“Estamos preparados
hasta para el peor Niño”: Minminas
La probabilidad de una temporada pobre en lluvias oscila
entre el 73% y el 82%, según el Ideam. El efecto, aunque tímido, ya se ve en
las alzas de las tarifas de energía. ¿Por qué?
POR GERMÁN JIMÉNEZ MORALES |
Entre junio y septiembre se pagará alza de energía: EPM
EL SECTOR ELÉCTRICO Y LAS AMENAZAS DEL NIÑO
Aunque leve, el aumento del 2 por ciento en las tarifas de
energía de Empresas Públicas de Medellín (EPM) entre junio y septiembre de
2014, revela que hay que tomarse en serio la temporada de escasez de lluvias
que se aproxima y que en el lenguaje de los expertos se identifica como
fenómeno de El Niño. La alteración climática se producirá, según los
pronósticos oficiales, pero la gran duda es qué tan larga y dañina será esta
vez.
La autoridad nacional en la materia es el Instituto de
Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, o sea el Ideam. Su
vaticinio es que la temporada seca podría ser más dura a medida que se aproxime
el final del año. En efecto, la probabilidad de la llegada del Niño es del 73
por ciento para el trimestre agosto-octubre, y del 82 por ciento para el tramo
octubre-diciembre.
¿Y qué tan preparado está el país en esta ocasión para
encarar eventuales racionamientos de energía y agua? ¿Qué tanto se parece la
situación actual a la que degeneró a comienzos de la década de los 90 en el
llamado "apagón de Gaviria", cuyo fantasma aún inquieta a los
colombianos?
Lo primero para considerar es que las hidroeléctricas, que
atesoran el agua en sus embalses como materia prima, pasaron de aportar el 80
por ciento de la energía en la década de los 90s al 64 por ciento en los
tiempos que corren.
Luis Alejandro Camargo Suan, director de XM Compañía
Expertos en Mercados, reporta que los embalses están en promedio en el 50,7 por
ciento de su capacidad. "Está en promedios históricos, anota el directivo,
pero con una tendencia a la baja". Como muestra de lo impredecible que es
el clima, se anota que en otros años, para esta misma época, se estaba en el 80
por ciento.
El 95 por ciento de las reservas de agua se concentran en
Antioquia, el centro y el oriente del país. El dato es meramente geográfico, porque
aunque los paisas tengan el 47 por ciento del vital recurso, existe un
principio de solidaridad que lo pone al servicio de toda la nación.
Proteger ese tesoro es una prioridad y así lo está haciendo
Empresas Públicas de Medellín (EPM), jugador número uno del sector eléctrico,
al contribuir con el 25 por ciento de la energía del país, según Ana Mercedes
Villegas Mejía, vicepresidenta de Gestión de Negocio.
La funcionaria afirma que EPM está tranquila por ahora, pues
solo hacia el mes de julio se tendría un mayor grado de certeza sobre el rigor
del fenómeno de El Niño. Pero esa tranquilidad no significa que la organización
esté cruzada de brazos esperando alguna sorpresa.
De los siete embalses que tiene EPM, el del Peñol es, de
lejos, el más grande. En condiciones normales este depósito da para 18 meses de
generación de energía y aporta el 27 por ciento del agua embalsada en todo el
país. Le sigue Riogrande, cuya importancia está en que alimenta buena parte de
la cadena de generación de los Porce, y también es vital para el abastecimiento
de agua potable.
De ahí que una primera decisión de EPM, según Villegas
Mejía, fue incrementar el nivel del Peñol, pasándolo del 50 al 60 por ciento
entre abril y finales de mayo de 2014.
Simultáneamente, se aumentó la generación de energía en la
térmica de La Sierra, la planta que, dice EPM, es la más eficiente de su género
en el país, con capacidad instalada de 450 megavatios. Ella sola es capaz de
producir dos veces la energía que consume una ciudad como Medellín, la capital
antioqueña. Esta planta usa gas como combustible y, por el parte sin novedad
que el grupo empresarial ha recibido de Ecopetrol, no se ven inconvenientes en
cuanto a la provisión de ese insumo. Llegado el caso, La Sierra también puede
operar con ACPM.
En concepto de EPM, el escenario no da, por ahora, para que
los usuarios se pongan en el plan de un autorracionamiento de la energía y el
agua. Para Ana Mercedes Villegas Mejía, bastaría con que mantuvieran estables
sus consumos, pues los clientes de las Empresas no se caracterizan propiamente
por su derroche.
Medidas
gubernamentales
Al ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina,
también se le nota sereno frente a los anuncios del fenómeno de El Niño que ha
realizado el Ideam.
Su mayor argumento es que el país está mejor preparado para
eventuales racionamientos y apagones, que los padecidos en el gobierno de César
Gaviria Trujillo, entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993.
Parte de esa fortaleza se ganó gracias al diseño de una estructura
institucional que califica de robusta y confiable. "Se creó la Comisión de
Regulación de Energía y Gas (Creg) y una normatividad que ayudó a sortear con
éxito dos Niños". Estos se registraron en 1997-98, que fue corto, pero
intenso, y en 2009-2010, cuya duración e intensidad fueron bajas. Acosta Medina
resalta que, en medio de la incertidumbre reinante sobre el fenómeno que se
avizora para los próximos meses, "nos preparamos para lo peor", o
sea, para una hidrología y embalses en condición crítica.
Con ese propósito, el gobierno frenó la venta a Venezuela de
100 millones de pies cúbicos diarios de gas, pues requiere el energético para
alimentar a las centrales térmicas, que ahora deben incrementar su peso en la
generación eléctrica.
Para el Minminas, esa decisión permitió reducir la
cotización de la energía eléctrica en la Bolsa de Energía, que por la caída de
los embalses y los augurios sobre El Niño, llegó a estar el 29 de abril en
479,13 pesos, o sea por encima de los 478,36 pesos establecidos como precio de
escasez. Esta semana, sin embargo, el precio se mantenía cerca de los 470
pesos.
Para evitar que esas bruscas variaciones en la Bolsa de
Energía se trasladen a los usuarios, la Creg expidió la Resolución 057 de 2014,
que permite diferir a dos años el reajuste tarifario, para que sea, en palabras
de Acosta Medina, "gradual y casi imperceptible en la factura".
Adicionalmente, el ministro anota que para el momento en que
El Niño pinta más intenso, o sea septiembre de 2014, iniciará operaciones
Hidrosogamoso, central que tiene 850 megavatios de capacidad instalada. Y no es
la única que arrancará. Datos de XM señalan que entre junio de 2014 y diciembre
de 2015 los activos de generación se robustecerán en 1.936 megavatios,
equivalentes al 13,2 por ciento de la capacidad de generación que en la
actualidad tiene el sistema. (Ver infografía).
Para seguir rompiendo la dependencia de los aguaceros -o sea
de la hidroelectricidad- se estima que a finales de 2015 el país tendrá en
servicio una planta regasificadora, con inversión de 800 millones de dólares.
De esa cifra, al inversionista privado se le reconocerá un 50 por ciento, a
través del llamado ingreso remunerado, que es, como dice Acosta Medina, otra
versión del cargo por confiabilidad, al que considera un auténtico "seguro
contra apagones".
Ese seguro se paga en las tarifas de energía, de manera casi
imperceptible, pero al año les significa a los inversionistas ingresos del
orden de 1.000 millones de dólares, según XM.
En ausencia de inversiones públicas y privadas estimuladas
con esquemas como el cargo de confiabilidad, el parque de generación de energía
del país se habría rezagado y las hidroeléctricas aún seguirían aportando el 80
por ciento de la energía. El 64 por ciento que pesan hoy sigue siendo alto y
por ello los usuarios también deben hacer su aporte, moderando consumos que
alivian sus bolsillos y le ayudan al medio ambiente
$479,1 por kilovatio/hora llegó a marcar en mayo la energía
en la Bolsa de Energía.
PARA SABER MÁS
"ES POCO LO QUE LOS AGRICULTORES PODEMOS HACER":
SAC
¿Qué puede hacer el agro frente a El Niño?
"Muy poco -afirma Rafael Mejía López, presidente de la
Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC)- porque el gobierno ha improvisado
en el manejo de la infraestructura productiva y no ha atendido la necesidad de
agua del sector agropecuario. Este es un país lleno de cordilleras y en un
invierno deberíamos guardar el agua y en verano manejarla sabiamente.
En épocas de racionamiento se agravan los problemas, porque
en los sectores que cuentan con distritos de riego, primero se deben atender
las necesidades de agua de los seres humanos.
En caso de que se llegara a presentar un racionamiento, la
producción nacional de alimentos bajaría y subirían las importaciones.
Si al aumento de los costos de producción se le agrega la
revaluación del peso frente al dólar y el alza de las tasas de interés, se
tendrá una caída de la rentabilidad del agro".
5 o 7 años se tarda El Niño en presentarse de nuevo en un
país como Colombia.
EN DEFINITIVA
Con o sin fenómeno de El Niño, el país debe avanzar en la
diversificación energética y los usuarios, en particular, en un racional uso de
la energía y el agua. Gana el bolsillo y la naturaleza.
Interacción y participación – tomado de el colombiano
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