MÁS MAÍZ PARA EL DESAFÍO DE LA SUSTENTABILIDAD Y LA CREACIÓN
DE EMPLEO
La cadena del maíz es una de las cadenas de valor
agropecuarias con mejor índice empleo/superficie,
creando 11 puestos de
trabajos cada 100 hectáreas cultivadas.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina
(FADA) publicó un trabajo titulado “La cadena de valor del maíz. Un modelo para
el desarrollo”. En este trabajo, la organización con sede en Río Cuarto,
plantea que el desarrollo sustentable ocupa una parte central en su labor y una
preocupación de la sociedad humana en general. Es por ello que, en la búsqueda
de formas de potenciar el desarrollo del país, se centra el documento en el
maíz y su cadena de valor, concebida como un modelo de desarrollo por su
capacidad para colaborar con la sustentabilidad del sistema productivo, con la
producción primaria, y crear empleo agregando valor en el proceso de conversión
de este cultivo en alimentos y energía.
FADA, que se dedica al diseño de políticas públicas para
generar empleo genuino y desarrollo en todo el país, realiza un análisis de la
situación del maíz presentando sus contribuciones y potencialidades, y las
medidas necesarias para desplegar ese potencial. Esto se realiza con un
análisis previo de los contextos nacionales e internacionales que permiten
identificar el potencial, así como los límites y desafíos que presenta el maíz
y su cadena.
“Sin embargo, el potencial desarrollador del maíz se ha
visto limitado por razones como la reducida rentabilidad respecto a otros cultivos,
distorsiones en sus mercados y precios, y dificultades en las industrias que le
agregan valor”, afirma el documento elaborado por Carolina Bondolich, Directora
de FADA, y David Miazzo, economista de la Fundación.
Entre estas limitantes resaltan los siguientes datos:
• En promedio, durante 2013 el Estado participó del 80,7% de
la renta total del cultivo de maíz, contra 74,75% para una hectárea promedio
representativa del país.
• La aplicación de los ROE, desde 2009, ha generado una
reducción promedio constante en los precios del 10%, con variaciones por
cuestiones de estacionalidad.
En este contexto, y con el objetivo de aprovechar el
potencial desarrollador y generador de empleo del maíz y su cadena, FADA
concluye proponiendo una serie de políticas para el mercado del cultivo y su
cadena de valor, muchas de las cuales son aplicables a otras cadenas de valor
agroindustriales. Resumidamente:
1. Eliminación inmediata de los Derechos de Exportación
(retenciones) a todos los productos de maíz y derivados directos o indirectos
del mismo, incluyendo la carne bovina;
2. Eliminación inmediata de la aplicación de los Registros
de Operaciones de Exportación (ROE) y la promulgación de una ley para limitar
el accionar del Poder Ejecutivo Nacional en cuanto a la imposición de
restricciones cualitativas o cuantitativas, cupos o límites de precios, o
cualquier forma de distorsión del comercio de las distintas variedades de maíz
y a sus productos derivados, a menos que expresamente lo disponga una ley del
Congreso de la Nación por razón de catástrofe natural o climática;
4. Promoción al agregado de valor vía amortizaciones
aceleradas, con la posibilidad de amortizar las inversiones realizadas en toda
la cadena en dos cuotas iguales durante los primeros 24 meses de promulgada la
ley, y en tres cuotas iguales, durante los segundos 24 meses;
5. Llevar el corte obligatorio con bioetanol en naftas hasta
el 20%. Mantener de forma duradera y transparente un precio competitivo para el
bioetanol, relacionado al precio no sólo de la caña de azúcar, sino también del
maíz, y los principales combustibles importados que sustituye;
6. Promulgar una Ley que fomente las energías renovables
mediante el establecimiento de tarifas escalonadas, garantizadas a 20 años,
actualizadas anualmente en función de la eficiencia energética, los insumos
utilizados y principalmente el potencial de desarrollo regional (creación de
puestos de trabajo, valor agregado) de los proyectos, junto a un sistema de
financiamiento acorde a las características de las inversiones;
7. Medidas impulsoras de la producción de carne bovina y de
leche, como eliminación de Derechos de Exportación, eliminación de ROEs rojo y
blanco, respectivamente, amortizaciones aceleradas para sus cadenas, apertura
de mercados y promoción de exportaciones;
Finalmente, cabe destacar que para lograr un desarrollo
sustentable de nuestro país es condición necesaria un conjunto de “reglas de
juego”, que brinden un marco de estabilidad y previsibilidad, que permitan
transformar nuestra dotación de recursos naturales en nuevas inversiones, más
puestos de trabajo, valor agregado y mayores exportaciones. Tomado de envío de pregón
agropecuario de ar
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