APLICAN UN
PROCESO DE DESCONTAMINACIÓN PARA ELIMINAR AGROQUÍMICOS DE ENVASES Y EFLUENTES
Se trata de un proceso avanzado de oxidación
que utiliza agua oxigenada y radiación UV. Es capaz de degradar diferentes
agroquímicos, entre ellos el glifosato, un herbicida muy utilizado en el país y
cuestionado por su toxicidad. El método de descontaminación se implementará en
una planta de reciclado que se está construyendo en la localidad santafesina de
Rafaela.
Los
agroquímicos son sustancias químicas o mezclas de sustancias cuyo objetivo es
matar, repeler y eliminar plagas y malezas de los cultivos. Estos son
utilizados masivamente en el ámbito productivo de la agricultura. En nuestro
país, uno de los más utilizados es el glifosato, cuyo uso se extendió en la
década de los ’90 a partir de la incorporación de la soja transgénica.
Actualmente, el uso de los agroquímicos es muy
cuestionado debido a la toxicidad de estas sustancias para el ser humano y a su
gran poder contaminante. Una vez que estos son esparcidos, los bidones vacíos
suelen acumularse en los campos, se entierran, se queman o, en los peores
casos, son reutilizados para la carga de combustibles o de agua. Muy pocos
siguen el protocolo recomendado que propone lavar tres veces los recipientes y
utilizar el agua de enjuague en el pulverizador.
Con el objetivo evitar la contaminación y los
efectos tóxicos que pueden acarrear los restos de pesticidas liberados en el
ambiente, investigadores del Instituto para el Desarrollo de la Industria
Química (INTEC), dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el
CONICET, vienen trabajando desde el año 2007 en distintas alternativas para
tratar el agua de lavado así como los envases de agroquímicos, principalmente
de glifosato.
Lo que han logrado, hasta el momento, es un
proceso de descontaminación del agua de lavado de los bidones, utilizando agua
oxigenada y radiación ultravioleta. Tal como explicó a MI Club Tecnológico la
Doctora en Tecnología Química Cristina Zalazar, directora de la investigación,
“esto, en realidad, es una aplicación de un proceso antiguo, que se conoce y se
usa en otros lugares del mundo para descontaminar efluentes, pero no en
Argentina”.
“El procedimiento adecuado para tratar bidones
–continuó Zalazar– es hacer el triple lavado en campo y usar el agua con los
restos de glifosato en nuevas fumigaciones. Posteriormente, ese bidón vacío
debe recuperarse en una planta de reciclado. Allí, lo que se hace es lavar y
moler el plástico. Sin embargo, esa agua no puede ser descartada al ambiente
sin un tratamiento previo porque todavía tiene restos del herbicida. Y,
justamente, estamos trabajando en la aplicación de este proceso y en el diseño
de un equipo para tratar esos efluentes”.
Acerca del proceso de descontaminación, la
doctora santafesina comentó que “al irradiar con radiación UV el peróxido de
hidrógeno -más conocido como agua oxigenada-, se producen radicales oxhidrilos.
Es decir, se generan especies que son muy oxidantes y que pueden oxidar la
materia orgánica (el contaminante) y degradarla totalmente a dióxido de
carbono, agua y algún ácido mineral, todos compuestos que existen en la
naturaleza”.
Es decir, se trata de un proceso capaz de
degradar los compuestos químicos contaminantes a compuestos inocuos y sin dejar
ningún tipo de residuo.
Uno de los beneficios de este tipo de
tecnología es que en efluentes que tienen una relativamente baja carga
orgánica, logra destruir por completo el contaminante. “Además, puede aplicarse
a otros agroquímicos, no sólo a glifosato. Inclusive, puede tratar todos los
excipientes que contiene el formulado comercial. Todo lo que sea materia
orgánica, sin importar que sustancia química sea, va a ser degradado porque,
justamente, es un proceso no selectivo”, explicó Zalazar.
Debido a esta no selectividad del proceso de
descontaminación, actualmente los investigadores santafecinos están realizando
ensayos con otros agroquímicos como el herbicida 2,4-D y el insecticida
clorpirifós, ambos muy utilizados en Argentina.
También están realizando pruebas con un
reactor a escala piloto, que les permite procesar unos cien litros de agua y
ajustar los detalles que faltan para pasar a una escala industrial. Según
informó la doctora Zalazar, este procedimiento se implementará en una planta de
tratamiento y reciclaje de envases de agroquímicos que se comenzó a construir
este año en la localidad de Rafaela y que procesará 500 toneladas de plástico.
“Aunque existen en el país distintas
iniciativas que se encargan del reciclado del plástico de los bidones, ninguna
contempla el tratamiento adecuado de los efluentes que se generan”, indicó la
científica.
Actualmente, los investigadores santafecinos
están realizando pruebas con un reactor a escala piloto, que les permite
procesar unos cien litros de agua y ajustar los detalles que faltan para pasar
a una escala industrial.
El plástico recuperado por la planta de
reciclaje será usado como materia prima para realizar nuevos productos. “Se lo
puede utilizar para todo lo que no tiene que ver directamente con la
alimentación y la salud humana. Por ejemplo, los postes que se usan en el
alambrado de los campos. Se mencionaba también la posibilidad de hacer los
durmientes del ferrocarril, en reemplazo de los de madera de quebracho. Y, por
supuesto, en productos como mangueras, baldes y todo lo que de alguna manera se
puede reciclar pero sin tener relación directa con el hombre”, detalló la
doctora.
El agua recuperada, por su parte, podrá ser
reutilizada en la misma planta de reciclado. “También se puede usar como agua
de suministro para una cementera que está próxima al lugar donde estará ubicada
la planta o para riego de campos”, precisó Zalazar.
Tomado de
club tecnológico ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario