domingo, 28 de abril de 2019

EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA


Otra forma de contaminación ambiental, uso excesivo del alumbrado de exteriores
Efectos de la contaminación lumínica
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano

Los llamados países desarrollados y otros no tanto, promueven una sociedad del bienestar de la que resulta un consumo energético exagerado y la convierte en un derroche peligroso.

dibujo ej de mala iluminacion La producción energética que ha de suplir esta demanda causa, además de los problemas ambientales ya ampliamente conocidos, como el efecto invernadero, calentamiento global, lluvia ácida, etc.,  otra forma de contaminación ambiental, consecuencia del uso excesivo e irresponsable de la energía eléctrica en el alumbrado de exteriores, la contaminación lumínica. Esta ha pasado más desapercibida para la sociedad, y se define como la emisión directa o indirecta hacia la atmósfera de flujo luminoso procedente de fuentes artificiales, en distintas intensidades y/o rangos espectrales. 


Desde el inicio de la vida, los seres vivos han adaptado sus procesos biológicos, a los ciclos astronómicos fundamentales de cambio de estaciones y alternancia de día-noche. La contaminación lumínica causada por el ser humano, amenaza con alterar el segundo ciclo, al eliminar la noche. Por tanto, a pesar de que sus consecuencias no son conocidas con exactitud, sabemos que afecta tanto al
medio ambiente y a los seres vivos como a la salud humana. 


dibujo ej la paeor iluminacion Los grandes afectados por esta contaminación son que puede comprobarse al observar una foto del planeta por la noche, donde vemos claramente que las zonas iluminadas y, por tanto, más contaminadas lumínicamente, corresponden a Norteamérica, Europa y Japón. En el mapa de España brilla Madrid, Barcelona y el resto del Litoral Mediterráneo. 


En muchas ocasiones la fuente de luz, no es necesaria para la realización de las actividades previstas en la zona donde se han instalado los puntos luminosos, tienen como único objetivo, la decoración de determinados sitios, centros comerciales, carreteras, edificios emblemáticos o parques. En este último caso afecta seriamente la biología de la vegetación, ya que en alguna manera la somete a una iluminación constante para la que su estructura no está preparada.
Estamos sin dudas a un uso innecesario de iluminación que produce un consumo innecesario tanto energético como económico. Considerar el exceso de luz no como un signo de desarrollo o riqueza,
es sin duda un derroche de banalidad
dibujo buena iluminacion No se puede negar que la iluminación refuerza la seguridad tanto peatonal como vehicular, pero para esto no es necesario llevarla al límite de "illuminare a giorno". Este uso indiscriminado de iluminación implica mayores costos en los impuestos con que se la solventa y como vimos perjuicios ambientales serios.
Por esto se debería consultar a urbanistas y expertos en luminotécnica para lograr un equilibrio que permita la realización de las actividades con el cuidado del medio ambiente. No se trata de privar de luz a urbanizaciones y vías de comunicación sino de utilizar la necesaria para ver y no
Un caso típico es la intrusión lumínica. Esta se produce cuando se emite luz en direcciones que exceden el área donde es necesaria, invadiendo zonas vecinas. Es un fenómeno común en áreas urbanas, donde la luz
artificial no deseada procedente de la calle ingresa en viviendas privadas.

dibujo luminaria aceptable Otra situación recurrente es el deslumbramiento, producida cuando la luz emitida por instalaciones de iluminación artificial excesivas dificultada la visibilidad de las personas en la vía pública. Hay una tendencia a iluminar en exceso las carreteras, lo que aumenta el grado de siniestralidad por la tendencia de los conductores a aumentar las velocidades máximas en los tramos más iluminados. Esto se ve agrabado por luminarias mal orientadas o demasiado potentes, diseñadas más para adornar que para iluminar, que al deslumbran, hacen perder agudeza visual y generan zonas de sombra muy contrastadas que dificultan la visión, cuando lo ideal es iluminar atendiendo a la progresiva adaptación del ojo a la oscuridad, sin provocar cambios bruscos de luz. 


Medidas correctoras, tales como el uso de luminarias de luz indirecta que eviten el flujo de luz por encima del plano horizontal y lámparas de led, evitando la desviación de la luz en todas direcciones y la limitación del horario del funcionamiento adecuándolas a las reales necesidades serian altamente beneficiosas.
De acuerdo con la Internacional Dark-Sky Association, con sede en Estados Unidos, el problema de la contaminación lumínica afecta a dos tercios de la población mundial. La misma institución calcula que en EEUU se gastan 6 millones de toneladas de carbón y 23 millones de barriles de petróleo al año en generar luz que luego se proyecta al cielo, un desperdicio equivalente a 1000 millones de dólares.
dibujo muy malas luminarias Otro aspecto nada despreciable son los efectos comprobados de la luz excesiva sobre la flora y fauna nocturna. La actividad biológica a pleno sol es mínima comparada con la que podemos encontrar desde el crepúsculo hasta el amanecer, es decir, que la fauna nocturna es más numerosa y precisa de la oscuridad para mantener su equilibrio. 


Una iluminación indiscriminada de las playas, supone una agresión para la vida marina; entre otros, la luz artificial altera los ciclos de ascenso y descenso del plancton marino. El deslumbramiento y desorientación en aves es otro de los efectos de la luz artificial. Algunas especies pierden el rumbo y otras salen a procurarse alimento más tarde de lo habitual y no lo obtienen. 



Finalmente debemos mencionar que iluminar el urbano destruye el paisaje nocturno por la pérdida de visión de los astros del cielo, patrimonio de románticos y científicos y que tan importantes fueron en el origen de la cultura y la civilización.
Esto conlleva un empobrecimiento personal por la pérdida de las leyendas vinculadas a las constelaciones, el desconocimiento de su posición con relación a la época del año y la relación con las tareas agrícolas y por la mera contemplación del firmamento. 


Cualquiera de estas manifestaciones de contaminación lumínica suponen una serie de consecuencias negativas que repercuten en tres ámbitos: económico, ecológico y social.
Por esto resulta urgente que las autoridades competentes reglamenten la normativa apropiada, que sin dejar de iluminar apropiadamente detengan el crecimiento desordenado de  iluminación que todos necesitamos y deseamos. Esto constituye otro de los problemas ambientales provocados por el ser humano y que nos afectan a todos.
Sin embargo existen proyectos temerarios, como instalar “carteles luminosos” en el espacio exterior o una luna artificial para reflejar luz sobre grandes espacios. Pero eso será tema de una próxima nota.
Fuente: Revista Tecnoambiente Nº 170 Año XVI
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web

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