DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO, IGUALDAD Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
Publicado el 03/06/2014 - Por Mario Brodersohn
En la década del 70 se había consolidado en el mundo académico
la tesis de que no se podía alcanzar al mismo tiempo total eficiencia y total
equidad social. Los gobiernos tienen que elegir cuanto están dispuestos a
sacrificar de una alternativa por elegir la otra. Altos impuestos y altos
subsidios afectan los incentivos a invertir y a trabajar y por lo tanto
debilitan el crecimiento económico. De allí se pasó a sostener que cierta
desigualdad favorece crecer más rápidamente.
Robert Lucas Jr, premio Nobel de Economía por su trabajo
sobre expectativas racionales y de gran influencia en los círculos académicos,
sostuvo en el 2004, tal como lo señala Paul Krugman, que si nos preguntamos
cuales son las tendencias más perjudiciales para un análisis económico serio,
la que más seduce y, según mi opinión la más venenosa, es la que concentra la
discusión en temas de distribución.
Estas afirmaciones muy probablemente estaban dirigidas a
evitar o a postergar en el tiempo un amplio debate en torno a temas muy
convocantes y controversiales como lo son distribución del ingreso, igualdad y
crecimiento económico. Hacía falta un detonante explosivo para movilizar el
adormecido mundo académico. Ese detonante fue en los Estados Unidos la
creciente concentración del ingreso en el top 5%.
Todo ello movilizó nuevas investigaciones provenientes de
líneas de pensamiento tan disímiles como el Fondo Monetario Internacional y
Thomas Piketty, cuyo reciente libro “El capital en el siglo veintiuno” ha sido
definido en un artículo editorial del The Economist como “A modern Marx”. El
Fondo Monetario Internacional publicó un reciente staff note sobre
“Redistribution, Inequality and Growth” (1). Este trabajo estima los
coeficientes de Gini antes y después de impuestos y gastos públicos para una
variedad de países y llega a conclusiones muy distintas de las aceptadas por el
“establishment académico”. Primero, las sociedades más desiguales tienden a
redistribuir más. Segundo, una menor desigualdad después de impuestos y gastos
públicos favorece un crecimiento económico más rápido y durable. Tercero, la
combinación de los efectos directos e indirectos de la redistribución es en
promedio pro‐crecimiento.
En el otro extremo esta Thomas Piketty de la Escuela de
Economía, Paris cuyo libro pasó a liderar la lista de los “best sellers”, con
los de ficción incluido. Para Paul Krugman este libro “va a cambiar nuestra
manera de pensar sobre la sociedad y la manera que hacemos economía”. El
objetivo de su teoría es definir la dinámica de la distribución del ingreso y
de la riqueza así como la interacción entre desigualdad y crecimiento
económico. No se limita a la distribución entre individuos sino que se extiende
a la del capital y el trabajo.
Un aporte de Piketty es su interpretación porque para el
periodo post 1970 se observan grandes diferencias en la distribución del
ingreso entre países ricos. En los Estados Unidos esta concentración del
ingreso en el 5 % más alto no está asociado al crecimiento de los ingresos del
capital sino al aumento de los salarios de los top ejecutivos, esto es, en las
últimas décadas del siglo XX los ingresos de los denominados “trabajadores
ricos, los top ejecutivos” reemplazaron a los “rentistas” del capital de la
primera mitad del siglo XX.
Para Piketty el sistema económico basado en las fuerzas del
mercado tiene una natural tendencia a la concentración de la riqueza porque la
tasa de retorno del capital (r) es consistentemente más alta que la tasa de
crecimiento económico (g) En las últimas décadas el cociente entre ambas tasas
ha sido mayor que uno, esto es, que r/g > 1, ello aumenta la concentración
de la riqueza y está llevando a Francia a los tiempos de concentración del
capitalismo patrimonial de la “Belle Epoche” de principios del siglo XX y en
Estados Unidos, según Krugman, a los tiempos del capitalismo patrimonial de la
“edad dorada” de fines y comienzos
del siglo XIX. Para corregir estas
tendencias el economista francés propone un impuesto progresivo global sobre la
riqueza y un impuesto con una tasa muy elevada sobe los ingresos superiores a
un cierto monto (2).
Los economistas, en particular los que se identifican con
Keynes, suponen que las familias de más altos ingresos consumen una porción más
pequeña de sus ingresos que las familias de ingresos más bajos, esto es, la
propensión a ahorrar aumenta a medida que crece el nivel de ingresos de las
familias. Estos economistas hubiesen pronosticado que la creciente desigualdad
que ocurrió en Estados Unidos desde mediados de los 80 debería haber aumentado
la participación del ahorro en el ingreso nacional. Sin embargo, ocurrió lo
contrario. En lugar de más ahorro se registró menos ahorro y más consumo que se
financió con un creciente endeudamiento hasta que a fines del 2007 la burbuja
financiera consumo /endeudamiento colapsó. Ello dio origen a la crisis subprime
o de los préstamos hipotecarios, que no impidió que el top 5% siga aumentando
su participación en el ingreso.
EL IMPACTO DE LAS POLÍTICAS DISTRIBUTIVAS DEL INGRESO SOBRE
EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
El impacto de políticas distributivas sobre el ingreso de
las familias se mide por la diferencia entre las dos siguientes formas de
estimar el coeficiente de Gini (si es 0 mide total igualdad y si es 1 mide
total inequidad) (3) (4).
Coeficiente Gini a precios de mercado: toma el ingreso
valuado por el mercado antes de impuestos y de las transferencias de gastos
públicos.
Coeficiente Gini neto: toma en cuenta el impacto que produce
en la distribución del ingreso el sistema impositivo y las transferencias de
los gastos del Estado.
Estos dos indicadores están sintetizados en el gráfico
siguiente para un grupo de países y del mismo se pueden extraer las siguientes
conclusiones (5).
La segunda y no esperada conclusión es que hay grandes
países desarrollados como Inglaterra, Francia, Suecia, Alemania y Dinamarca que
muestran un mayor nivel de desigualdad social, medida por el Gini a precios de
mercado, que la desigualdad existente en países subdesarrollados como
Indonesia, Venezuela, Corea del Sur, Méjico y Grecia.
La tercera y también sorpresiva conclusión es que en los
grandes países desarrollados, aún para los que tienen menor tradición
estatista, la desigualdad cae drásticamente si incorporamos el impacto del
sistema impositivo y las transferencias de gastos públicos. En Alemania, por
ejemplo, el coeficiente de Gini a precios de mercado es 0,56 y es más alto y
por ende la desigualdad es mayor que el de Indonesia, Venezuela y Méjico. Sin
embargo, esta desigualdad se reduce significativamente luego de las políticas
impositivas y de gastos públicos. Sigamos con el ejemplo de Alemania. El
coeficiente de Gini neto después de impuestos y gastos públicos se reduce casi
a la mitad, esto es, contribuyen significativamente a la equidad social. En
cambio, en Indonesia, Venezuela y Méjico no hay diferencia entre el coeficiente
de Gini medido por el mercado y el que surge después de impuestos y gastos
público, lo cual nos sugiere que contribuyen, en esos países muy poco, a
mejorar la igualdad social.
La quinta conclusión es que en algunos países pobres los
gobiernos intentan mejorar la distribución del ingreso con políticas de gastos
públicos pero lamentablemente terminan siendo ineficientes en el uso del
instrumento redistributivo.
Por último, una aclaración sobre qué se entiende por
políticas redistributivas del ingreso. En este trabajo el análisis y la
medición del coeficiente Gini neto se limita a la política impositiva y a las
transferencias de gastos públicos. No toma en cuenta decisiones gubernamentales
que pueden afectar la seguridad jurídica y la credibilidad como la estatización
de empresas privadas o regímenes de controles de precios y cambiarios. Además, es
muy poco los que se puede asignar a los sectores de altos ingresos que son los
que mas se benefician de la evasión tributaria y de la fuga de capitales al
exterior. Estas observaciones, que en algunos casos pueden jugar tanto a favor
como en contra de la distribución del ingreso, terminan por verse reflejadas en
la medición del coeficiente de Gini a precios de mercado.
LA GESTIÓN KIRCHNERISTA: DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y EQUIDAD
SOCIAL
1. En la etapa de crecimiento a tasas chinas mejoró la
equidad social, 2004/08
Todo ello provoca un drástico cambio en el escenario fiscal.
La presión tributaria total (nacional + provincial) aumenta del 21 % 1998/2001
al 23.1 % en el 2004/08 y al 30,7% del PBI en el 2013. El gasto primario Neto
(nacional + provincial), se reduce del 25,5% en el 1998/2001 al 23.2 % en el
2004/08 para dar el gran salto al 35,7% del PBI en el 2013.
¿El crecimiento sostenido a tasas chinas, el fuerte aumento
en la presión tributaria y el crecimiento del gasto público dieron lugar en la
Argentina a una distribución más equitativa de los ingresos? A pesar de la gran
orfandad estadística que tiene nuestro país se realizaron dos trabajos que
miden el impacto de la política impositiva y la de gastos públicos sobre la
distribución del ingreso en la etapa de crecimiento a tasas chinas (6) (7) (8).
Para ambos trabajos no hay significativas diferencias en la estimación del
coeficiente de Gini a precios de mercado, esto es, antes de impuestos y gastos
públicos. Para el primero es de 0.4838 en el 2009 y para el segundo de 0.479 en
el 2010.
Los dos trabajos también coinciden en que el sistema
impositivo mejora la distribución de ingresos, sobre todo si la comparamos con
la década del 90. Para ambos trabajos el IVA y los aportes a la seguridad
social aumentan la regresividad impositiva. La progresividad de las retenciones
a las exportaciones neutraliza la regresividad del resto del sistema
impositivo. Los gobiernos se aferran a su sustentabilidad porque tiene la
ventaja de ser un recurso no coparticipable con las provincias y prefieren no
enfrentar la difícil opción fiscal de reemplazarlo por impuestos
coparticipables como sería el impuesto a la tierra o evitar sustituirlo por el impuesto
inflacionario, que también es un recurso no coparticipable.
La discrepancia mayor entre ambos trabajos es en la
cobertura de los gastos públicos. El trabajo de Gomez Sabaini y otros se limita
a analizar el gasto público social consolidado y excluye el sistema
jubilatorio.
Un tema vinculado con la equidad del gasto es que no se
trata de gastar más sino de gastar bien. Guadagni señala que la información
proveniente del Ministerio de Educación nos permite extraer las siguientes
conclusiones (9):
• El 45% de los alumnos del último año del secundario no
sabe Matemática; pero en muchas provincias del NOA y del NEA este porcentaje en
las escuelas estatales se ubica entre 70 y 80%, mientras que en las escuelas
privadas de La Pampa apenas llega al 17%.
• La considerable deserción de la escuela secundaria está
íntimamente vinculada al nivel socioeconómico de las familias. De cada 100
alumnos que ingresaron a primer grado en el país en 2001 se graduaron 33 en
2012; pero esta cifra no refleja bien la realidad, ya que mientras las escuelas
privadas graduaron 64, las estatales apenas graduaron 25. Esta significativa
desigualdad es aún mayor en muchas provincias, como Santiago del Estero, donde
apenas se graduaron en escuelas estatales 17, o en Misiones, donde la
graduación secundaria fue de apenas 15 alumnos cada 100 ingresantes en primer
grado”.
El trabajo de Gaggero y Rossignolo se diferencia del de
Gomez Sabaini en que incluye todos los gastos del gobierno pero, también,
reconoce que “debido a las limitaciones de la información relevante requerida
para la asignación del gasto público, los resultados y las conclusiones del
presente estudio deberán considerarse como orientativas” (10).
La conclusión de ambos estudios es que en la etapa de
crecimiento a tasas chinas la combinación de la política impositiva y la de
transferencias de gastos públicos contribuyeron a mejorar la igualdad social no
solo en relación al coeficiente de Gini a precios del mercado sino también en
relación a la equidad distributiva en la década del 90.
2. De la etapa de crecimiento a tasas chinas a la del ajuste
recesivo, 2014
En el 2010/11 el escenario internacional volvió a jugar a
favor de la Argentina como lo había sido en el 2003/08. Los precios
internacionales y la cosecha alcanzaron en el 2011 un record histórico. La
economía volvió a crecer a tasas chinas del 9,1% en el 2010 y 8.6% en el 2011.
Junto con esta expansión económica aumentó la inflación. Para contrarrestarla
el gobierno comenzó a atrasar el dólar y las tarifas con la finalidad de que
operen como anclas antiinflacionarias. El consiguiente atraso cambiario dio
lugar en el 2011, el mismo año en el que triunfa en las elecciones con el 54 %
de los votos, a una fuga de capitales privados de 27.000 millones de dólares.
Las reservas internaciones del Banco Central cayeron de 52.300 millones de
dólares a fines del 2010 a 30.600 millones a fines del 2013.
La corrida cambiaria en enero del 2014, que ocasionó una
disminución de las reservas internacionales de 2.800 millones de dólares,
acrecentó el temor en el gobierno que teniendo cerrado el acceso al mercado
financiero internacional las reservas internacionales podrían no alcanzar para
llegar a las elecciones del 2015. El gobierno no tuvo otra opción que abandonar
su pretensión de crecer a tasas chinas y comenzar a tomar decisiones dirigidas
a corregir las distorsiones de precios relativos acumuladas en los años
previos. El objetivo dejó de ser crecer a tasas chinas. El nuevo objetivo es
proteger las reservas internacionales, lo que condujo a un “shock” de ajuste lo
más cercano posible a las demandas de los operadores económicos. Así hacen su
entrada en escena decisiones de política económica que habían sido negadas en
la década anterior. Nos referimos a la devaluación del 25% en enero, a la
política monetaria restrictiva que duplicó la tasa de interés, el aumento promedio
de las tarifas de gas en un 230%, en aguas del 265% y a la predisposición
gubernamental de fijar un techo salarial en las paritarias inferior a las tasa
esperada de inflación, tal como está ocurriendo con las jubilaciones.
En el pasado el gobierno para moderar la inflación recurrió
al atraso cambiario y de las tarifas como anclas antinflacionarias. No
funcionaron. La nueva estrategia económica lo induce a confiar que las nuevas
anclas antiinflacionarias van a ser la recesión y el techo salarial en la
paritaria. ¿En qué medida el nuevo escenario macroeconómico favorece la equidad
distributiva?
EN EL 2014 ESPERAMOS MENOS EQUIDAD SOCIAL Y MAS “POBREZA
ESTRUCTURAL”
1. En el 2014 entramos en la etapa de ajuste recesivo (cae
1.4% el PBI) e inflacionario (35 %) en el 2014 que contrasta con la etapa de
crecimiento a tasas chinas (2004/08) en la que mejora la equidad distributiva.
2. El 2010 marca el fin de la etapa de los superávit gemelos
que se inició en el 2003. El 2013 mostró un déficit fiscal primario del 2,2%
del PBI que sumados a los servicios de la deuda en pesos da un total de emisión
monetaria para financiar al gobierno del 2,6% del PBI, esto es, con el impuesto
inflacionario. Esta realidad es totalmente opuesta a la del 2008 en donde en
lugar de de déficit fiscal tuvimos un superávit primario del 2.2 % del PBI que
permitió cancelar con recursos genuinos los servicios de intereses y de capital
de la deuda pública
3. La combinación de aceleración inflacionaria, caída del
salario real y debilitamiento del empleo han agravado los indicadores sociales
de “pobreza estructural”. Las estimaciones privadas de pobreza e indigencia son
casi cinco veces más altas que las que venía publicando el INDEC. Los
indicadores privados muestran que en el segundo semestre del 2013 el 23.7 % de
la población era pobre, esto es, 10.232.000 de personas. Estos indicadores se
vienen agravando. En el segundo semestre del 2013 fueron más altos que los del
primer semestre y para el primer trimestre del 2014 aumentaría al 26.4 % de la
población (11).)
4. El empleo en blanco creció entre el 2003 y el 2008 un
74%. En el 2012/13 el empleo se estancó y proyectamos una leve caída para el
2014.
5. En el 2010 el sector energético generaba un superávit
externo de 1.800 millones de dólares y los subsidios representaban el 2,7% del
PBI. En el 2013 el déficit externo energético aumentó a 7.000 millones de
dólares y los subsidios económicos al 4,0% del PBl. Hasta ahora la decisión de
subir en promedio un 230% las tarifas de gas sólo redujo los subsidios en 0.3%
del PBI.
6. Los salarios reales crecieron a un ritmo del 5% anual del
2003 al 2008. Para el 2014 proyectamos una caída en términos reales del salario
y de las jubilaciones.
En síntesis, los seis indicadores que analizamos nos
muestran que el 2014 estará dominado por recesión, más inflación, más pobreza y
estancamiento en la creación de empleo. Esta realidad pone de manifiesto que
los logros distributivos que acompañaron hasta el 2008 con el crecimiento a
tasas chinas se están revirtiendo y que nos esperan tiempos económicos y
sociales nada favorables.
Referencias:
(2) Paul Krugman, Why We´re in a New Gilded Age, The New
York Review of Books, May 8, 2014
(3) Barry Z. Cynamon and Steven M. Fazzari, Inequality, the
Great Recession and Slow Recovery, January 23, 2014
(4) Andrew G. Berg and Jonathan D. Ostry, Inequality and
Unsustainable Growth: Two Sides of the Same Coin?, INF Staff Discussion Note,
April 8, 2011
(5) Inequality v growth, The Economist, march 1st, 2014
(6) Juan Carlos Gomez Sabaini, Marcela Harriague y Darío
Rossignolo, La situación fiscal y sus efectos en la distribución del ingreso,
Desarrollo Económico, vol 52, N 207‐208, octubre 2012‐marzo
2013
(7) Jorge Gaggero y Darío Rossignolo, Impacto del
presupuesto sobre la equidad, CEFID, Documento de trabajo N 40, setiembre 2011.
(8) Darío Rossignolo y Juan Carlos Gomez Sabaini, Impacto de
las políticas tributarias sobre la equidad en los países de América Latina.
Juan Carlos Gomez Sabaini y Dalmiro Moran, Política tributaria
en América Latina: Diagnóstico y lineamientos para una segunda generación de
reformas, Marzo de 2014, Informe para la CEPAL.
(9) Alieto Guadagni, Educar para superar la desigualdad,
Diario La Nacion, abril 30, 2014
(10) pag 29 del paper Gaggero, pié de página 7
(11) lCG, mayo 2014 - TOMADO DE ENVÍO DE ESCENARIOS ALTERNATIVOS DE AR
No hay comentarios:
Publicar un comentario