Un equipo de entomólogos del Inta Bella Vista realizó la
primera liberación masiva de Tamarixia radiata en chacras de productores y en
el arbolado urbano de la ciudad. La multiplicación del enemigo natural del
vector que transmite HLB a los cítricos, fue gracias a un aporte de más de $6
millones otorgados por el Fondagro.
En la localidad correntina de Bella Vista, un equipo
de entomólogos trabaja en el desarrollo de estrategias que ayuden al control
del vector que transmite el Huanglongbing (HLB), conocida como enfermedad de
los cítricos. En este sentido, desde hace más de dos años, se enfocan en la
multiplicación de Tamarixia radiata para su liberación masiva en chacras de
productores y en el arbolado urbano de la ciudad.
“Durante la primera quincena de mayo, liberamos más de 4000 adultos de Tamarixia radiata en una quinta demostrativa perteneciente al proyecto Fontagro, en el arbolado urbano y de traspatio”, expresó Alcides Aguirre –referente del laboratorio de Entomología del Inta Bella Vista, quien estudia el comportamiento de la chicharrita que transmite la enfermedad y las formas posibles de control.
De acuerdo con Aguirre, “la cría y liberación de estos enemigos naturales nos va a permitir controlar al vector en áreas de traspatio y periurbanas sin el uso de productos químicos”. Y agregó: “Esto es muy importante, debido a que los programas de prevención no prevén ninguna medida para disminuir las poblaciones de Diaphorina citri –chicharrita que transmite HLB–, en zonas urbanas con citrus o mirto (arbusto ornamental) muy difundido en la zona”.
Según datos sobre liberaciones de la avispa benéfica que se realizaron en Brasil, México y los Estados Unidos, la cantidad requerida para un control eficiente es alta, unos 400 individuos por hectárea como mínimo.
En línea con esta información, el equipo del Inta realizó tres liberaciones en diferentes sitios de la ciudad y una en lotes del Proyecto Fontagro. “Cada una de las sueltas contó con 1000 individuos adultos de Tamarixia radiata aproximadamente”, indicó Aguirre.
“Estas primeras liberaciones nos permiten ajustar los protocolos y evaluar distintos parámetros importantes en esta etapa, como tiempo de sobrevivencia en los tubos de colecta, duración en el transporte y comportamiento de los refrigerantes, entre otros aspectos”, señaló Aguirre y agregó: “Con esta información, se evaluará también su desempeño en el control, es decir, aumentar el porcentaje de parasitismo natural que ya existe”.
Desde 2018, y gracias a un aporte no reembolsable de más de seis millones de pesos, realizado por el fideicomiso Fondagro, administrado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Inta Bella Vista comenzó con la multiplicación masiva de Tamarixia radiata.
Si bien, en la biofábrica de Tamarixia radiata aún no están construidas las cámaras definitivas de cría, Aguirre y su equipo buscan estandarizar los protocolos de cría y acondicionamiento del recinto para ajustar los procesos necesarios. “Debido a que en este período otoñal se registra una producción abundante del enemigo natural del vector de HLB, decidimos realizar una serie de liberaciones de adultos de la avispa antes de entrar en invierno”, expresó Aguirre.
El equipo de Entomología del Inta está integrado por Lucía Velozo, Valeria Miño, Roxana Almonacid, Laura Almirón, Roque Cardozo, Matías Rossoli y cuenta con la supervisión técnica de Sara Cáceres y, desde hace más de 17 años, observa y estudia la chicharrita y el parasitoide. “Recién ahora, tenemos las instalaciones que nos permiten hacer las primeras liberaciones masivas de la avispa y evaluar los resultados a campo”, consideró el investigador del Inta.
El HLB enferma las plantas cítricas –limones, naranja, mandarinas– y provoca que generen frutos amargos, incomibles y deformes hasta que mueren. Una vez que se detecta la enfermedad en una quinta, obliga a erradicar –arrancar de raíz– la planta afectada y destruirla, sin posibilidad alguna de salvarla.
En este punto, Aguirre hizo hincapié en la prevención y en la oportunidad de tener un centro de multiplicación. “En la zona citrícola de Bella Vista aún no detectamos presencia de HLB y los niveles poblacionales del vector no son tan altos como en otras zonas citrícolas del país”, indicó y aseguró: “Esto es una gran oportunidad para implementar estrategias de bajo impacto, disminuir las poblaciones de Diaphorina citri y así impedir el avance rápido del HLB”.
Aunque todavía está en fase de ajuste, la biofábrica del INTA estará preparada para criar unos 500.000 ejemplares de Tamarixia radiata al año, que se destinarán para liberar en el casco urbano de la ciudad y también en zonas productoras.
“Durante la primera quincena de mayo, liberamos más de 4000 adultos de Tamarixia radiata en una quinta demostrativa perteneciente al proyecto Fontagro, en el arbolado urbano y de traspatio”, expresó Alcides Aguirre –referente del laboratorio de Entomología del Inta Bella Vista, quien estudia el comportamiento de la chicharrita que transmite la enfermedad y las formas posibles de control.
De acuerdo con Aguirre, “la cría y liberación de estos enemigos naturales nos va a permitir controlar al vector en áreas de traspatio y periurbanas sin el uso de productos químicos”. Y agregó: “Esto es muy importante, debido a que los programas de prevención no prevén ninguna medida para disminuir las poblaciones de Diaphorina citri –chicharrita que transmite HLB–, en zonas urbanas con citrus o mirto (arbusto ornamental) muy difundido en la zona”.
Según datos sobre liberaciones de la avispa benéfica que se realizaron en Brasil, México y los Estados Unidos, la cantidad requerida para un control eficiente es alta, unos 400 individuos por hectárea como mínimo.
En línea con esta información, el equipo del Inta realizó tres liberaciones en diferentes sitios de la ciudad y una en lotes del Proyecto Fontagro. “Cada una de las sueltas contó con 1000 individuos adultos de Tamarixia radiata aproximadamente”, indicó Aguirre.
“Estas primeras liberaciones nos permiten ajustar los protocolos y evaluar distintos parámetros importantes en esta etapa, como tiempo de sobrevivencia en los tubos de colecta, duración en el transporte y comportamiento de los refrigerantes, entre otros aspectos”, señaló Aguirre y agregó: “Con esta información, se evaluará también su desempeño en el control, es decir, aumentar el porcentaje de parasitismo natural que ya existe”.
Desde 2018, y gracias a un aporte no reembolsable de más de seis millones de pesos, realizado por el fideicomiso Fondagro, administrado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Inta Bella Vista comenzó con la multiplicación masiva de Tamarixia radiata.
Si bien, en la biofábrica de Tamarixia radiata aún no están construidas las cámaras definitivas de cría, Aguirre y su equipo buscan estandarizar los protocolos de cría y acondicionamiento del recinto para ajustar los procesos necesarios. “Debido a que en este período otoñal se registra una producción abundante del enemigo natural del vector de HLB, decidimos realizar una serie de liberaciones de adultos de la avispa antes de entrar en invierno”, expresó Aguirre.
El equipo de Entomología del Inta está integrado por Lucía Velozo, Valeria Miño, Roxana Almonacid, Laura Almirón, Roque Cardozo, Matías Rossoli y cuenta con la supervisión técnica de Sara Cáceres y, desde hace más de 17 años, observa y estudia la chicharrita y el parasitoide. “Recién ahora, tenemos las instalaciones que nos permiten hacer las primeras liberaciones masivas de la avispa y evaluar los resultados a campo”, consideró el investigador del Inta.
El HLB enferma las plantas cítricas –limones, naranja, mandarinas– y provoca que generen frutos amargos, incomibles y deformes hasta que mueren. Una vez que se detecta la enfermedad en una quinta, obliga a erradicar –arrancar de raíz– la planta afectada y destruirla, sin posibilidad alguna de salvarla.
En este punto, Aguirre hizo hincapié en la prevención y en la oportunidad de tener un centro de multiplicación. “En la zona citrícola de Bella Vista aún no detectamos presencia de HLB y los niveles poblacionales del vector no son tan altos como en otras zonas citrícolas del país”, indicó y aseguró: “Esto es una gran oportunidad para implementar estrategias de bajo impacto, disminuir las poblaciones de Diaphorina citri y así impedir el avance rápido del HLB”.
Aunque todavía está en fase de ajuste, la biofábrica del INTA estará preparada para criar unos 500.000 ejemplares de Tamarixia radiata al año, que se destinarán para liberar en el casco urbano de la ciudad y también en zonas productoras.
Tomado de el litoral de ctes ar
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