Siete municipios
argentinos ya cuentan con sus Planes Locales de Acción Climática.
Gracias al apoyo de la Agencia Alemana para la Cooperación
Internacional (GIZ) a través del proyecto Programa Internacional de Cooperación
Urbana para América Latina y el Caribe (IUC-LAC), estas 7 ciudades definieron
sus líneas de acción en materia de mitigación y adaptación al
cambio climático
al año 2030.
Los 7 municipios abarcan 1.122,56 km2 de superficie donde
habitan 629.370 de personas. Todos cuentan con su inventario de gases de efecto
invernadero (GEI) para el año base 2014 verificado por organismos
internacionales, y suman en total 1.937.489,41 toneladas de dióxido de carbono
equivalente (tCO2e).
Las áreas que han liderado la coordinación del desarrollo
del PACES fueron:
• Dirección de Bromatología y Saneamiento, Municipalidad de
Bell Ville.
• Dirección de Jardinería, Ornamentación y Arbolado,
Municipalidad de Caseros.
• Dirección de Ambiente y Energía, Municipalidad de Godoy
Cruz.
• Subdirección de Ambiente y Energía, Municipalidad de
Guaymallén.
• Área de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos, Municipalidad
de Monte Buey.
• Área de Energías Renovables y Redes de Desarrollo Local,
Municipalidad de Venado Tuerto.
• Secretaría de Planificación Estratégica, Desarrollo Urbano
y Ambiente, Municipalidad de Villa General Belgrano.
Frente a la problemática del cambio climático, los Gobiernos
subnacionales están asumiendo roles cada vez más protagónicos para combatirlo
por su capacidad de incidir de manera rápida y eficiente en los territorios.
Para alcanzar los objetivos definidos en el Acuerdo de París en diciembre de
2015, es necesario que todos los niveles de la administración pública tomen
acción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al
cambio climático.
Además, más del 50% de la población mundial vive en centros
urbanos, los cuales concentran más del 70% de las emisiones globales de dióxido
de carbono (CO2) y más del 66% del consumo mundial de energía. De aquí la
importancia de abordar el cambio climático desde una perspectiva local. Su
conocimiento sobre las problemáticas que afectan a la comunidad y las
posibilidades de mejora, convierten a las ciudades en actores fundamentales
para transformar estos desafíos en acciones concretas de mitigación y
adaptación.
En el marco del Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la
Energía, los municipios firmantes se comprometen a presentar, en un plazo no
mayor a los tres años, un Plan Local de
Acción Climática. Éste debe basarse en un Inventario de emisiones de gases de
efecto invernaderoy en una evaluación del riesgo y vulnerabilidades climáticas,
que componen el diagnóstico de la situación actual del municipio. Estos
elementos sirven para definir el conjunto de acciones que las autoridades
locales llevarán a cabo para alcanzar sus objetivos. Los Planes se conciben
además como herramientas de gestión que deben ser monitoreadas y verificadas
periódicamente de forma tal de conocer claramente el grado de avance en las
acciones propuestas y las brechas que restan por saldar. Pero además, pueden y
deben ser reformulados a medida que se avanza en el proceso de implementación
para ir incorporando modificaciones que reflejen las dinámicas municipales sin
perder de vista los objetivos planteados y en todo caso, hacerlos más
ambiciosos.
Las estrategias de Mitigación desarrolladas en los 7
municipios han tenido gran enfoque en la cuestión energética promoviendo los
planes de eficiencia energética en alumbrado público, edificios municipales,
residenciales, comerciales e industriales. También han propuesto acciones
relacionadas con la incorporación de energías renovables, principalmente solar
fotovoltaica y solar térmica.
El eje de transporte ha sido uno de los más complejos al
momento de definir acciones concretas. Los principales desafíos se relacionan
con la falta de intervención directa en los sistemas de transporte, ya que en
muchas ocasiones son servicios privados o dependientes de otros organismos
públicos. En lo que respecta a intervenciones en las flotas de vehículos
municipales se han mencionado el traspaso a vehículos eléctricos y el aumento
de la cantidad de biocombustible. En este marco, las acciones propuestas se
relacionan con la difusión y promoción del uso de la bicicleta y de transporte
público.
Respecto al sector de residuos, gran parte de los municipios
vienen trabajando fuertemente con la separación de residuos en origen.
Aprovechando este favorable marco y con el objetivo de reducir las emisiones de
GEI, las ciudades han reforzado los planes de gestión incorporando el tratamiento
de la fracción orgánica a través del compostaje domiciliario y/o centralizado,
así como también la biodigestión.
Con las acciones propuestas, los 7 municipios se
comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al año
2030 respecto al escenario de referencia Business as Usual (BAU) en las
siguientes toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e):
• Bell Ville: 24.538 tCO2e(18% menos respecto al escenario
BAU).
• Caseros: 2.421 tCO2e (18% menos respecto al escenario
BAU).
• Godoy Cruz: 213.789 tCO2e(35% menos respecto al escenario
BAU).
• Guaymallén: 217.270 tCO2e(18% menos respecto al escenario
BAU).
• Monte Buey: 11.081 tCO2e (18% menos respecto al escenario
BAU).
• Villa General Belgrano: 14.282 tCO2e(18% menos respecto al
escenario BAU).
• Venado Tuerto: 116.975 tCO2e(20% menos respecto al
escenario BAU).
En cuanto a las estrategias de adaptación, se incluyeron
acciones relacionadas con la obra pública y la gestión del agua para evitar
inundaciones (reservorios de agua, canalizaciones, desagües, defensas
ribereñas, etc). También se tuvo en cuenta la reducción de vulnerabilidad, las
propuestas de los municipios apuntan a mejorar la calidad de vida mediante
cursos de formación laboral y educación. En algunos casos, se consideró la
reubicación de barrios vulnerables, articulando las áreas de defensa civil y
los planes de ordenamiento territorial.Asociado a esto, toman relevancia los
sistemas de alerta temprana de tormentas y los protocolos de acción ante
emergencias.Por último, tuvieron su lugar en los Planes las estrategias de
adaptación basada en ecosistemas, promoviendo la conservación de las áreas
naturales protegidas, el aumento de superficie espacios públicos y los
programas de forestación y reforestación.
El financiamiento de las acciones es una de los aspectos más
difíciles de establecer para las acciones proyectadas al 2030. Hoy los
gobiernos locales están definiendo parte de su presupuesto a programas y obras
relacionadas con mitigación o adaptación, pero debe reconocerse que para lograr
mayores impactos se requiere el apoyo de fuentes externas. Por lo tanto, los
próximos pasos estarán orientados a la búsqueda de recursos para la
implementación de algunas de las medidas propuestas. En este contexto,
recientemente la RAMCC puso en funcionamiento un fideicomiso, una novedosa
herramienta finaciera desarrollada con el objetivo de traccionar fondos de la
cooperación internacional para la acción climática. Durante el transcurso del
2019, con un nuevo apoyo de la Agencia Alemana para la Cooperación
Internacional (GIZ) al menos otras 20 ciudades miembros de la RAMCC elaborarán
sus Planes Locales de Acción Climática, posicionando a Argentina como el país
con mayores avances demostrados en América Latina. // TOMADO DE ENVIO EN RED FOROBA
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