Colegio Médico: “En 50 años, el agua del Cajón del Maipo no
podrá ser consumida”
Paula Correa | Un estudio del toxicólogo Andrei Tchernitchin
registró componentes tóxicos en las aguas del Río Maipo, por lo que
organizaciones ciudadanas exigieron que se detengan las obras del proyecto
hidroeléctrico Alto Maipo. Esta mañana se dio a conocer el estudio, liderado
por Andrei Tchernitchin, toxicólogo la Universidad de Chile, que confirmó la
presencia de componentes tóxicos como arsénico, plomo, manganeso y níquel en
las aguas de Cajón del Maipo. El documento también reveló que la contaminación
está por encima de las normas de riego, por lo tanto, ya no sirven para el
cultivo de vegetación. Según indicó el también director del Departamento de
Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, sólo el arsénico produce
consecuencias irreversibles, ya que la exposición prolongada propicia el cáncer, los infartos en el miocardio en
jóvenes, déficit atencional, fracasos escolares, hiperactividad, agresividad,
futuras conductas delictivas, adicción drogas, infertilidad y hasta abortos
espontáneos en el caso de los prenatales. El manganeso produce daños en el
sistema nervioso como síntomas del parkinson en personas adultas y altera el
comportamiento, lo que conlleva a la psicosis y esquizofrenia. El especialista
afirmó que “en un futuro, de aquí a 50 años, las aguas del Cajón del Maipo no
podrán ser consumidas”. Por lo mismo, hizo un llamado a las autoridades a tomar
las medias correspondientes. “Aquí lo importante es detener el trabajo hasta
estudiar y evaluar la forma de impedir que los desechos que ellos sacan, que es
roca molida, queden en algún lugar que contamine napas. Ahora, eso tiene un
costo obviamente, pero me imagino que una empresa lucrativa, que va a tener
muchos ingresos por lo que está haciendo, debería preocuparse de eso”, dijo. El
especialista catalogó de “impresentable” que no se hayan tomado medidas de
fiscalización inmediatas solamente a partir de la denuncia ciudadana, la que se
difundió ampliamente por las redes sociales y medios de comunicación. La
doctora Izkia Siches, presidenta del Consejo Regional Santiago, afirmó que “es
una responsabilidad de la autoridad tener un rol más activo en algo que debería
ser un derecho en este país que es tener un medioambiente libre de
contaminación. Y si el Ministerio de Medio Ambiente no lo hace, yo esperaría
que la cartera de Salud, que está teniendo algún grado de participación, pida a
este ministerio y también al de Energía, que en estos proyectos hidroeléctricos
no sólo se debe considerar el impacto medioambiental, sino los efectos que
tienen en las aguas y en la salud de las personas que viven en zonas aledañas”.
Por su parte, el proyecto Alto Maipo -del Grupo Luksic- descartó a través de un comunicado que exista
una alteración en la calidad natural del agua de la Región Metropolitana
producto de las obras relativas a la construcción de sus centrales de pasada. En
esa línea, el vocero de la Red Metropolitana No Alto Maipo, Anthony Prior,
reiteró que existe complicidad de las autoridades con los titulares del
proyecto, recordando que el mismo titular de Energía, Máximo Pacheco, ha
asegurado que el proyecto no se detendrá “porque es bueno para Chile”. En ese
contexto, denunció que las autoridades se han negado recibir a la organización
en audiencia: “El superintendente de Medioambiente nos cerró las puertas de sus
oficinas, rechazando ya reiteradas veces la última semana, las solicitudes de
reuniones que le hemos pedido para entregarle personalmente estos antecedentes.
Nos parece inconcebible de parte de autoridades que debieran estar en terreno
en este mismo momento verificando que la empresa y su proyecto no siga
contaminando las aguas”, apuntó.El dirigente añadió que si el Gobierno no toma
las medidas necesarias van a hacerlo los ciudadanos, denunciando ante los
propios tribunales de justicia el notable abandono de deberes. Además, dijo que
van a seguir luchando para que se ponga fin a los permisos ambientales del
proyecto. Esto, cuando Alto Maipo busca construir un túnel de 70 kilómetros y,
a la fecha, llevan aproximadamente un diez por ciento de esa red, es decir,
“queda un 90 por ciento de estos componentes tóxicos que tienen que sacar de la
tierra y exponer al ambiente”, sostuvo. Tomado de radio u , por sugerencia en
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