jueves, 28 de enero de 2016

AVES MIGRATORIAS OBLIGADAS A BEBER AGUAS MALAS POR SEQUÍA

 Sequía obliga a aves migratorias a beber agua de alcantarillas
La tingua azul es una de las 250 especies de aves de pantano que habitan en Colombia. FOTO: CORTESÍA UNIMEDIOS La tingua azul es una de las 250 especies de aves de pantano que habitan en Colombia. FOTO: CORTESÍA UNIMEDIOS
BOGOTÁ  CLIMA  MIGRACIONES  SEQUÍA  VALLE DE ABURRÁ
YONATAN RODRÍGUEZ Llenas de plumas azules o violetas, con picos amarillos y anaranjados, sobrevuelan las planicies de la orinoquía, así son las tinguas, aves migratorias que debido a sus ciclos reproductivos se trasladan de los llanos a la sabana de Bogotá. El pasado 22 de enero, debido a la fuerte sequía y a la desaparición de los humedales por la urbanización, los pobladores de la capital del país fueron testigos de como las aves tomaban agua de las alcantarillas y caños, y se entraban a sus casas en busca de agua: la mayoría de los humedales de la sabana están secos.
El ornitólogo asociado a Proaves, Osvaldo Cortés, afirma que la presencia de las aves en las aceras y parques no obedece a un cambio en las rutas migratorias sino, por el contrario, a la invasión humana en los predios que históricamente han servido de hábitat temporal a estas especies: “Bogotá se está quedando sin espejos de agua, el Salitre está seco, los humedales Florida, Juan Amarillo y La Conejera, que antes eran uno; hoy están fragmentados por la urbanización y en niveles alarmantemente bajos. Las tinguas llegan a donde siempre han llegado, pero ahora no encuentran agua y salen a buscar en los charcos y cunetas de la ciudad ”, comenta.
El experto se muestra preocupado especialmente por las especies endémicas de la sabana como la tingua bogotana o moteada (de color pardo y pico rojo), una especie no migrante que ha visto afectado permanentemente su hábitat desde el año 2009, cuando se evidenció una reducción de su presencia en las zonas húmedas de la ciudad. Cortés también advierte sobre los peligros de capturar estas aves como mascotas, asegurado que sería una “sentencia de muerte” para las tinguas, sea la bogotana o la martinica (también llamada azul), que al estar en cautiverio y expuestas a dietas ajenas a sus hábitos alimenticios entrarían en estados críticos.
Claudia Brieva, directora de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (Urras), de la universidad Nacional, ha sido la encargada de recibir los cerca de 15 ejemplares de tinguas que han sido encontrados en espacios redisenciales y parques de Bogotá a lo largo de este año: “Han sido atacadas por perros y gatos, se chocan contra los vidrios de las casas o se quedan atrapadas en los jardines y parques. Este año han estado más propensas a accidentes, porque no han encontrado grandes cuerpos de agua en dónde aterrizar con sus grupos, y se han entrado a la ciudad”. La doctora Brieva confirmó que dos de los individuos murieron a causa de la deshidratación y a problemas en la dieta que consumieron, agregando que pueden haber varios especímenes atrapados en casas y con las alas cortadas, capturados como mascotas. Al parecer varios grupos aterrizaron de manera dispersa debido a la sequía en espejos de agua, en dónde usualmente se alimenta de helecho flotante e insectos.
La migración local de las tinguas inicia entre los meses de octubre y enero desde la orinoquía, para finalizar entre marzo y junio, con el retorno al llano desde la sabana. Desde principios de este año se han venido registrando aves de todo tipo en la Urris, debido a fatiga y deshidratación, a razón de una por día. La Unidad, con capacidad para albergar a 250 individuos, ha rescatado otras aves como un gavilán, un águila y un Astrilda Cervatillo, que serán liberadas luego de su recuperación, al igual que las tinguas, en humedales que aún cuenten con las condiciones de habitabilidad necesarias como son La Conejera y Santa María del Lago.
En el Valle de Aburrá
El ornitólogo de la Universidad de Antioquia, Juan Luis Parra, afirma que los cuerpos de agua de la región Andina son clave para la congregación de las aves y que los grupos se pueden ver afectados por factores como el cambio en temperatura de los vientos, las corrientes fuertes, las luces de las ciudades e incluso los sonidos estridentes. El académico considera que la ciudad podría evidenciar un fenómeno como el de Bogotá, aunque es poco probable debido a que Medellín cuenta con una importante reserva vegetal y algunos depósitos naturales de humedad: “La presencia de aves migrantes en el Valle de Aburrá no es extraña, las águilas, por ejemplo, son visitantes constantes, y pese a no tener tantos humedales como la sabana creo que el corredor del Valle de Aburrá tiene las condiciones para albergar migraciones por ahora”. Parra asegura que más que el problema del agua como tal, una de las condiciones más adversas para las aves en todo el país será la escasez de alimento debido a la sequía.
Importancia de la migración

Las migraciones, además de proteger a las bandadas del clima, tienen la función de distribuir semillas entre los territorios de la ruta y de generar procesos de pregerminación por medio de los ácidos gástricos de las aves, al distribuir las semillas por medio de las heces. Estas comunidades migrantes se ocupan, además, de la regulación de poblaciones de plagas y la dinamización de las cadenas alimenticias de los lugares a los que llegan. Según Ana María castaño, Presidenta de la Sociedad de Ornitología de Antioquia. El problema de los recorridos de estos grupos de aves es una situación que afecta a diversos ecosistemas en general y los ciclos reproductivos de las propias especies: “Esas aves hacen recorridos de muchos kilómetros y si no están alimentadas adecuadamente muchas no van a resistir el viaje, porque los humedales son sitios de reabastecimiento para las jornadas de viaje. Los llamamos stock overs, que son como estaciones de abastecimiento de energía para estos viajes”, Ana María agrega, además, que si las predicciones del comportamiento del Fenómeno del Niño son precisas, se podría hablar de una reducción hipotética de individuos en las poblaciones de aves. TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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