PETICIÓN DE LA ONU
La mayoría de países carecen de planes adecuados
para frenar la extinción de animales y plantas, según expertos
OSLO/SINGAPUR, 28 Sep. (Reuters/EP) -
La mayoría
de los países del mundo carecen de planes nacionales adecuados para frenar la
extinción de animales y plantas, según han afirmado varios expertos de la ONU,
que han pedido que se pongan en marcha programas que permitan cumplir unos
objetivos fijados para 2020.
Solo unos
pocos países --entre ellos, Francia, Guatemala y Reino Unido-- han aprobado
nuevos planes nacionales para hacer frente a problemas como la contaminación o
el cambio climático en línea con el acuerdo internacional que se alcanzó en
Nagoya (Japón) en 2010 durante la Convención sobre Diversidad Biológica, que
estableció 20 objetivos que se debían alcanzar durante la década siguiente.
David
Cooper, jefe del departamento científico, técnico y tecnológico de la
Secretaría de la Convención sobre Diversidad Biológica de la ONU en Montreal
(Canadá), ha declarado a la agencia Reuters que "aún queda mucho por
hacer".
Representantes de unos 200 países se reunirán en Hyderabad (India) entre
el 8 y el 19 de octubre para analizar los avances que se han hecho en la
protección de la biodiversidad. Según la ONU, estamos experimentando el mayor
ritmo de extinción de especies animales y vegetales desde que desaparecieron
los dinosaurios, hace 65 millones de años.
AVANCES INSUFICIENTES
Algunos de
los 20 objetivos que se fijaron en 2010 son reducir gradualmente las
subvenciones perjudiciales y ampliar las áreas protegidas para, por ejemplo,
salvar arrecifes de coral donde viven numerosas especies de peces o ralentizar
la deforestación.
"¿Se
han hecho avances significativos lo suficientemente rápido como para alcanzar
los objetivos en 2020? Probablemente, no en todos los casos", ha admitido
Cooper. La biodiversidad se verá amenazada si se cumple la previsión de que la
población mundial aumentará de 7.000 a 9.000 millones de personas de aquí a
2050.
Hay muchos
países, como Australia, Brasil o China, que están haciendo progresos. China,
por ejemplo, ha avanzado mucho en las labores de reforestación, según Cooper.
Estados Unidos no forma parte de la Convención sobre Diversidad Biológica.
Los países
también han actuado con lentitud a la hora de ratificar un protocolo que
establece una serie de normas sobre el acceso a recursos genéticos y sobre cómo
pueden las empresas, los pueblos indígenas y los gobiernos compartir
beneficios.
RATIFICACIÓN
Hasta
ahora, 92 países han firmado el Protocolo de Nagoya pero solo seis lo han
ratificado, pese a que se necesita la ratificación de 50 países para que tenga
fuerza legal. El objetivo es que esté en funcionamiento antes de 2015.
Valérie
Normand, que ocupa un alto cargo en la Convención sobre Diversidad Biológica,
ha reconocido que la Secretaría ha sido "un poco demasiado optimista"
porque realmente esperaba que entrase en vigor este mismo año.
AHORRO
Cooper ha
destacado que muchas de las metas fijadas para 2020 permitirían ahorrar miles
de millones de dólares al año, al garantizar que la agricultura, la tala de
árboles y la pesca se podrán realizar de forma sostenible.
En la
conferencia de Nagoya, los expertos estimaron que el dinero que hay que aportar
anualmente para preservar la biodiversidad es de unos 3.000 millones de dólares
(más de 2.300 millones de euros), pero algunos países en vías de desarrollo
pidieron que se elevase a unos 300.000 millones de dólares (más de 233.000
millones de euros).
"Son
cifras grandes, pero son insignificantes si se comparan con los beneficios que
obtenemos de la biodiversidad. Si no actuamos, los costes serán mucho
mayores", ha advertido.
Según la
Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU, el 32 por
ciento de las especies de ganado están en riesgo de extinguirse en los próximos
20 años. Además, desde 1900 se ha perdido el 75 por ciento de la diversidad
genética de los cultivos agrícolas.
Cooper ha
señalado que el ritmo al que se van extinguiendo especies en nuestro planeta
--donde actualmente hay unos nueve millones-- es, posiblemente, cien veces
mayor que la tasa de extinción de fondo (la que se produce de forma normal en
el curso de la evolución) que revelan los fósiles.
En 2010 se
marcó el objetivo de ampliar las áreas protegidas para la vida salvaje para que
en 2020 representen un 17 por ciento del territorio del mundo y también el de
ampliar las áreas protegidas en el mar al 10 por ciento de las aguas de
jurisdicción nacional. Ese año, los porcentajes eran el 12,7 y el 4,
respectivamente.
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