La basura es un recurso, no un desperdicio Matías Córdoba Hace unos días, la prensa informaba
que en Noruega y Suecia importan basura, pues las plantas de generación de
energía basadas en el tratamiento de la basura, se están quedando sin materia
prima, debido al alto grado de reuso, reducción y reciclaje de los residuos por
parte de la población. La lógica es clara en esos países: la basura es un
recurso y no un desperdicio. De ahí que resulta absurdo pensar en un relleno
sanitario como destino final de la basura, como es el caso de Chile. Nuestra
sociedad, principalmente la urbana, es de consumo rápido y desecho fácil, donde
los volúmenes de basura por persona son considerables. La no separación de los
residuos domiciliarios hace que éstos se contaminen al mezclarse entre ellos, y
no logran ser aprovechados en un nuevo ciclo de vida. Como es costoso
tratarlos, surge la necesidad de enviarlos a los rellenos sanitarios. Pero ello
podría cambiar si se aplican iniciativas y políticas sencillas. Por ejemplo,
debería ser obligatorio que en los edificios residenciales y de uso público se
realice la separación de los desechos y que esta práctica se incorpore como
exigencia a las ordenanzas y normas que regulan la edificación, la
administración y operación de inmuebles. Ya hoy, la mayoría de las
certificaciones de edificación sustentable, nacionales e internacionales,
consideran entre sus exigencias esta disposición.Como consecuencia, la
recolección de basura debería ser diferenciada, diversificando sus destinos y
tratamiento, posibilitando el reuso, la reducción y el reciclaje. Así se
reduciría el uso de los rellenos sanitarios y los desechos se convertirían en
recursos o materia prima de nuevos procesos. Matías Córdoba H. Docente Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Paisaje
Universidad Central de Chile tomado de radio u , sugerido en envio de boletín gal
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