domingo, 3 de abril de 2016

DE CLIMA SECO A DESIERTO , LA REGIÓN DE COCHAMABA BOLIVIA

 El clima seco de la región puede tornarse desértico
Local Un cultivo de maíz completamente seco en el municipio de Pasorapa en el cono sur del departamento, donde la sequía es recurrente pero en el último año ha empeorado. José Rocha
EFECTOS Un terreno salitroso de la laguna  Quenamari que sufre por la falta de agua de lluvias.  | Carlos López
Violeta Soria
El clima seco y semiárido de Cochabamba tiende a cambiar por uno
desértico con poca lluvia como efecto del calentamiento global y otros factores, explicó el biólogo y catedrático especializado en bioclimatología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Milton Fernández. El calentamiento global, que incrementó en un grado la temperatura del planeta, altera los procesos climáticos, como efecto la precipitación pluvial disminuye en algunos sectores y se incrementa en otros, añadió. En Cochabamba esta alteración se refleja en la disminución paulatina del nivel de precipitaciones en los últimos 30 años. Hace tres décadas, las lluvias alcanzaban un promedio de 451 milímetros. Sin embargo, en 2015 y 2016 disminuyó casi a la mitad con 241,5 milímetros, explicó el biólogo de la UMSS.
Cochabamba
El jefe de la Unidad de Meteorología de la Administración de Aeropuertos y  Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana), Jorge Aldunate, informó que la temperatura máxima promedio en Cochabamba de 1950 a 2015 fue de 25 grados Celsius. Sin embargo, de 2010 al 2015 se incrementó en 1,6 grados al llegar a 26,6.  En enero de 2016, la temperatura máxima fue de 27,5 grados; en febrero, 26,3 grados; y en marzo llegó a 29,7. Es decir,  el aumento fue de  3,4  grados en los tres primeros meses de este año. “Son diferencias que de alguna manera ya están mostrando cierto nivel de preocupación”, manifestó Aldunate. Las altas temperaturas se registran a pesar que el periodo más crítico del fenómeno de El Niño ya pasó. Atribuyó las altas temperaturas a dos factores: el fenómeno de El Niño y el cambio climático.
La tendencia
Los científicos pronostican que en los próximos 15 años las temperaturas podrían incrementar en dos grados centígrados; en 20 años subirán a tres; y en 50 hasta a cinco. A ello se suma que  los inviernos en algunos lugares del mundo serán más fríos y los veranos más cálidos.
Sin embargo, según Fernández hay que tomar estas proyecciones con “precaución y prudencia”, porque el clima es dinámico, azaroso y cambiante.
Precipitación
Las lluvias también han disminuido. En enero la precipitación acumulada llegó a 58,2 milímetros cuando lo esperado es de 115.  En febrero mejoró a 111,6 l.
“El déficit ha sido acentuado (…) De acuerdo a la climatología convencional, enero es un mes que favorece la recarga de acuíferos y si en ese mes que tenía las condiciones de la parte dinámica atmosférica para producir eso  no se ha dado, entonces lo que viene adelante es más crítico”, señaló Aldunate. Anunció que  se espera una sequía “probablemente prolongada”.
Cochabamba atravesó una situación similar en 1987 y 1988 pero de menor magnitud y asociada al fenómeno de El Niño. Entonces, la población soportó una “sequía acentuada”. 
Región metropolitana
Sobre los cambios en la región metropolitana, el especialista en bioclimatología señaló que al estar rodeada de cordilleras (Tunari, Tiraque y Vacas), que funcionan como barreras que impiden que las lluvias penetren, ésta experimenta el “efecto de sombra de lluvia”, es decir, existe una disminución “importante” de lluvia en el “fondo de valle”.
En consecuencia, en la metrópoli se genera un bioclima “xerico” lo que significa más de cinco meses sin lluvia (de mayo a octubre). Estas condiciones sumadas al calentamiento global y que la época de lluvia que inicia en diciembre y se prolonga hasta abril “tuvo una disminución considerable” son factores que contribuyen a la desertificación.
Lagunas
El biólogo instó a proteger y rescatar las lagunas urbanas de la ciudad, porque generan microclimas húmedos y son “amortiguadoras” de las temperaturas en verano e invierno. Es decir, colaboran a experimentar menos calor y menos frío en las zonas de su influencia.
“Es una acción que va a contrarrestar o mitigar los efectos del calentamiento global hacia el cambio climático”, explicó el biólogo de la UMSS,
Sequía
El responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación de Cochabamba, Óscar Soriano, informó que de acuerdo al mapa de riesgos, la región más vulnerable a la sequía es el cono sur, valle alto y los municipios de Pojo, Punata, Pocona, Pasorapa, Mizque, Aiquile, Omereque, Alalay y Vila Vila.
El jefe de Meteorología dijo que también se verán afectados el valle central y la región andina, debido a que se espera un incremento gradual de temperaturas y déficit de lluvias. Sugirió fortalecer la prevención; además, de proveer las lagunas porque son humedales.
El biólogo informó que el clima en Cochabamba nunca fue “templado”, sino seco a semiárido. Indicó que el mal uso del término se debe a que cuando visitantes del clima frío de La Paz, frío y seco de Oruro y Potosí y caliente de Santa Cruz llegaban al valle expresaban “templadito es Cochabamba”.
Este adjetivo, al cual llamó inapropiado, caracterizó a Cochabamba durante los últimos años. Sin embargo, el cambio climático influyó de manera directa en dejar en el pasado lo que un día fue el ideal del valle cochabambino.
La sequía es uno de los cuatro fenómenos que ha afectado en 2016 al departamento junto con la granizada, helada e inundaciones. Empero, se prevé que la escasez de agua se agrave a partir de agosto, debido a que las reservas de agua para consumo y riego han sido mínimas en comparación a
otros años.
La radiación solar o UV persiste durante seis meses
La radiación solar o por rayos ultravioleta se mantiene en niveles elevados desde hace seis meses. El responsable de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (MoniCA), Alain Terán, informó que en marzo la estación meteorológica de la Alcaldía registró un Índice de Radiación Ultravioleta (IUV) promedio de 10 a 11 puntos.
 La OMS establece que cuando los rayos UV están en índices de 1 a 2 se asigna el color verde y las personas no necesitan protegerse del sol. Cuando el nivel está entre 3 y 5 (amarillo) y 6 y 7 (naranja)  requieren protección. En caso de que esté en 8 a 10 (rojo) y arriba de 11 (violeta) urge protección “extra” especialmente de 12:00 a 15:00.
En febrero, la situación fue más crítica puesto que el IUV promedio llegó a 11 y 12. Es decir, la población soportó el nivel “violeta” de radiación.
Según la OMS la radiación genera efectos “agudos y crónicos” en la piel, ojos y sistema inmunitario. Entre los agudos están las quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y problemas oculares de tipo inflamatorio. Los crónicos van desde cáncer de piel hasta cataratas.
El panorama es alarmante puesto que a la fecha la Alcaldía ni la Gobernación cuentan con políticas sanitarias para contrarrestar el cambio climático.
CONTARÁN CON PLANES DE EMERGENCIA

La responsable de la Secretaría de la Gobernación, Soledad Delgadillo, auguró un “año difícil” de dura sequía por la falta de lluvias. Ante ello, informó que la Gobernación elabora un “Plan Departamental de Emergencia de Sequías” para atender a las poblaciones más afectadas.  El plan que concluirá a fines de abril será canalizado a través del Viceministerio de Defensa Civil y el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Productivo. Éste contempla la ejecución de proyectos pequeños que implican captación de agua, políticas de uso rescatable del líquido elemento y mejoras de los sistemas de riego. De igual manera, la Alcaldía de Cochabamba a través del Servicio Municipal de Agua y Alcantarillado (Semapa) elabora un plan de contingencia contra el desabastecimiento de agua puesto que las fuentes de agua no se llenaron como se esperaba.   TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA 

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