Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
La pandemia del COVID-19 aparece como un monstruo de
cuatro caras, la epidemiológica, la económica, la política y la social. La
primera desde el primer momento preocupó y ocupó a la ciencia mundial, lo que
dio como resultado que se dispongan de una grupo de vacunas validadas y cuyo
efecto en principio esta sirviendo para contener la pandemia sin saber todavía
su efectividad en el tiempo, pero de momento son útiles. Hay quienes arriesgan
que el COVID-19 será destruido en un plazo relativamente corto y otros que
conviviremos con el cómo lo hacemos con la gripe. Mientras tanto más de 100
vacunas están en proceso.
Las caras económica y política aparecen con la misma
crueldad que la epidemiológica. Los laboratorios farmacéuticos, se comprometen
con entregas de vacunas, que no realizan sino a aquellos países con mayor
capacidad económica y porque no, por alguna presión política de las naciones
que llamamos potencias. Algunas de estas naciones disponen de vacunas para
inocular a dos y hasta tres veces a su población y otras, las que llamamos pobres
(¿o empobrecidas?) no contarán con vacunas hasta dentro de un par de años.
La cara no se manifiesta solamente entre laboratorios y naciones del primer mundo. También aparecen manifestaciones, dentro de naciones en que los tirones políticos internos hacen que en determinadas regiones, se apliquen normas preventivas y en otras no por considerárselas “innecesarias”. Ejemplo de esto lo tenemos en Argentina.
Y la última cara es la social, o mejor dicho el
comportamiento de determinados segmentos de la sociedad, que se niegan acatar
las medidas de prevención, que indican las autoridades fundadas en criterios
científicos.
Una situación que reúne las caras políticas y sociales, es la presencialidad escolar. Durante el año 2020 las clases se realizaron en forma virtual y durante el corriente se realizaron varias experiencias de presencialidad muchas de las cuales resultaron nocivas. Inicialmente la pandemia en todo el mundo se ensañó con las personas de mayor edad, en particular si tenían dolencias prexistentes. En la actualidad se ha producido un giro, las estadísticas demuestran que las personas mayores dejaron de ser las más afectadas, sea porque toman más precauciones o porque han sido vacunadas en cambio aparecen como más afectados los jóvenes y hasta en alguna medida los niños.
En la actualidad el Gobierno Nacional atendiendo a
análisis científicos, dispuso una serie de medidas entre las que se destacan el
cierre de grandes superficies comerciales no esenciales y receso temporal de la presencialidad escolar.
Esta última medida no fue aceptada en dos grandes territorios, la provincia de
Mendoza y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ninguna de las dos cuentan con
respaldo científico que justifique la medida.
En este estado de situación, un grupo de científicas y
científicos argentinos de diferentes disciplinas (Ver nomina al final) elaboraron
un informe en el que demuestran que, a partir del decreto presidencial que estableció
un conjunto de restricciones en el AMBA, la curva de contagios de COVID-19 bajó
de manera más rápida y abrupta en el conurbano bonaerense que en la Ciudad de
Buenos Aires. El documento sugiere que esta diferencia se debe al mantenimiento
de la presencialidad escolar en CABA. Sólo en la primera semana de virtualidad,
el conurbano habría evitado 2.500 nuevos contagios con su correspondiente
impacto en el número de internaciones y fallecimientos.
El informe indica que, mientras que en el conurbano, para la semana que va del 22 al 27 de abril, los casos confirmados de COVID-19 disminuyeron un 22%, en CABA el descenso fue bastante menor, de 13,2%, mientras que en el interior provincial alcanzó el 11,4%.
“Se trata de un tema muy candente, que viene muy discutido.
Sobre todo, después del fallo de la Corte Suprema que, de alguna manera, señaló
que no había evidencia suficiente de que la presencialidad escolar afectara la
curva de contagios. Nosotros sospechábamos que sí y por eso decidimos estudiar
el problema de manera más detallada”, explica el matemático Guillermo Durán,
director del Instituto de Cálculo de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la UBA.
De esta manera se conformó un equipo de trabajo que
reunió a 16 científicas y científicos, de muy distintas áreas del conocimiento
-matemática, computación, física, biología, sociología, ciencias políticas-,
tanto del CONICET como de diferentes universidades nacionales, que elaboraron
el “Informe sobre el impacto de la presencialidad escolar en los casos
confirmados de COVID-19”.
Con ese objetivo se propusieron analizar la evolución de
la situación en CABA, el conurbano y el interior de la Provincia de Buenos
Aires a partir de las últimas medidas de mitigación. Para eso tomaron los datos
de la base del Ministerio de Salud de Nación actualizados al 8 de mayo.
El documento recuerda que las primeras restricciones a la
nocturnidad para el AMBA fueron anunciadas el 7 de abril y luego fueron
profundizadas por un decreto presidencial de necesidad y urgencia anunciado el
14 de abril, norma que también dispuso la suspensión de las clases
presenciales. A partir del 19 de abril comienza la virtualidad en el conurbano
mientras que en CABA continuaron con la presencialidad.
El informe indica que la diferencia en el resultado de
las medidas restrictivas entre los tres distritos fue muy notoria. Así,
mientras que en el conurbano, para la semana que va del 22 al 27 de abril, los
casos confirmados de COVID-19 disminuyeron un 22%, en CABA el descenso fue
bastante menor, de 13,2%, mientras que en el interior provincial alcanzó el
11,4%.
Fig. 0 Presencialidad
Recogiendo alguna crítica, Durán -uno de los
coordinadores y autores del trabajo-, contesta: “Algunos dicen que el informe
no explica por qué descendieron los casos en CABA si las escuelas se
mantuvieron abiertas. Eso es no entender que se trata de un problema
multicausal. Está claro que en CABA las restricciones sobre la nocturnidad, las
reuniones, gastronomía, comercios, generaron una disminución de los casos. Lo que
estamos diciendo es que en la Ciudad ese descenso no fue más rápido y más
profundo porque no cerraron las escuelas”
Otro dato interesante que destaca la investigación es que
en el conurbano, si solo se hubieran adoptado las medidas restrictivas de la
nocturnidad, y no la virtualidad educativa, la reducción de los contagios para
el mismo período hubiera sido del 13,1 en lugar del 22% citado. Esa menor
disminución hubiera significado unos 2.500 casos confirmados más a lo largo de
esos cinco días, con su consiguiente impacto en el uso de unidades de terapia
intensiva y el número de fallecimientos un par de semanas después. (Ver figura
1)
Por otro lado, el grupo de científicos y científicas,
encontró que si bien las medidas restrictivas consiguieron bajar los casos para
el conjunto de la población en las tres regiones -con una caída más marcada en
el conurbano-, esa diferencia se profundiza significativamente al observar lo
ocurrido en la franja etaria de 5 a 11 años. Entre los chicos y las chicas de
esas edades, se verifica a partir del 22 de abril -tres días después de
iniciada la virtualidad educativa- un descenso abrupto de los contagios en el
conurbano, mientras que en CABA y en el interior bonaerense los casos no solo
no disminuyen sino que aumentan, aun teniendo en cuenta el importante nivel de
ausentismo que hubo esos días debido al temor de muchas familias que decidieron
que sus hijos no asistieran al colegio.
Figura 2
Luego de realizar este examen minucioso, el documento
concluye: “En un contexto de alta cantidad de casos, la suspensión temporal de
la educación presencial en el conurbano a partir del DNU presidencial disminuyó
la circulación viral comunitaria y produjo una disminución más veloz y
pronunciada de la cantidad de casos confirmados en el conurbano en comparación
con CABA y el resto de la Provincia de Buenos Aires, donde se mantuvieron las
clases presenciales”.
Mirando hacia el mediano plazo, Durán vaticina que esta
ventaja del conurbano se va a ir diluyendo. “Lo más probable es que, con el correr
del tiempo, dada la gran circulación de personas que hay entre los dos
distritos, las diferencias dejen de marcarse y las curvas tiendan a converger”.
Odiosas comparaciones
En un segundo capítulo del trabajo, el
equipo de investigación decidió indagar qué decisiones se habían tomado en
otros lugares del mundo en relación con la presencialidad escolar y la
evolución de la pandemia. En ese sentido, consignan que, según datos de la
UNESCO, en el año escolar 2021, hubo 101 países que dispusieron restricciones a
la presencialidad en todos los niveles escolares, a nivel nacional, por dos
semanas o más.
Particularmente, en el hemisferio norte, muchos países
sufrieron un acelerado incremento de los contagios desde diciembre y la mayoría
de ellos procedió al cierre de escuelas en todos los niveles. Fue el caso de
Israel, Polonia, Austria, Alemania, Grecia, Irlanda, Inglaterra, Dinamarca,
Portugal, Bélgica y Francia. En otras naciones, las restricciones se produjeron
en todos los niveles, pero exceptuando zonas rurales, o bien sólo en las
jurisdicciones con una situación epidemiológica más grave. Así ocurrió en
Italia, Bélgica, Canadá y Estados Unidos.
“Para que no
nos digan que no se puede comparar lo ocurrido en Argentina con lo que pasa en
países con un nivel de desarrollo mayor, como Alemania o Bélgica, decidimos
observar también lo ocurrido en América Latina”, relata Durán.
En lo que va del año 2021, en nuestra región numerosos
países ya dispusieron suspensiones generalizadas de clases presenciales:
México, Venezuela, Jamaica, Perú, Honduras, El Salvador, República Dominicana y
Uruguay. Además, Chile y Colombia suspendieron la presencialidad al superar el
límite de los 200 casos semanales cada 100 mil habitantes.
“Fíjense que esto no tiene nada que ver con una cuestión
política ni ideológica -subraya Durán-. Chile, Uruguay y Colombia son países
que tienen gobiernos de derecha y decidieron suspender la presencialidad cuando
los casos se dispararon”.
Los investigadores e investigadoras se propusieron
ahondar en esta línea y fueron en busca de aquellos países, que implementaron
indicadores de riesgo que ponen límite a la continuidad de la presencialidad en
determinados contextos epidemiológicos, según la cantidad de casos semanales
detectados cada 100 mil habitantes. Hallaron que Austria, Francia y Bélgica
fijaron un valor máximo de 400 casos semanales cada 100 mil habitantes; Italia,
250; en Alemania la primera ministra, Ángela Merkel, presentó un proyecto de
ley que prevé un valor máximo de 165. En Estados Unidos, el Center for Disease
Control and Prevention (CDC) sugiere la suspensión de la presencialidad con más
de 100 casos semanales por cada 100 mil habitantes.
Si, en cambio, se observa el límite más alto, de 400
casos semanales cada 100 mil habitantes, adoptado por Austria, Francia y
Bélgica, la presencialidad tendría que haber sido suspendida en CABA desde el
30 de marzo; en el conurbano, desde el 4 de abril, mientras que el interior de
la Provincia de Buenos Ares aún estaría dentro de los niveles permitidos.
“Lo que se deduce con claridad de esta comparación entre
países -sostiene Durán- es que lo único que no puede decirse del DNU
presidencial que dispuso la suspensión de la presencialidad educativa, es que
fue una decisión apresurada. Puede incluso considerárselo tardío, ya que para
esa fecha, el conurbano tenía más de 400 casos semanales cada 100 mil
habitantes y CABA más de 600. O sea, comparándolo con cualquier otro lugar, ya
era tarde. Entonces, insistir con una discusión cuantitativa sobre esta medida
es absolutamente absurdo”.
Para informarse mejor
El tramo siguiente del informe fue
reservado por los investigadores e investigadoras para presentar una selección
de estudios científicos que muestran evidencia sobre el impacto positivo de la
suspensión de la presencialidad escolar en la disminución de la circulación del
virus. Los papers abarcan un amplio abanico de países, rangos temporales y
técnicas de análisis.
“Hicimos un repaso de unos 30 trabajos científicos y
terminamos eligiendo una decena que nos parecieron los más interesantes. Se
trata de evidencia científica que respalda que la mayor movilidad y las clases
presenciales tienen un impacto fuerte en las curvas de contagios. Son estudios
hechos en distintas partes del mundo, en distintas situaciones, pero que
presentan información muy contundente. Y no parece haber evidencia científica
que indique lo contrario”, asegura el matemático.
Ya sobre el final, las y los autores aclaran
explícitamente que “no desconocen que la educación presencial es mucho mejor,
desde cualquier punto de vista, que la exclusivamente virtual, la cual presenta
a su vez dificultades y a menudo reproduce y genera desigualdades, y por lo
tanto no debe extenderse indefinidamente en el tiempo”.
Pero más allá de esta puntualización concluyen que “en
contextos de alta circulación viral, la evidencia muestra que la interrupción
de la presencialidad escolar contribuye significativamente a disminuir
contagios, y por ende internaciones y fallecimientos”. Y rematan: “El cierre
temporario de los establecimientos educativos mostró ser una herramienta
eficiente para la reducción de contagios en la Argentina y en los países
analizados”.
Fig.3 Ingreso escuela
Estos son los
profesionales que elaboraron el informe:
El computador Rodrigo Castro (Instituto de Ciencias de la
Computación, Exactas UBA y CONICET) acompañó a Guillermo Durán como coordinador
y autor del documento. La lista de los firmantes se completa con: Jorge Aliaga
(UNAHUR, CONICET); Leonardo Boechi (UBA, CONICET); Roberto Etchenique (UBA,
CONICET); Daniel Feierstein (UNTREF, CONICET); Diego Garbervetsky (UBA,
CONICET); Mario Lozano (UNQ, CONICET); Rodrigo Maidana (UNLP); Sol Minoldo
(UNC, CONICET); Santiago Olszevicki (UBA); Mario Pecheny (UBA, CONICET);
Ezequiel Pecker (UBA, CONICET); Rodrigo Quiroga (UNC, CONICET); Soledad Retamar
(UTN). Y como compilador: Axel Quimey Molina (UNLaM)
FUENTES: “Informe sobre el impacto de la presencialidad escolar
en los casos confirmados de COVID-19”.
Revista, NEX Ciencias Facultad de Ciencias Exactas de la UBA
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para la ASOCIACION ECOLOGICA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web y TV
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