- La Organización Mundial de la Salud salió a avalar una estrategia para frenar la epidemia del sida, que había sido sugerida por el científico argentino Julio Montaner hace seis años • Consiste en considerar que el tratamiento con cócteles de drogas no sólo salva las vidas de las personas infectadas y las mantiene sanas sino que también permite reducir las probabilidades de transmisión del virus a otras personas
Ese uso estratégico de los tratamientos será una de las propuestas que la agencia sanitaria de las Naciones Unidas dará a conocer durante la XIX Conferencia Internacional sobre el Sida, que empieza el domingo en Washington, D.C., Estados Unidos. “Cada año, en los países de ingresos bajos y medianos más de un millón de personas empiezan a tomar medicamentos antirretrovirales. Pero por cada persona que empieza a tratarse, otras dos contraen la infección. Una mayor ampliación del uso de estos medicamentos con un criterio estratégico podría cambiar radicalmente la situación”, expresó ayer Margaret Chan, la directora general de la OMS, a través de un comunicado. Hasta el momento, ninguna vacuna pudo demostrar eficacia, y no siempre las personas tienen en cuenta a las prácticas preventivas, como el uso del preservativo durante las relaciones sexuales. Por lo cual, la epidemia aún continúa: había 2,7 millones de infectados por el virus del sida en el mundo en 2010. En la Argentina, se registran 5.500 diagnósticos nuevos de infección por año, según el Ministerio de Salud de la Nación.
Consultado por Clarín por teléfono, el coordinador de VIH/sida de la Organización Panamericana de la Salud, Massimo N Ghidinelli, explicó que la recomendación “se hizo a partir de una revisión sistemática de todos los estudios que demuestran que los tratamientos pueden considerarse también como un arma para la prevención de la infección por el VIH. Uno de los primeros estudios es del argentino Julio Montaner”.
El investigador, que desarrolla su trabajo en Canadá, recordó el momento ayer, al ser entrevistado por Clarín : “Entre 1996 y 1999, las nuevas infecciones por VIH cayeron más del 40%. Fue algo inesperado. Durante esos años, los infectados habían empezado a recibir los cócteles de drogas. La reducción ocurrió a pesar de que los casos de sifílis aumentaban. También observamos una reducción de la transmisión del VIH de madre a hijo, simplemente porque las madres accedían al tratamiento. Decidimos evaluar la hipótesis e hicimos una docena de estudios. Todos indicaron que cada persona que se trata frena la infección y no transmite el VIH. En 2006, lo propusimos como estrategia global en la revista The Lancet. Otros lo corroboraron. Hoy, tenemos la oportunidad de librar del sida a la próxima generación”. (tomado de APF.Digital)
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