La vida del
hombre desde los principios de la historia tiene como común denominador el
buscar todo aquello que pueda mejorar su vida cotidiana. En esta búsqueda ha
logrado importantes logros en el arte las ciencias y producción de todo tipo de
artefacto que sirviera a estos fines. Pero hay algo que siempre intrigó al
hombre y fue el universo que lo rodea.
En principio solo podía admirarlo y en ocasiones le dio
connotaciones religiosas y adoró como dioses a muchas de esos puntos luminosos,
en especial al sol que fue venerado en distintos puntos de la tierra, que por
entonces no tenían comunicación entre sí, como los incas y los antiguos
egipcios que consideraban a sus reyes hijos del Sol.
Fig. 1
Quizás lo que podríamos llamar primer descubrimiento es
la relación del universo con las estaciones y el clima que le permitió mejorar
sus prácticas agropecuarias.
Con el tiempo, con la ayuda de las matemáticas, las
ciencias y técnicas elementales primero y muy complejas en la actualidad, el
hombre fue despejando dudas sobre el universo cercano mientras sigue empeñado
en investigar más lejos. Para esto hay varias vías de investigación, la más
inquietante es la posibilidad muy probable de que fuera de nuestra tierra,
existan civilizaciones inteligentes como la nuestra o quizás más con las que
fuera posible comunicarse. Para esto se han realizado varios intentos, por
ejemplo se han enviado vehículos de exploración que entre otras cosas portaban
información básica sobre la tierra. Entre otros “mensajes” un mapa estelar con
nuestra ubicación, música y fórmulas matemáticas que surgen del propio
universo, como el significado de Pi. También mediante potentes radio
telescopios se envió señales al espacio y se han realizado pacientes escuchas,
de los que podrían ser mensajes inteligentes provenientes del espacio.
Esto significo décadas de esfuerzos y recursos, que
significaron haber detectado más de más de 150 señales, pero solamente unas
pocas pudieron ser rastreadas sin obtener información útil.
Detectadas por primera vez en 2007, las FRB, ráfagas
rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) aún representan un desafío para los
astrónomos, que tratan de dilucidar qué las genera. Su procedencia también es
una incógnita, otro rompecabezas para los científicos es que existen casos en
los que varias fuentes repiten estos destellos, mientras que otras FRB
detectadas son emitidas una sola vez.
Un grupo internacional de astrónomos ha descubierto recientemente
una misteriosa señal de radio emitida a
una distancia de 500 millones de años luz de nuestro planeta que se emite en
ciclos regulares. Se trata de la primera vez que se detecta una periodicidad en
FRB.
Los científicos rastrearon la fuente del FRB que denominaron,
180916.J0158+65 hasta una región en una tenue galaxia espiral parecida a la Vía
Láctea donde se forman estrellas, ubicada a 500 millones
de años luz de la
Tierra, se trata de la fuente de FRB conocida “más cercana” a nuestro planeta Fig. 2
El equipo de astrónomos que estudia las FRB, con el
radiotelescopio asignado al Experimento Canadiense de Cartografía de la
Intensidad del Hidrógeno (CHIME/FRB, por sus siglas en inglés) estableció, que
la señal se repite con una o dos ráfagas cada hora durante cuatro días, luego
desaparece por 12 días antes de volver a emitirse por un nuevo periodo de
cuatro días. De esta manera, el ciclo total de esta señal es de unos 16 días.
Lo primero que establecieron y entusiasmaron a los científicos
es que está lejana señal tiene un patrón, se
repite en ráfagas cada hora durante cuatro días, luego desaparece por 12
días antes de volver a emitirse por un nuevo periodo de cuatro días. Esta
secuencia tiene dos componentes, uno horario y matemático según nuestra manera
de medir el tiempo y otro astronómico que significaría que las emisiones se
realizan en un momento en que los planetas o las galaxias que les interesan se
encuentran más próximos o al menos alineados. Es sabido que los lanzamientos al
espacio solo se realizan de lugares y
fechas determinadas astronómicamente. Una nota de color es la novela de Julio
Verne, El Viaje a la Luna, que el autor lo imagina realizado desde un punto
determinado de los EE.UU y mediante un gigante dispositivo balístico,
exactamente como sucede en la actualidad con los lanzamientos de la NASA.
Respecto al origen de estos destellos, todavía se
desconoce qué los produce. El ritmo de las señales apunta a que podría estar
modulado por el entorno de la fuente. Si la fuente de los destellos orbita un
objeto compacto, como un agujero negro, solo podría emitir señales hacia la
Tierra en un periodo orbital determinado, en este caso, de 16 días.
Se trata de breves estallidos de radio, que vienen desde
fuera de nuestra galaxia y cuya energía puede superar 500 millones de veces las
emisiones de nuestro Sol. Casi todas las FRB detectadas
previamente no se
repiten, lo que dificulta el estudio de las causas de este enigmático fenómeno.
Fig. 3
A su vez, el descubrimiento de ráfagas repetitivas, seis
de las cuales han sido detectadas dos veces, la séptima tres y la última diez
veces, posibilita determinar sus fuentes y otras peculiaridades, explicó uno de
los autores del estudio publicado en arXiv.org, Ziggy Pleunis, de la
Universidad McGill.
Contrariamente a la versión de la procedencia inteligente
de estas ráfagas, sostenidas por algunos astrónomos que piensan que hay
civilizaciones allí fuera emitiéndolas, Pleunis consideró que estos fenómenos
son producidos por la naturaleza, lo que no reduce la relevancia de su estudio
pero que desilusionó a miles de terráqueos que esperábamos alguna forma de
comunicación racional desde el espacio. Sera cuestión de continuar esperando,
de todos modos, 500 millones de años luz de la Tierra, es muy lejos…
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
No hay comentarios:
Publicar un comentario