10 De Abril ¿Día del Investigador Científico?
Por Osvaldo
Nicolás Pimpignano
El CONICET, cuna de notables científicos está
mejor calificado que la NASA. El Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas se ubica en el puesto número 21 entre 1391 instituciones
de todo el mundo
El 10 de Abril fue instituido como el Día del
Investigador Científico en homenaje al doctor Bernardo Houssay (1887-1971).
Houssay fue un eminente científico argentino cuya trayectoria marcó un punto de
inflexión en el desarrollo de la ciencia en nuestro país. Cofundador del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET, al que
presidio hasta su fallecimiento. Houssay obtuvo el premio Nobel de Medicina y
Fisiología en 1947. La celebración de este día debiera ser un reconocimiento a
quienes hacen de la actividad científica su elección de vida y, con gran
vocación aunque no sin dificultades, contribuyen a un mayor bienestar general,
lamentablemente hoy en Argentina no es así. La ciencia y la tecnología merecen
un lugar central entre las prioridades de un país, en particular de la
Argentina, ya que son factores principales para el crecimiento económico de las
naciones, generando conocimiento e interactuando con el sector productivo
importantes
innovaciones que contribuyen al desarrollo sustentable.
Las mediciones internacionales destacan la calidad de la
ciencia que produce el sistema público en Argentina. (Todos nuestros premios
Nobel surgieron de la educación pública) Esta vez, el reconocido ranking global
Scimago ubicó al Conicet entre las mejores instituciones públicas de
investigación científica del mundo, incluso por sobre la NASA.
Lamentablemente la ciencia no parece ser una prioridad
para el Gobierno en vista a los resultados de la última convocatoria a ingresos
al Conicet que alarmaron a la comunidad científica: tan solo el 17,7 por ciento
de los postulantes lograron acceder a la Carrera del Investigador Científico
(CIC), lo cual, implica que dos mil doctores se quedaron afuera del sistema
luego de haber sido formados durante más de diez años por instituciones
públicas argentinas de calidad.
El porcentaje del PBI otorgado para el año 2019 es del
0,256 por ciento, según cálculos del propio Conicet, lo saben con una precisión
de tres decimales. En 2015 estábamos en 0,35 por ciento y era bajo, pero ahora
estamos peor”, afirma Alberto Kornblihtt, doctor en Ciencias Químicas por la
Universidad de Buenos Aires e investigador superior del Conicet. Otro tanto
ocurre con institutos como el INTA y el INTI que ven reducidos sus
presupuestos, planteles profesionales y el cierre de centros regionales.
Para poder comprender estos números es necesario revisar
la historia. El Plan Argentina Innovadora 2020, presentado en 2013, preveía un
crecimiento anual del 10 por ciento de los ingresos de científicos al Conicet,
con el objetivo de que Argentina pudiera acercarse a los estándares
internacionales (respecto de la cantidad de científicos por habitante). Así,
para este 2019 tan solo entraron 450 personas cuando deberían haberlo hecho
1366.
Diego Hurtado, profesor e investigador del Conicet,
recordó que desde el colectivo Ciencia y Técnica Argentina (Cita) vienen
advirtiendo sobre el impacto de políticas del macrismo. “En 2016, viendo que se
venían los recortes, jamás imaginamos que en 2019 íbamos a llegar con un
panorama de devastación como el actual, hoy miramos al Conicet porque ingresó
esta cifra ridícula de los y las que se presentaron, pero ese dato hay que
complementarlo con los recortes presupuestarios en la Comisión de Energía
Atómica, el INTI, el INTA”. A su criterio, “es un tremendo panorama que nos
hizo volver a los años ‘90
De esta manera, es posible observar cómo un Estado que
invirtió durante muchos años para formar cuadros intelectuales de excelencia en
las más diversas disciplinas, a partir de la gestión de Mauricio Macri en el
Ejecutivo Nacional, bloquea las salidas y les da la espalda. Como golpe de
efecto, se produce la merma de repatriaciones (los científicos del exterior ya
no quieren regresar) y se incentiva la expulsión de cerebros (pues, muchos de
los que están, ante la falta de posibilidades, también planean emigrar).
“La situación general del sistema científico y
tecnológico se caracteriza por un desfinanciamiento agudo. Si uno compara lo
que se gastaba en el área en 2015 respecto de la actualidad, estamos afrontando
un 40 por ciento de reducción. Los investigadores no tienen fondos para
trabajar, no hay plata para equipos, computadoras ni libros”, señala Jorge
Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Y
luego completa: “Los que tienen trabajo poseen sueldos muy deprimidos y cada
vez más pibes se quedan afuera. De repente, a los becarios se les cierran todas
las ventanillas que estaban abiertas y en paralelo se reducen a la mitad los
ingresos al Conicet. Se forma un embudo, un cuello de botella que se transforma
en una tormenta perfecta”, completa.
A 47 años del fallecimiento de Houssay sus frases hacen
eco y rebosan de actualidad. Será necesario, una vez más, leer al maestro: “La
disyuntiva es clara, o bien se cultiva la ciencia y la investigación y el país
es próspero y adelanta, o bien no se la practica debidamente y el país se
estanca y retrocede. Los países ricos lo son porque dedican dinero al
desarrollo científico-tecnológico y los países pobres lo siguen siendo si no lo
hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.
Además de su trabajo pionero en la Argentina, dejó
también a decenas de discípulos de importancia mundial entre los cuales se
destacan Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química en 1970.
El futuro científico argentino aparece oscurecido y con
escasas posibilidades de mantener sus niveles de calidad y producción de
resultados que beneficien a nuestros conciudadanos y la economía de la nación. Scimago es un conglomerado de instituciones científicas y
universitarias de España y, desde 2009, realiza un relevamiento de la
producción de conocimiento científico a nivel mundial. Para hacerlo, toma en
cuenta indicadores de resultados de investigaciones, indicadores de innovación
y su impacto social, y a partir de esos datos genera diferentes listados de
instituciones. En el ranking de este año, el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se ubica en el puesto número
21 entre 1391 instituciones estatales de investigación de todo el mundo. En el
puesto número 22 figura la National Aeronautics and Space Administration, la
NASA de los Estados Unidos. El ranking es encabezado por la Academia China de
Ciencias y segundo se ubica el Centro Nacional de Investigación Científica
(CNRS) de Francia. La lista completa se puede consultar en https://www.scimagoir.com/rankings.php?sector=Government.
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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