Declaración de la Cumbre Social del Mercosur de
Brasilia
La 14a Cumbre Social del Mercosur, organizada por la
Secretaría General de la Presidencia de la República de Brasil, finalizó el 6
de diciembre 2012, en Brasilia. El resultado más importante fue la Declaración
de Brasilia que se entregó, el viernes 7, a los presidentes Dilma Rousseff,
Cristina Kirchner, Hugo Chávez y José Mujica en la Cumbre de los Jefes de
Estado del Mercosur, realizada en el Palacio de Itamaraty.
(Traducción del documento original en portugués por Cristina
Santoro - Red de intérpretes y traductores militantes de América Latina - RITA
y el Consejo consultivo de la sociedad civil de la Cancillería argentina).
Declaración
Representantes de los movimientos sociales y populares de la
región, convocados por los gobiernos de los Estados partes, asociados y
observadores del MERCOSUR en el marco del Programa Somos Mercosur, queremos
expresar en esta Declaración el consenso alcanzado por las delegaciones
presentes, enfatizando la necesidad de fortalecimiento de la agenda social y de
la participación ciudadana en el Mercosur.
Sorprendidos por la
noticia del fallecimiento del arquitecto Oscar Niemeyer, y reunidos en
Brasilia, ciudad que él proyectó y tanto amó, le rendimos homenaje en esta
declaración, inspirados por su enorme legado arquitectónico y cultural,
sobretodo, por los valores de justicia social, igualdad y solidaridad entre los
seres humanos que marcaron su vida y obra.
1. La reciente quiebra del proceso democrático en Paraguay,
por medio del golpe parlamentario contra el legítimo gobierno elegido, muestra
la fragilidad de la construcción de las democracias emergentes que en la región
vivieron diversos momentos de corte institucional, en las últimas décadas. Queremos en este sentido reiterar el repudio
al rito sumario al que fue sometido el presidente Fernando Lugo,
democráticamente elegido, y su deposición sin derecho a la defensa, situación
que acabó con la suspensión de Paraguay en el Mercosur, respetando la Cláusula
Democrática del Bloque, una medida que consideramos correcta y que apoyamos.
Esta sanción política se aplica sólo a los representantes del Estado Paraguayo
y no a su sociedad civil, que participa plenamente de la Cumbre Social.
2. Por otra parte, saludamos la incorporación durante mucho
tiempo demorada de Venezuela, que aportará su valiosa contribución al proceso
de integración regional, tan necesario en épocas de agravamiento de la crisis
global que se extiende desde 2008. Las
recientes elecciones en Venezuela, con una masiva participación popular,
reforzarán aún más las convicciones democráticas de ese país que ahora se
incorpora al Mercosur.
De esta forma, la
Plenaria de la Cumbre Social apoya no sólo la total inclusión de Venezuela,
sino también las de Bolivia y de Ecuador al Bloque. De todas formas, queremos
ver pronto el retorno de Paraguay al seno del Mercosur, con el retorno a su
camino democrático en elecciones libres y sin ceder a las presiones internas y
externas para firmar acuerdos de libre comercio ni admitir la instalación de
bases militares estadounidenses en su territorio, como se ha especulado en la
prensa.
3. Coincidimos en que la dimensión económica y comercial
debe focalizar el perfeccionamiento de la participación social, trabajadora,
educativa, ambiental y cultural de la integración regional, superando las
recetas neoliberales que - aún hegemónicas- se
han fortalecido con la crisis a partir de la actuación global de las
Instituciones Financieras Multilaterales y de los países centrales. Estas son
políticas aún presentes y cada día más agresivas -como es el caso de los fondos
especulativos- y con nuevos formatos de tratados de inversiones y de
asociación, amenazando las economías emergentes y periféricas que siguen
buscando mantener su crecimiento.
En este sentido, nos
preocupa el avance de las negociaciones del Bloque con la Unión Europea,
especialmente en temas de gran sensibilidad para nuestros países, como compras
de gobierno y materias normativas y, por este motivo, reiteramos la necesidad
de una mayor transparencia en este proceso negociador. Alertamos para que este
acuerdo no reproduzca las negociaciones dentro de los patrones del ALCA.
4. Ratificamos, en el marco de la soberanía nacional, del
multilateralismo y de la defensa de la paz y de la justicia social, la
importancia de fortalecer y ampliar el MERCOSUL, en articulación con los
diversos procesos de integración que se están desarrollando en la región,
particularmente en América del Sur. Y al mismo tiempo en que se fortalecen mecanismos nuevos de integración financiera
regional, como el Banco del Sur y el Fondo de Reservas del Sur, creemos en la
importancia de lograr posiciones comunes de la región en el G20, en la OMC y en
el sistema ONU, entre otros, que promuevan una transformación en el sentido de
democratizar el poder global asimétrico. Proponemos impulsar un profundo cambio
en el sistema financiero global para inhibir, entre otros, la especulación
desenfrenada de los precios de los alimentos y de las commodities, criminalizar
el lavado de dinero y adoptar medidas efectivas para poner fin al sigilo
absoluto de jurisdicciones en los paraísos fiscales.
5. Creemos en el MERCOSUR como un proceso que responda a las
expectativas de cambios en las condiciones de vida y de trabajo de nuestros
pueblos, con el propósito de transformar el modelo de desarrollo
primario-exportador aún vigente en algunos países; modelo que agrava la
degradación ambiental y de la biodiversidad,
profundiza la violencia en el campo y en las ciudades, y promueve la
exclusión social.
Instamos a promover
el desarrollo industrial regional para atender a las necesidades de nuestros
pueblos, la complementación entre los países y sub-regiones del continente,
teniendo en cuenta el concepto de desarrollo sustentable y las especificidades
de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas.
6. También, defendemos la soberanía alimentaria y
nutricional, cuyos principios articulan políticas de autonomía productiva
basadas en las necesidades nacionales y regionales de los pueblos, y no están
subordinadas a las demandas del mercado mundial, regido por las grandes
corporaciones transnacionales. Resulta urgente implementar en diversos países
reformas agrarias estructuradas a partir de la soberanía alimentaria y
territorial de los pueblos indígenas, comunidades tradicionales, campesinos y
de la agricultura familiar.
Para nosotros, la
integración de los pueblos incluye considerar las diferencias entre ellos como
expresión de diversidad cultural, al mismo tiempo en que tenemos el desafío de
conquistar mejores condiciones de vida para todos y todas, a través del
desarrollo regional integrado, de la complementariedad, y de la solidaridad
mutua.
7. Los procesos de integración deben garantizar la plena
ciudadanía en el MERCOSUR y la libre circulación de trabajadores y
trabajadoras, construyendo un marco jurídico de protección al trabajador que
eleve los patrones actuales en la región y garantice la plena libertad de
organización y de negociación colectiva, y también la actualización y el
perfeccionamiento de la Declaración Socio-laboral y la garantía de instrumentos
para su aplicación. De la misma forma, es fundamental tomar como una realidad
al Observatorio del Mercado de Trabajo del MERCOSUR. Al mismo tiempo,
garantizar el derecho de las personas a no migrar, como también todos los
derechos de los y de las migrantes. La competitividad basada en el trabajo
esclavo o en la sobre-explotación del trabajo de migrantes mantenidos en la
ilegalidad no puede ya seguir siendo tolerada.
De la misma forma,
rechazamos todas las formas de discriminación de género, raza, etnia,
orientación sexual, creencias o religiones, ideologías, origen, diferencias
físicas o cualquier otra distinción que menosprecie los derechos de las
personas y limite el ejercicio de su
ciudadanía. El compromiso con los
Derechos Humanos es fundamental y su cumplimiento y protección una prioridad.
La integración que queremos requiere el reconocimiento de la
diversidad de sujetos socioculturales existentes y de los territorios de los
pueblos y naciones indígenas, que muchas
veces van más allá de las fronteras de los Estados nacionales. En este momento
en particular, exigimos la investigación sobre la masacre de Curuguaty y el fin
de la persecución y el aniquilamiento de pueblos indígenas, en particular del
pueblo Guaraní Kaiowá.
Exigimos también
políticas públicas universales y compatibles entre los países del Bloque que
respondan efectivamente a las necesidades de hombres y mujeres de acceso al
trabajo, a la educación, a la salud, a servicios públicos esenciales, y al
ejercicio pleno de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y
ambientales. El combate contra las asimetrías no puede agotarse en medidas
compensatorias, sino que debe contribuir a resolver los problemas estructurales
que impiden la autonomía y el bienestar de nuestros pueblos.
Por su parte, el
MERCOSUR debe incorporar e implementar una política para las Micro, Pequeñas y
Medianas Empresas y los emprendimientos de la Economía Solidaria como eje
estratégico para la ampliación e intensificación de la integración
socio-productiva en un mercado regional ampliado, que estimule la creación de
colectivos de producción de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas . Más allá de
esto, se deben promover acciones para inclusión laboral de los jóvenes.
8. Entendemos que no hay libertad de expresión sin
democratización de los medios de comunicación. En este sentido, enfatizamos la
necesidad de garantizar la participación de los movimientos sociales
organizados en debate público; así como también, la elaboración, la
implementación y el control social posterior de nuevas leyes de comunicación
que reflejen la diversidad social de nuestro continente, que exige la
democratización de la palabra, la pluralidad de voces, y la extinción de los
monopolios de la comunicación, ya que la comunicación es un derecho y no una
simple mercadería. Al mismo tiempo, el Estado debe garantizar la
democratización de uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación
en favor de una democracia substantiva.
9. Sabemos que la única forma de profundización de los
procesos democráticos es a través de la participación efectiva de los
movimientos sociales y populares que, en el caso de la integración regional,
deben ampliar constantemente su actuación en el proceso decisivo del MERCOSUR.
Exhortamos a los
gobernantes a garantizar la transparencia y acceso a las informaciones en las
negociaciones del MERCOSUR y a fortalecer los espacios de diálogo e interacción
entre pueblos y gobiernos, estimulando los mecanismos de democracia
participativa y control social. Celebramos la institucionalización de las
Cumbres Sociales aprobadas por el MERCOSUR y proponemos el fortalecimiento de
la participación de las organizaciones sociales y de los movimientos populares,
en diálogo con los gobiernos, garantizando las condiciones necesarias para
viabilizar la presencia de los movimientos sociales y populares en esos
espacios.
Instamos al inmediato
funcionamiento de la Unidad de Participación Social del MERCOSUR, creada por el
Consejo del Mercado Común en 2010.
También llamamos a
los gobiernos a implementar las directrices del Plan Estratégico de Acción
Social del Mercosur (PEAS) por medio del fortalecimiento del Instituto Social
del MERCOSUR, y también el Estatuto de la Ciudadanía del MERCOSUR.
10. Instamos a los gobiernos a comprometerse con la
armonización de las legislaciones vigentes y la amplia difusión de acuerdos que
favorezcan la integración, como, por ejemplo, los Acuerdos de Seguridad Social
o de Residencia para nacionales del bloque, y el reconocimiento de los diplomas
académicos. Exigimos, también, que los países cumplan con el proceso de
elección por voto directo de los/as representantes en el Parlamento del
MERCOSUR, incluyendo la paridad de género.
11. Reivindicamos la legítima soberanía argentina sobre las
Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos e
insulares correspondientes. Exigimos el cumplimiento de las Resoluciones y de
las Declaraciones de Naciones Unidas sobre la cuestión de las Malvinas y del
Atlántico Sur como zona de paz y cooperación. Exigimos también el
desmantelamiento de todas las bases militares extranjeras en la región, que
amenazan la seguridad y la soberanía de nuestros pueblos.
12. Saludamos al Estado Palestino por la conquista del
estatus de Estado Observador en Naciones Unidas, como primer paso hacia su
reconocimiento y la autodeterminación del pueblo palestino. Al mismo tiempo,
proponemos la suspensión del acuerdo entre el MERCOSUR e Israel hasta el cese
de las atrocidades cometidas contra Palestina y que el proceso de paz sea
restablecido.
13. Exigimos a los Estados Parte el compromiso solidario y
la contribución técnico-científica para el pueblo hermano de Haití, en
reemplazo de las tropas militares presentes en ese país.
14. Finalmente, las organizaciones y movimientos sociales
del MERCOSUR, reunidos en Brasilia, ratifican la voluntad de continuar
impulsando la integración de los pueblos: por una verdadera integración que nos
permita recuperar la soberanía plena a partir y para los pueblos del Sur.
La XIV Cumbre Social
felicita a Brasil por la organización de este encuentro en su Capital Federal y
agradece la hospitalidad y el cariño recibido.
Frente a la crisis global: ¡reforcemos la integración
regional de los Pueblos!
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