¿Hacia la soberanía hidrocarburífera de la mano de Chevron?
Miguel Galuccio (YPF) y Ali Moshiri (Chevron) firmaron en
Houston (EE.UU.) un acuerdo multimillonario para explorar y explotar la
formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén. En una superficie de 290km²
-en las áreas Loma La Lata y Loma Campana- se construirá una planta piloto y se
perforarán 100 pozos, con una inversión de mil millones de dólares; primera
etapa que podría ampliarse al desarrollo de 600km² y un desembolso de US$ 15
mil millones.
El ambiente y la salud no son prioridad en política pública
El objetivo de Chevron e YPF es la extracción de
hidrocarburos de formaciones shale o esquisto -yacimientos no convencionales.
Estas formaciones, al tener muy baja o nula permeabilidad, deben ser
intervenidas -generarle grietas- para extraer los fósiles, esto se realiza
mediante la inyección de millones de litros de agua a alta presión, mezclados
con arena y químicos (en gran medida tóxicos); técnica conocida como fractura
hidráulica o fracking. Inmensos esfuerzos para profundizar el proceso de
calentamiento global.
La acumulación de daños ambientales y sanitarios (tanto en
animales como humanos) registrados en EE.UU., derivados de la aplicación de
esta técnica, ha generado movimientos de resistencia a nivel global. En EE.UU.
se registran numerosos casos de contaminación de aguas subterráneas, aumento de la actividad sísmica, impactos
sobre la producción agropecuaria e incremento de afecciones respiratorias,
epidérmicas, psíquicas y otras más graves aún, ocasionadas por la ingesta de
metales pesados. La agencia norteamericana de Protección Ambiental (EPA) ha confirmado la
contaminación de acuíferos debido al fracking e incluso en declaraciones públicas
funcionarios afirman que queda mucho por hacer para que esta técnica sea
inocua. En definitiva, es un procedimiento experimental sin garantías ni
certezas.
Estas situaciones han llevado a las autoridades del Estado
de Vermont a prohibir el empleo de esta técnica, mientras que los Estados de
Nueva Jersey y Nueva York declararon moratorias suspendiéndola. También en
Europa el fracking es fuertemente cuestionado, en Francia y Bulgaria dictaron
la prohibición, mientras que se dictaron moratorias en Inglaterra y otros
países.
Por otra parte, la socia elegida por YPF no cuenta con las
mejores cartas de presentación. Texaco (compañía contralada por Chevron)
afrontó un proceso judicial en Ecuador por el cual se determinó su
responsabilidad en daños socio-ambientales, registrados en la región Amazónica,
y se la condenó al pago de US$ 9.500 millones en concepto de reparación y
mitigación de impactos. En noviembre, la Justicia argentina hizo lugar a un
embargo sobre los activos de Chevron en el país a fin de dar cumplimiento a esa
sentencia que la empresa norteamericana se niega a acatar.
Asimismo, el pretendido proyecto piloto a realizarse por YPF
y Chevron en Neuquén se asentará sobre territorio mapuche, el cual ya sufre la
contaminación de más de tres décadas de extracción. En los años ’90, a través
de diferentes estudios, se confirmaron los graves impactos en aire, agua y
tierra; además de documentarse casos de cáncer, malformaciones y abortos
espontáneos, entre otras patologías; y la flagrante violación de derechos
colectivos de este Pueblo.
Avanzada extractivista y pérdida de soberanía
Lejos de ser la herramienta de reconversión energética que
se ansía y espera en estos nuevos tiempos, la empresa mixta YPF actúa como
punta de lanza del conjunto del sector para la explotación masiva de no convencionales.
Como lo explicita en su plan quinquenal, el objetivo de la conducción es no
sólo apuntar al autoabastecimiento sino convertir al país en exportador neto de
energía. A fin de cumplir esto, los primeros pasos han sido anunciados por la
presidenta Cristina Fernández en la cena anual de la Unión Industrial Argentina
(UIA): aumento en más de un 300% el precio del gas en boca de pozo.
Las provincias también avanzan en las reformas de los marcos
jurídicos. En Chubut, el próximo 27 de diciembre, se trataría el nuevo marco
regulatorio de la actividad hidrocarburífera; tanto en la fundamentación como
en el articulado, todas las expectativas están puestas en la explotación de
yacimientos no convencionales. Por su parte, el gobierno de la Provincia del
Neuquén ha sido el principal lobista para generar las condiciones económicas y
jurídicas óptimas para el desarrollo de estos yacimientos. A tal punto llega
esta convicción que la gestión de Jorge Sapag autorizó recientemente a la
empresa francesa Total a perforar un pozo para la explotación de no
convencionales en el área natural protegida Auca Mahuida, en el norte de la
provincia.
Mientras no se detallan los impactos producidos durante años
por Repsol, de acuerdo a lo expresado por el gobierno en el marco de la recuperación
del control de YPF, se acepta como socia a una empresa claramente destructora
de territorios y condenada por ello. Entonces, ¿a quién se beneficia con la
explotación de no convencionales? Con un precio en boca de pozo mayor, ¿qué
nuevas sorpresas veraniegas nos esperan? ¿Este acuerdo marca las reglas del
juego para el resto de las empresas interesadas en los no convencionales? Si
bien no se conocen los detalles del acuerdo firmado con Chevron, tenemos la
certeza de que estas empresas avanzan cuando las condiciones son óptimas a sus
intereses. A espaldas del pueblo, la empresa mixta YPF consolida el nuevo
esquema de negocios para pocos y a costa de todos.
El objetivo debiera ser el autoabastecimiento energético y
no necesariamente el abastecimiento hidrocarburífero. En este marco es
necesaria una rediscusión de las políticas energéticas de manera de poder
asignar correctamente los inmensos recursos económicos que se ponen en juego en
esta alternativa depredadora. El petróleo no es el futuro.
Taller Ecologista (Rosario) / Observatorio Petrolero Sur
(Buenos Aires)
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