Denuncian corrupción en gran escala tras inundaciones en Río
P or JULIANA BARBASSA The Associated Press
TERESOPOLIS, Brasil -- Cuando la avalancha de barro se precipitó sobre el barrio de Vanessa Silva, abrió un hueco en el frente de su casa e ingresó a la cocina y el baño.
Seis meses después, la pila de ladrillos, polvo y hierro retorcido sigue allí. Silva y su familia están alojados en la casa de unos amigos, enfurecidos por denuncias de que el dinero para la reconstrucción de los daños causados por la peor tragedia natural vivida en Brasil en un siglo ha sido robado.
TERESOPOLIS, Brasil -- Cuando la avalancha de barro se precipitó sobre el barrio de Vanessa Silva, abrió un hueco en el frente de su casa e ingresó a la cocina y el baño.
Seis meses después, la pila de ladrillos, polvo y hierro retorcido sigue allí. Silva y su familia están alojados en la casa de unos amigos, enfurecidos por denuncias de que el dinero para la reconstrucción de los daños causados por la peor tragedia natural vivida en Brasil en un siglo ha sido robado.
En un país acostumbrado a las coimas y a los políticos filmados recibiendo dinero a cambio de favores, la noticia causó estupor. Las lluvias torrenciales de enero provocaron deslizamientos en las laderas de las montañas de Río de Janeiro y mataron a 981 personas. No se tiene noticias de otras 322, que probablemente hayan fallecido. Unas 32.000 se quedaron sin vivienda.
Y ahora la ciudad de Teresópolis, donde barrios enteros siguen cubiertos de barro, no puede disponer de los fondos para la reconstrucción porque las partidas están congeladas en medio de tres investigaciones: una por posible uso indebido de fondos del gobierno nacional, otra por presuntas violaciones a las leyes que protegen el medio ambiente y una tercera relacionada con posibles irregularidades en la contratación de firmas para las tareas de limpieza.
Los detalles de las investigaciones, incluidos los nombres de los involucrados, no han sido revelados siguiendo una vieja política. Pero con lo poco que sabe, Silva está furiosa. "Es como que estos políticos se ríen de nosotros, se aprovechan incluso cuando estamos de rodillas", se quejó.
Las autoridades nacionales asignaron más de 100 millones de dólares a tareas de reconstrucción en la zona luego de los deslizamientos. Se suponía que el dinero sería usado para la limpieza, la reparación de calles y el tendido eléctrico, y el alojamiento de las personas que se quedaron sin vivienda.
Algunas cosas se hicieron en Teresópolis: se restauró un puente, asfaltaron una calle cuyos adoquines se los había llevado el agua y se llenó de cemento un terraplén para proteger las viviendas de abajo.
Pero investigadores del gobierno dicen que no hay comprobantes del uso que se le dio al dinero. Que muchas compañías no firmaron contratos y que, a juzgar por las agendas, varias empresas debían estar en un mismo sitio, haciendo el mismo trabajo.
No hay comprobantes del trabajo que se hizo. Los auditores le dieron a las autoridades municipales hasta el 22 de agosto para que expliquen cómo se gastó el dinero y congeló los fondos que quedan.
El alcalde de Teresópolis, Jorge Mario Sedlacek, asegura que no ha habido irregularidades, pero el concejo municipal le dio una licencia. A quienes dicen que la suspensión de la ayuda es algo cruel, Valdir Agapito Teixeira, director de auditorías internas de la Contraloría General del gobierno nacional, les responde: "No se trata de negarle recursos a la población. Lo que ocurre es que tenemos que castigar a los responsables del fondo antes de continuar".
Las autoridades municipales aparentemente trataron de entorpecer la tarea de los auditores transfiriendo dinero de una cuenta a otra, según el coordinador de la investigación Luiz Claudio de Freitas.
Tomado del Nuevo Herald de Miami
No hay comentarios:
Publicar un comentario