Hace 20 años el pueblo era cenizas, ahora es un vergel
La erupción de 1991 sepultó a Los Antiguos, en Santa Cruz. Con trabajo, el pueblo recuperó la producción y el turismo.
Tomado de La Voz del Interior de Córdoba
La erupción de 1991 sepultó a Los Antiguos, en Santa Cruz. Con trabajo, el pueblo recuperó la producción y el turismo.
Hace 20 años, las cenizas cubrieron todo. El 15 de agosto de 1991, el volcán Hudson dejó de erupcionar tras ocho días de furia. Fue uno de los fenómenos volcánicos más violentos en la historia de la Patagonia. Estuvo acompañado de tormentas eléctricas y lluvias torrenciales. La erupción alcanzó los 18 mil metros de altura.
La localidad de Los Antiguos (Santa Cruz), a 100 kilómetros del volcán chileno, quedó tapada por cenizas. En algunos sitios, hasta más de un metro.
Se sepultaron 10 millones de hectáreas patagónicas. En la zona murieron 600 mil ovejas por inanición y decenas de chacras se arruinaron. La flora y fauna silvestre corrió igual suerte.
A pesar de tanta tragedia, nadie murió. A su vez, los estudios determinaron que las cenizas no eran tóxicas. Fueron las primeras buenas noticias.
Solidaridad. Luego llegó la solidaridad de gente local y de otras partes. Fueron psicólogos de la Universidad Nacional de Córdoba y, al año siguiente de la erupción, León Gieco organizó la Fiesta Nacional de la Cereza.
“Trabajamos junto a los gobiernos provincial y nacional. El Inta y el Consejo Agrario colaboraron con los productores. Fue muy valiosa la ayuda que recibimos de los argentinos de todos los rincones del país y del Ejército de Salvación”, recuerda el actual intendente Oscar Sandoval, que también ejercía ese cargo hace 20 años.
Y agrega: “La caída de cenizas nos tomó por sorpresa. Pero nos organizamos nombrando jefes de manzana para atender las tareas más urgentes y evacuar a la población cuando mejoró un poco la visibilidad”.
Sacaron 37 mil camionadas de cenizas del pueblo. “Fueron días de palas, palas y más palas. Llegó un momento en que el ánimo de la gente decayó. Fue fundamental la ayuda de los psicólogos”, cuenta Sandoval.
Volvieron las cerezas. Dos décadas después, los cerezos florecen y dan sus frutos como si nada hubiese pasado. Los turistas regresaron para disfrutar de las arboledas, las montañas, la nieve y el clima.
Los habitantes también volvieron. Antes eran 1.700 pobladores, ahora son siete mil. Nadie puede hablar de milagro, sino del trabajo de miles de hombres y mujeres. Marina Basalo, secretaria de Turismo de la localidad, cuenta que en 1991 llegaban 20 mil turistas anualmente. “Hoy recibimos 100 mil. De 50 camas hoteleras, pasamos a 600”, detalla.Las chacras turísticas, el lago Buenos Aires, los 170 kilómetros de circuitos de aventura por el monte Zeballos y la Cueva de las Manos, donde persisten pinturas de 10 mil años de antigüedad, son los principales atractivos de Los Antiguos.
Basalo concluye: “Hay una relación rara con el volcán; a la gente mucho no le gusta hablar de eso. Difundimos nuestras actividades, pero muchos visitantes dicen que recuerdan a Los Antiguos por el Hudson. Es lo que nos puso en el mapa”.Tomado de La Voz del Interior de Córdoba
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