La insólita situación del Canal de Panamá: entre dos
océanos, pero se queda sin agua
El agua dulce no alcanza para cubrir los niveles del canal
CIUDAD DE PANAMÁ.- Desde hace más de un siglo, el Canal
de Panamá ,
una de las grandes obras de la ingeniería latinoamericana del siglo XX, es la
ruta más corta entre los dos mayores océanos del mundo. Por él pasa
casi el 6% del comercio mundial : cada año, más de 12.000 barcos lo
cruzan de un lado a otro para llevar sus mercancías o pasajeros por más de 140
rutas a más de 160 países.
Pero la vía artificial entre el Pacífico y el Atlántico
abierta en 1914 sufre desde el pasado año una de sus peores crisis naturales y
no tiene que ver con los esfuerzos que implica mantenerlo funcionando en
tiempos de coronavirus : se
está quedando sin agua.
Según anunció a inicios de enero la Autoridad del Canal
(ACP), el ente jurídico público que lo administra, la escasez de
precipitaciones en 2019 puso en jaque al complicado mecanismo de esclusas que
mueve los barcos entre un mar y otro.
La ACP indicó que durante 2019 el área registró una
reducción del 20% de lluvias en comparación al promedio histórico , lo
que lo convirtió en el quinto año más seco en las últimas siete
décadas.
"Tuvimos un año extremadamente seco y esto nos llevó a
implementar varias medidas para garantizar la conservación del recurso
hídrico", explica Carlos A. Vargas, vicepresidente de Agua y Ambiente del
Canal de Panamá.
Por el canal circula el 6% del comercio mundial
Desde 2019, las autoridades del canal habían recortado la
cuota de barcos que lo atravesaban cada día como medida para ahorrar agua, a la
vez que redujeron también el calado de los buques que podían cruzarlo.
Desde febrero, los barcos que pasen por la vía
marítima deben pagar también por el agua dulce que consumen: una tarifa
fija que asciende hasta los US$10.000 (y que depende del tamaño del
barco) más otro cargo variable que tiene en cuenta el nivel del lago que lo
abastece el día del cruce.
Según confirmó la ACP a BBC Mundo, para inicio de mayo la
estrategia estaba dando resultado y el nivel agua del lago que permite el
funcionamiento del Canal había hecho que se autorizara el paso de buques con un
calado superior al que se había previsto.
Sin embargo, a punto de comenzar la temporada de lluvias,
los meteorólogos panameños todavía no se ponen de acuerdo en qué se podrá
esperar para este año: si las lluvias facilitarán la tarea o si la sequía
volverá a hacer de las suyas.
El canal tiene un total de 80 km de largo
Pero ¿cómo se explica que un canal entre dos océanos
se quede sin agua?
Según explica a BBC Mundo el geógrafo e hidrólogo panameño
Gustavo Cárdenas Castillero, entre los múltiples problemas técnicos a los que
se tuvieron que enfrentar los ingenieros que construyeron el Canal a inicios
del siglo XX estaba el leve desnivel de 20 centímetros entre los dos
océanos que conecta.
"Para resolver esto, se creó un sistema de esclusas a
las que se le inyecta o se le extrae agua dulce que viene de un lago
artificial, el Gatún, que se creó precisamente como parte de la estrategia para
sortear ese desnivel entre el terreno y el mar", explica.
Fue necesario anegar pueblos y sepultar montañas para la
construcción de la represa, que cubre una superficie de más de 430 km² y que,
además, contribuye al abastecimiento de agua potable de gran
parte del país.
"El Gatún es el principal cuerpo de agua artificial que
los barcos utilizan para poderse desplazar por el canal y es el que alimenta
las esclusas de agua dulce", indica Cárdenas Castillero.
Sin embargo, el paso de cada barco conlleva un gasto
extraordinario de agua dulce. Porque los barcos se deben elevar hasta
26 metros para alcanzar el nivel del Gatún.
"En cada tránsito completo del Atlántico al Pacífico
por las esclusas antiguas se gastan como promedio 190.000 litros de
agua ", explica Vargas.
Para que se tenga una idea, eso implica que, para el paso de
un solo barco, se utiliza el volumen de agua que se utilizaría para
llenar 75 piletas olímpicas.
Y si tenemos en cuenta que, en tiempos normales, cada día
pasan por el canal unos 35 barcos, entonces la cantidad de agua que se
gasta ronda las 2590 piletas olímpicas por jornada .
De acuerdo con Vargas fue ese uno de los problemas que
intentaron resolver cuando
se diseñaron nuevas esclusas para el Canal a inicios de este siglo, unas tareas
de remodelación que culminaron hace cuatro años.
"En las nuevas esclusas hubo tres elementos que
permitieron optimizar el uso del agua", indica.
"Se profundizó al cauce de navegación para
garantizar un mayor calado, se elevó el nivel operativo del lago de navegación
(el Gatún) y se diseñaron las esclusas con un sistema de reutilización del agua
que reducen el consumo con un 60% de ahorro de agua" , indica.
Sin embargo, aún con los nuevos embalses que ayudan a
reutilizar el agua en las nuevas esclusas, Panamá pierde casi 75 millones
de litros de agua dulce (unas 30 piletas olímpicas) por cada paso de un barco.
"Como el agua es un factor tan importante para mover
los barcos, la autoridad del Canal siempre está muy atenta a cuál es el nivel
en el lago Gatún, porque es lo que hace funcionar el Canal", explica
Cárdenas Castillero.
Sin embargo, los bajos niveles de lluvias de 2019
pusieron en alerta desde mediados del año pasado a los responsables
del Canal.
"El año estuvo entre los más secos que ha tenido
Panamá, tuvimos un El Niño fuerte y se registró también un aumento de las
temperaturas y una variabilidad de las precipitaciones", comenta el
hidrólogo.
En su criterio, otro de los factores que incidió fue que se
registró una "mayor transpiración de los cuerpos de agua" que
alimentan la vía acuática .
Según un estudio de la ACP, el nivel de temperatura
en el área de la cuenca hidrográfica del Canal aumentó entre 0,5ºC y
1,5ºC , lo que elevó en un 10% los niveles de evaporación del Gatún y
del lago Alhajuela, otra represa construida en 1935 también para ayudar al paso
de los barcos.
"A esto se añade que el consumo de agua de las
poblaciones en la cuenca hidrográfica del Canal es alta, por lo que esta
situación lógicamente causa cierta alarma", comenta Cárdenas Castillero.
Según Vargas, la falta de lluvia llevó a que los niveles del
Gatún se encontraran "muy por debajo del promedio", lo que los obligó
a tomar medidas para limitar el consumo de agua.
"A medida que avanzó el año y viendo los déficit de
lluvia se decidió no hacer generación hidroeléctrica en la represa de
Gatún y se eliminaron también las ayudas hidráulicas, que era una
manera por la que se ayudaba a los buques a entrar con mayor fuerza a las
cámaras", señala.
Para atravesar el canal los barcos deben elevarse 26 metros
sobre el nivel del mar
Sin embargo, las precipitaciones de 2019 no fueron
suficientes y fue entonces cuando decidieron establecer una cuota por el
consumo de agua.
"Se proyectó que los niveles del Gatún podrían bajar
hasta un punto que afectarían la operación de las esclusas panamax (operativas
desde 1914) y neopanamax (las ampliadas en servicio desde junio de 2016), por
lo que se hizo necesario proponerse ajustes y cambios operativos", comenta
Vargas.
Según las autoridades del Canal, el nuevo cargo por consumo
de agua dulce llegó para quedarse: se seguirán cobrando las tarifas aunque los
niveles del Gatún se restablezcan.
De ahí que, de mantenerse el flujo de barcos similar a años
anteriores, las ganancias que reporta la ACP por el uso del Canal
también aumentarán.
Según datos oficiales, al cierre del año fiscal 2019,
circularon entre los dos océanos una cifra récord de 450 millones de
toneladas de carga y los ingresos anuales alcanzaron los US$3365 millones, los
más más altos desde 1914.
Sin embargo, una de las preguntas a futuro es cuál
será el impacto del coronavirus y
la crisis que generará sobre el tráfico marítimo mundial y sobre el Canal.
Uno de los grandes desafíos para la ACP durante estos
últimos meses fue mantenerlo en operaciones y evitar que los contagios se
extiendan entre sus empleados.
Pero más allá de esto, según las autoridades del Canal, de
momento, la inestabilidad que generó en todo el mundo el Covid-19 no se
sintió de forma directa sobre la vía marítima.
Datos de los dos últimos meses indican que el número
de barcos que lo cruza solo disminuyó levemente (bajó a 34 barcos por día de
los 35 que solían pasar normalmente) y que la cola de buques que esperan para
transitar se mantiene en niveles normales.
Pero la pregunta es qué sucederá en los meses venideros.
"El equipo del Canal de Panamá seguirá de cerca cómo se
reestructuran las cadenas de suministro en los próximos meses. Cuando la
pandemia de coronavirus se atenúe, también supervisaremos cuán consistente y
agresivamente los gobiernos regulan la industria del transporte", aseguró
en un comunicado el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez.
Por la BBC Mundo //
tomado de la nación de ar
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