Lo que deben hacer
las ciudades del país para enfrentar el cambio climático
FOTOS COLPRENSA La región amazónica está en peligro por la
deforestación y la minería ilegal. Los compromisos para enfrentar el cambio
climático en Colombia no será asumidos solo por el Gobierno. Alcaldes y
secretarios de ambiente también deben formular nuevas políticas.
Los retos trascendentales en materia ambiental para 2016 del
país son: renovar los planes de ordenamiento territorial de 916 municipios,
aterrizar los acuerdos de la Cumbre de Cambio Climático (COP 21) y preservar la
diversidad donde operan grupos al margen de la ley. Y eso no solo debe hacerlo
el Gobierno Nacional. Los nuevos alcaldes y gobernadores también tienen la
tarea de renovar planes de ordenamiento territoriales acordes con los
lineamientos ambientales del Gobierno y
de las Corporaciones Autónomas
Regionales.
Para Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente y
profesor de la Universidad de Los Andes, “la reestructuración de los POT será
clave; tienen que ser elaborados a partir de condiciones ambientales muy
claras, no se puede continuar expidiendo POT que permitan la urbanización en
zonas vulnerables. Reorientarlos será clave”.
El Departamento Nacional de Planeación (DNP) señala que el
52 por ciento de la población urbana en el país “se encuentra en áreas con
escasez de oferta hídrica”. De esta, el 33 por ciento, agrega el informe, “está
en riesgo de ser afectada por deslizamiento y el 48 por
ciento por
inundaciones”. Con el fenómeno de El Niño la situación se puede agravar.
El país también está en deuda de formular nuevos esquemas de
Ordenamiento Territorial (EOT), para municipios con menos de 30.000 habitantes;
Planes Básicos de Ordenamiento Territorial (Pbot) para municipios entre 30.000
y 100.000 habitantes; Planes de Ordenamiento Territorial (POT) en municipios de
más de 100.000 habitantes, y Planes de Ordenamiento Departamental (POD).
“Otro tema muy importante es el del cambio climático. Los
compromisos que ha adquirido Colombia en París deben verse reflejados en los
planes de alcaldías y gobernaciones. No se puede olvidar que el país fijó unos
objetivos de desarrollo sostenible en Naciones Unidas, desde 2016 hasta 2030”,
agregó.
Entretanto, Gonzalo Andrade, profesor de Ciencias Naturales
de la Universidad Nacional, destacó que quienes están ocupando los puestos en
las secretarías de ambiente del país los nombran solo para que hagan la tarea.
“No están eligiendo personas que tengan un perfil técnico. Los alcaldes hacen
eso porque cuando uno es técnico la ética está por encima de cualquier cosa,
entonces a uno le pueden pedir acabar con una reserva. En ese caso, el técnico
no haría eso argumentando, por ejemplo, que es un sitio de especies, pero
cuando se nombra gente por otros intereses acabar con la reserva es un trámite.
Como no hay una visión técnica de la problemática ambiental de las ciudades,
pues simplemente avalan lo que les pidan”, dijo .
¿CÓMO SE EXPANDIRÁ BOGOTÁ? La administración de Enrique
Peñalosa prometió 200 kilómetros de senderos y parques para preservar el medio
ambiente de Bogotá. Sin embargo, los ambientalistas han advertido que un nuevo
POT podría permitirle al alcalde urbanizar periferias de la ciudad, como en el
norte, donde se encuentra la reserva Thomas van der Hammen, que tiene 1.395
hectáreas de reserva forestal. La idea de urbanizar Bogotá teniendo en cuenta
el desarrollo de los municipios vecinos como Mosquera y Chía sin duda generará
debates ambientales. Mientras se define cómo expandir la ciudad, la Alcaldía
también deberá trabajar en la descontaminación del río Bogotá y la construcción
de nuevas avenidas sin afectar el medio ambiente.
El encargado de asumir estos retos será Francisco Cruz
Prada, nuevo secretario de Ambiente. Es abogado y geólogo. Experto en medio
ambiente con más de 20 años de trayectoria. Fue director de evaluación y
seguimiento ambiental de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR). Allí
estuvo al frente de proyectos relacionados con Bogotá, como el control
ambiental del relleno sanitario Doña Juana, los vertimientos del río Bogotá y
la minería ilegal. Un debate que está por darse es la construcción de la
Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), en donde existen tres humedales:
Capellanía, Tibabuyes y La Conejera. Peñalosa ha argumentado que este proyecto
es clave para “desembotellar” las localidades más pobladas de Bogotá: Suba,
Engativá, Bosa, Kennedy y Fontibón, para las que plantea construir un circuito
ambiental de 100 kilómetros, desde la zona rural de Bosa hasta los límites del
municipio de Chía, ubicado al norte de Bogotá. En el oriente habrá un sendero
de 82 kilómetros en los cerros, desde la localidad de Usme, en el sur de la
ciudad, hasta la reserva Thomas van der Hammen. Este gran circuito ambiental
solo tendrá sentido si se cumple con la descontaminación del río Bogotá.
Descontaminarlo cuesta 9,3 billones de pesos, que deberán ser girados por la
Nación, la Alcaldía de Bogotá y 46 municipios de Cundinamarca.
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MARÍA VICTORIA CORREA ESCOBAR Soy periodista y candidata a
máster en Humanidades. Me gusta el periodismo que se hace caminando. El Chocó,
la infraestructura y el vallenato son mi ruta.
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