lunes, 17 de septiembre de 2012

DESCONTAMINANDO ENVASES antes de reciclar


APLICAN UN PROCESO DE DESCONTAMINACIÓN PARA ELIMINAR AGROQUÍMICOS DE ENVASES Y EFLUENTES
 Se trata de un proceso avanzado de oxidación que utiliza agua oxigenada y radiación UV. Es capaz de degradar diferentes agroquímicos, entre ellos el glifosato, un herbicida muy utilizado en el país y cuestionado por su toxicidad. El método de descontaminación se implementará en una planta de reciclado que se está construyendo en la localidad santafesina de Rafaela.
Los agroquímicos son sustancias químicas o mezclas de sustancias cuyo objetivo es matar, repeler y eliminar plagas y malezas de los cultivos. Estos son utilizados masivamente en el ámbito productivo de la agricultura. En nuestro país, uno de los más utilizados es el glifosato, cuyo uso se extendió en la década de los ’90 a partir de la incorporación de la soja transgénica.
 Actualmente, el uso de los agroquímicos es muy cuestionado debido a la toxicidad de estas sustancias para el ser humano y a su gran poder contaminante. Una vez que estos son esparcidos, los bidones vacíos suelen acumularse en los campos, se entierran, se queman o, en los peores casos, son reutilizados para la carga de combustibles o de agua. Muy pocos siguen el protocolo recomendado que propone lavar tres veces los recipientes y utilizar el agua de enjuague en el pulverizador.
 Con el objetivo evitar la contaminación y los efectos tóxicos que pueden acarrear los restos de pesticidas liberados en el ambiente, investigadores del Instituto para el Desarrollo de la Industria Química (INTEC), dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el CONICET, vienen trabajando desde el año 2007 en distintas alternativas para tratar el agua de lavado así como los envases de agroquímicos, principalmente de glifosato.
 Lo que han logrado, hasta el momento, es un proceso de descontaminación del agua de lavado de los bidones, utilizando agua oxigenada y radiación ultravioleta. Tal como explicó a MI Club Tecnológico la Doctora en Tecnología Química Cristina Zalazar, directora de la investigación, “esto, en realidad, es una aplicación de un proceso antiguo, que se conoce y se usa en otros lugares del mundo para descontaminar efluentes, pero no en Argentina”.
 “El procedimiento adecuado para tratar bidones –continuó Zalazar– es hacer el triple lavado en campo y usar el agua con los restos de glifosato en nuevas fumigaciones. Posteriormente, ese bidón vacío debe recuperarse en una planta de reciclado. Allí, lo que se hace es lavar y moler el plástico. Sin embargo, esa agua no puede ser descartada al ambiente sin un tratamiento previo porque todavía tiene restos del herbicida. Y, justamente, estamos trabajando en la aplicación de este proceso y en el diseño de un equipo para tratar esos efluentes”.
 Acerca del proceso de descontaminación, la doctora santafesina comentó que “al irradiar con radiación UV el peróxido de hidrógeno -más conocido como agua oxigenada-, se producen radicales oxhidrilos. Es decir, se generan especies que son muy oxidantes y que pueden oxidar la materia orgánica (el contaminante) y degradarla totalmente a dióxido de carbono, agua y algún ácido mineral, todos compuestos que existen en la naturaleza”.
 Es decir, se trata de un proceso capaz de degradar los compuestos químicos contaminantes a compuestos inocuos y sin dejar ningún tipo de residuo.
 Uno de los beneficios de este tipo de tecnología es que en efluentes que tienen una relativamente baja carga orgánica, logra destruir por completo el contaminante. “Además, puede aplicarse a otros agroquímicos, no sólo a glifosato. Inclusive, puede tratar todos los excipientes que contiene el formulado comercial. Todo lo que sea materia orgánica, sin importar que sustancia química sea, va a ser degradado porque, justamente, es un proceso no selectivo”, explicó Zalazar.
 Debido a esta no selectividad del proceso de descontaminación, actualmente los investigadores santafecinos están realizando ensayos con otros agroquímicos como el herbicida 2,4-D y el insecticida clorpirifós, ambos muy utilizados en Argentina.
 También están realizando pruebas con un reactor a escala piloto, que les permite procesar unos cien litros de agua y ajustar los detalles que faltan para pasar a una escala industrial. Según informó la doctora Zalazar, este procedimiento se implementará en una planta de tratamiento y reciclaje de envases de agroquímicos que se comenzó a construir este año en la localidad de Rafaela y que procesará 500 toneladas de plástico.
 “Aunque existen en el país distintas iniciativas que se encargan del reciclado del plástico de los bidones, ninguna contempla el tratamiento adecuado de los efluentes que se generan”, indicó la científica.
 Actualmente, los investigadores santafecinos están realizando pruebas con un reactor a escala piloto, que les permite procesar unos cien litros de agua y ajustar los detalles que faltan para pasar a una escala industrial.
 El plástico recuperado por la planta de reciclaje será usado como materia prima para realizar nuevos productos. “Se lo puede utilizar para todo lo que no tiene que ver directamente con la alimentación y la salud humana. Por ejemplo, los postes que se usan en el alambrado de los campos. Se mencionaba también la posibilidad de hacer los durmientes del ferrocarril, en reemplazo de los de madera de quebracho. Y, por supuesto, en productos como mangueras, baldes y todo lo que de alguna manera se puede reciclar pero sin tener relación directa con el hombre”, detalló la doctora.
 El agua recuperada, por su parte, podrá ser reutilizada en la misma planta de reciclado. “También se puede usar como agua de suministro para una cementera que está próxima al lugar donde estará ubicada la planta o para riego de campos”, precisó Zalazar.
Tomado de club tecnológico ar

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