Por Leticia Oraisón de Turpín //Orientadora familiar
Quién es la Pachamama?
Es una deidad de los pueblos primitivos que la adoraban como creadora y
conservadora del mundo, conocida como la Madre Tierra. Respetada y cuidada por
su significado en
la vida de los humanos.
Hoy, ahora, la Pachamama está enferma y con pronóstico
reservado y aunque se esperan algunos cambios, no se creen factibles de
mejorarla en breve tiempo.
La creencia de los nativos de América no está muy lejos de
nuestra concepción de que el Mundo fue creado por Dios y entregado en manos de
los hombres para que lo cuidaran e hicieran fructificar. Pero el hombre en su
soberbia sólo consiguió ir destruyendo y alterando el equilibrio de la Naturaleza que como obra de Dios era
perfecta en su armonía y biodiversidad.
Es por eso, por la gravedad de la situación ambiental que el
Papa Francisco pidió que se viva del 16 al 24 de mayo del 2020, como “Semana Laudato Si” a 5 años de la Encíclica que lleva este
nombre y que habla del “Cuidado de la Casa Común”.
Es un llamado urgente, que ya no puede dilatarse, ni dejarse
para después, ¡es para ya! porque la Tierra está desgastada, depredada,
contaminada y sus recursos se agotan por la ambición y el egoísmo del “hombre”
que no mide las consecuencias de sus absurdas apetencias desmesuradas.
Dice en el Documento (final del punto 52) “Necesitamos
fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras
ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos y por eso mismo
tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia”.
Y enfatiza (en el punto 53) “Estas situaciones provocan el
gemido de la hermana tierra... Nunca
hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los dos últimos siglos... El problema es que no disponemos
todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis.”
No hay excusas, porque todos somos responsables con nuestra
conducta diaria y nuestra irrefrenable pasión por consumir y tirar, comprar y
desechar, acumular y abandonar. Así contribuimos a las grandes ganancias
empresariales de los que agotan y asfixian al Planeta Tierra.
Punto 36: “El cuidado de los ecosistemas supone una mirada
que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito
económico rápido y fácil a nadie le interesa su preservación. Pero el costo de
los daños que se ocasionan por el descuido egoísta es muchísimo más alto que el
beneficio económico que se pueda obtener.
El Planeta nos necesita y nosotros necesitamos que el
Ecosistema no colapse, porque sería la perdición de todos y cada vez este
equilibrio natural se tambalea más, y modifica el clima con tanta celeridad,
que los desastres ambientales son cada vez más frecuentes y catastróficos para
la humanidad.
A título de ejemplo, ya mismo podemos comprobar con las
Cataratas del Iguazú ¡sin agua, como nunca antes lo supimos! Y nuestro
caudaloso Paraná, con tan poca agua, que los peces quedan varados en las costas
y, para peor de peores, son depredados por la irracionalidad de algunos
congéneres que todavía no advierten que detrás de la fauna y la flora, caerá el
hombre por romper con la armonía y la biodiversidad de la Naturaleza.
¡Es posible que seamos tan ciegos, necios o ignorantes, de
no poder observar estos cambios climáticos! Que son consecuencia de las heridas
inferidas a la Madre Tierra.
El Documento “Laudato Si-Alabado seas mi Señor” es de una
belleza y una riqueza incomparable, que debiéramos leer para concientizar e
impregnar nuestras ideas y pensamientos con enseñanzas que beneficiarían la
vida de toda la humanidad.
Sin olvidar que nuestro propio cuerpo está constituido por
los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos
vivifica y restaura.// tomado de el litoral de ctes ar
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