustibles fósiles, y “esto no es una teoría, sino un hecho científico”.
Según el profesor de ciencias ambientales de la Universidad de Stanford Noah Diffenbaugh, los 10 años más calurosos de la historia han ocurrido a partir de 1990; según sus proyecciones, extensas áreas del planeta podrían calentarse de forma tan rápida que para mediados de este siglo aún los veranos más frescos serán los más calientes de los últimos 50 años.
A largo plazo, el aumento de la temperatura global impactará negativamente en la economía de los países en desarrollo, indudablemente más afectados que las naciones ricas, advirtieron recientemente los científicos del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT en inglés) en un artículo publicado por la revista American Economic Journal: Macroeconomics.
Por cada grado de aumento de la temperatura planetaria, la economía de las naciones en desarrollo ve limitado su crecimiento en 1,3%, estimaron los expertos del MIT tras analizar las variaciones del clima en los últimos 50 años.
Lo que ocurre es que los efectos del cambio climático se hacen patentes no solo en el derretimiento generalizado de la nieve y el hielo, la subida del nivel del mar o el aumento de la temperatura media del aire, sino también en las cada vez más frecuentes olas de calor, fenómenos que inciden en la producción, el comercio e incluso la inversión. “Si pensamos en la situación de los empleados en una fábrica a 40 grados centígrados sin aire acondicionado, puede verse que la temperatura es un factor relevante”, argumenta Ben Olken, uno de los autores principales del estudio del MIT.
La ola de calor bate desde América hasta Asia, pasando por Europa
En la primera semana de junio de 2012, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México registró temperaturas de hasta 45,5 grados centígrados en la comunidad de Chínipas, en el estado de Chihuahua; 43 grados en el municipio de Choix, Sinaloa, y 42,5 grados en Hermosillo, Sonora. La máxima fue de 45,5 grados en Ojinaga, Chihuahua.
El 12 de junio se pronosticaron temperaturas superiores a 40 grados centígrados en al menos 15 estados del país, y una semana después la racha en el norte y noroeste elevó las temperaturas a más de 40 grados en Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. Entre el 22 y 23 de junio se registró la temperatura máxima a nivel nacional en Ejido Nuevo León, Baja California: 43,6 grados centígrados.
En Estados Unidos se rompieron al menos 3.500 records de altas temperaturas entre el 30 de junio y el 6 de julio de 2012, sobre todo en Kentucky, Maryland y Dakota del Sur, informó la Administración Atmosférica y Oceánica.
En los primeros 10 días de julio el calor extremo mató a 52 personas en Estados Unidos, la mayoría en Chicago, Maryland, Virginia, St. Louis, Memphis, Tennessee y Ohio; muchos ancianos sofocados en sus propias viviendas sin suministro eléctrico. En Illinois fue hallado el cadáver de Lucille Griffith de 100 años de edad, con una temperatura corporal de 41,6 grados centígrados.
El 13 de julio la burbuja de aire caliente y humedad procedente del golfo de México impactó en comunidades de Filadelfia, Nueva York, Washington D.C, Chicago, y Kansas; y desde el 17 de julio la ola avanzó por la región centro-norte del continente americano.
Se emitieron avisos de alerta en 17 estados norteamericanos tras reportarse 48 grados en Madison, Minnesota; 52 grados en Newton, Iowa; 46 grados en algunos territorios de Oklahoma y temperaturas cercanas o superiores a 50 grados centígrados en Taylorville, Illinois; Gwinner, North Dakota, y Hutchinson, Minnesota, informó el Servicio Meteorológico de Estados Unidos.
Por esos días la ráfaga caliente y la mínima humedad también sofocaban en Canadá, desde las provincias de Saskatchewan al oeste hasta Québec en el centro-este. Se emitieron declaraciones especiales del tiempo en Québec, Ontario y Manitoba, mientras que Toronto divulgó una advertencia de calor y aconsejó a los residentes prever riesgos de enfermedades relacionadas con el calor.
El 22 de julio se batieron nuevos récords de temperaturas en el este de Estados Unidos, sobrepasando los 40 grados centígrados en Nueva York, Filadelfia y la zona del aeropuerto internacional Dulles de Washington. El sitio AccuWeather.com informó que en Newark, Nueva Jersey, la temperatura bordeó los 42,2 grados centígrados.
La Administración Atmosférica y Oceánica informó que el calor extremo afectó a la mitad septentrional del país, un área geográfica donde residen 115 millones de personas, un tercio de la población estadounidense.
A fines de julio, la ola de calor avanzaba hacia el sur del continente. En El Salvador los termómetros treparon a un máximo de 42,3 grados centígrados en la localidad San Miguel, donde la temperatura máxima promedio es 37,8 grados.
Enviado por red foroba
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