FAO INFORMA LOS POSIBLES EFECTOS DE “EL NIÑO” EN LA
PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
Para Sudamérica, el fenómeno es asociado con precipitaciones
bajo lo normal en la parte norte de la región, zonas que no se caracterizan por
grandes producciones, sin embargo, una baja en la producción podría afectar la
oferta local. Aunque las condiciones de El Niño se mantuvieron neutrales a
inicios de junio de 2014, estimaciones actuales de meteorología -del IRI* y
NOAA**-, dan un 70% de probabilidades de que el fenómeno climático ocurra
durante el verano del Hemisferio Norte (invierno en el Hemisferio Sur) y de un
80% durante el otoño o invierno. Esto tras un aumento de la temperatura de la
superficie del mar (TMS o SST por sus siglas en inglés) ecuatorial en los meses
anteriores. Ante este escenario, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) reportó, a través de su Sistema Mundial de
Información y Alerta sobre la Alimentación y la Agricultura (SMIA), los
posibles efectos de El Niño en la producción agrícola 2014/15 en diversas
regiones del mundo, esto en base a episodios anteriores del fenómeno climático.
En su informe, FAO es clara en señalar que aún existe incertidumbre respecto a
cuándo exactamente se desarrollará El Niño y más aún, el potencial de su
gravedad, ya que todo dependerá del momento y fuerza con que se presente. En el
caso de América Latina, entre abril y septiembre, en Centro América el fenómeno
climático se ha relacionado a bajas precipitaciones, así como una menor
intensidad y presencia de huracanes. Aquí, El Niño podría tener un efecto sobre
la producción de cereales. Por su parte, para Sudamérica, el fenómeno es
asociado con precipitaciones bajo lo normal en la parte norte de la región,
zonas que no se caracterizan por grandes producciones, sin embargo, una baja en
la producción podría afectar la oferta local. Por otro lado, entre octubre y
marzo, y en base a episodios anteriores del fenómeno, regiones al sur de
América Latina han recibido un mayor número de precipitaciones. Entre éstas
están las mayores zonas de producción de cereal en Argentina, Uruguay y el sur
de Brasil. Aquí, fuertes lluvias a final de año podrían retrasar la plantación
de cereales, los que serían cosechados a partir de marzo. En Norteamérica,
precipitaciones bajo lo norma al inicio de la temporada de cultivo (entre abril
y septiembre) podrían afectar el crecimiento de estos, sin embargo se espera un
impacto más limitado a medida que la temporada progresa. Entre octubre y marzo,
en zonas del centro y sur del país, periodos cortos de excesivas
precipitaciones podrían tener un impacto negativo limitado o incluso, ser beneficiosos
para la producción de invierno, sin embargo este escenario podría retrasar la
plantación. *IRI : International Research Institute for Climate and Society*NOAA
: National Oceanic and Atmospheric Administration tomado de envio de pregón
agropecuario de ar
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