jueves, 7 de mayo de 2020

PRISIONES DOMICILIARIAS, MALA LECHE, FAKE NEWS Y EL COMUNISMO


 He estado escuchando, viendo y leyendo mucho de lo que se dice en torno a las prisiones domiciliarias de algunos detenidos y es prudente, que como en el fútbol, se pare la pelota y no seguir pateando a cualquier lado, casi siempre a las nubes y por ello quiero precisar algunas cuestiones al respecto:
Primero: aunque pueda parecer descabellado, la verdadera confrontación en el país pasa por la renegociación de la impagable deuda legada por el Macrismo, todo ello agravado por los gastos de la atención de la pandemia que asola al mundo y que ha llevado a jerarquizar la vida antes que los negocios, con las angustias que conlleva.
También podemos afirmar que toda la debacle sanitaria y económica no es responsabilidad del gobierno recién asumido, que tuvo que salir a apagar distintos focos de incendios y a evitar que los incendiarios de siempre sigan tirando combustible al fuego.
Segundo: Vivimos en una República y con un gobierno que guste o no, es respetuoso de la división de poderes y los periodistas y dirigentes políticos de todos los partidos y gran parte de la sociedad también, saben bien, que los procesos penales y las disposiciones sobre presos,  detenidos y su libertad, corresponden al Poder Judicial y no al Poder Ejecutivo, pero unos y otros cargan las tintas falazmente de las decisiones de los jueces sobre las espaldas del Presidente.
Tercero: Nada de esto es casual, todo lo contrario ya que su pérfida intención es limar el gran caudal de adhesión que concita socialmente Fernández para debilitar su margen de maniobra en la negociación de la deuda, frente a los buitres externos e internos, muchos de ellos como fuerza de choque del macrismo residual, asociados a los grandes medios de comunicación y especuladores financieros que se llevaron la parte del león durante el gobierno anterior.
Cuarto: En ese esquema, necesitan profundizar la grieta social e incentivar odios y resquemores y las operaciones de prensa falsas y los rumores o el pescado podrido en las redes sociales, le dieron un buen rédito en su momento e intentan reproducirlo en la actualidad.
Quinto: Si muchos no fueran tan vagos y para hablar con responsabilidad leyeran la Acordada 9/20 de la Cámara Federal de Casación Penal, sabrían cuáles son los parámetros de actuación que deben regir para abocarse al problema carcelario, y los posibles y contados casos en que podría disponer de la prisión domiciliaria y por tanto no puede y no habrá salida masiva de presos. Insisto más allá de algún caso indignante.
Sexto: Que los cañonazos de los grandes acorazados de la prensa al decir de Deodoro Roca (Reforma Universitaria) no sólo tienen el objetivo de hacer naufragar la negociación de la deuda en favor de los apretadores de siempre, sino que también apuntan a impedir que sea sancionada la ley de Impuesto a la Riqueza de las grandes fortunas, que configura una medida inédita en el país y que los millonarias no están dispuestos a tolerar bajo ningún concepto, haciendo creer a muchos incautos que cualquiera que tenga algún patrimonio deberá pagar dicho impuesto.
Por último digo que puedo coincidir con muchos que legítimamente se indignan por algunos hechos de esta naturaleza, ya que a mí tampoco me gusta que violadores, homicidas y violentos de magnitud, puedan estar en prisión domiciliaria por la ligereza de algún juez que por omisión o irresponsabilidad concede el beneficio, pero ello y más allá de las protestas, nada justifica prestarse al juego de los poderosos que quieren ver rendido a nuestro país en beneficio de la avidez de muchos y en desmedro de los intereses de todos los argentinos.
Como si lo expuesto fuera poco, ahora se viene la marcha cacerolera para que no vuelva el “COMUNISMO” a la Argentina, yo agregaría además para que no nos invadan los extraterrestres, muchachos, me parece que están muy mal, deberían consultar a un chamán.
Frente a la tremenda crisis que sufre el planeta, el gobierno necesita el apoyo de todos más allá de las ideologías y posicionamientos políticos de cada uno, sin que ello signifique dejar de señalar los posibles errores  o equivocaciones en la instrumentación de algunas políticas.

Ricardo Luis Mascheroni – docente -

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